La ciencia demuestra que este no es un hábito del que avergonzarse
Hacer la siesta suele suscitar bastante risa y mofa en algunos sectores y entre algunos países, asociando este saludable hábito a una supuesta actitud de vagancia y poca ambición.
Pero nada más lejos de la realidad: la ciencia demuestra que este no es un hábito del que avergonzarse y que llevar la siesta al día tiene importantes beneficios a nivel global.
Según explica la cardióloga Magdalena Perello en su cuenta de Tik Tok, esta práctica tan frecuente en España (y a la vez tan cuestionada), “tiene evidencia científica que la avala”.
Así lo hace un estudio en la revista Heart, Association of napping with incident cardiovascular events in a prospective cohort study, que ha analizado la relación entre dormir la siesta y la incidencia de eventos cardiovasculares, como anginas, infartos e ictus.
Cualquier cabezada no vale
Los autores de este estudio afirman que dormir la siesta disminuye el riesgo de un evento cardiovascularen un 48%. Ahora bien, “no todas las siestas valen”.
La cardióloga avisa de que estas tienen que darse de una forma concreta: y estas condiciones se resumen en la frecuencia y en la duración de la cabezadita.
En concreto, tienen que ser una o dos veces por semana, es decir, ser ocasionales, y no vale que sean cada día como muchos ponen en práctica.
La otra conclusión de los científicos es que la duración de estas siestas tiene que oscilar entre un mínimo de 5 minutos y un máximo de 60 con el fin de obtener estos beneficios cardiovasculares.
Foto | Vitaly Gariev
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