Mucho se está hablando, sobre todo en este último mes, en los blogs de gastronomía de las setas, de sus propiedades culinarias o de infinidad de platos que con ellas se pueden elaborar. Siempre hemos insistido en el cuidado de saber distinguir las que son comestibles de las que no, aún así se están produciendo en estos últimos días varios casos de infecciones graves por su ingesta.
La Sanidad Pública señala las 7 ideas erróneas más extendidas sobre las setas y que son falsas: “las setas que crecen en la madera son comestibles”; “se pueden comer las que están roídas por animales”; “son tóxicas todas las que tienen bulbo y anillo”; “pierden la toxicidad al hervirlas, salarlas o macerarlas en vinagre”; “son comestibles las que ennegrecen el ajo, objetos de plato o la miga de pan”; “se pueden comer las especies que crecen en los prados”; “se pueden comer las que huelen bien o tienen colores agradables”.
Si no somos expertos o aún siéndolos, siempre es conveniente confirmar cada especie que nos encontremos cuando recolectamos las setas. Hay más especies, pero por ser las más conocidas y extendidas, os enumero las más peligrosas: la Amanita Phalloides, cuyos síntomas pueden aparecer hasta 10 horas después de su consumo; la Paxillus Involutus, de carácter mortal. La Lepiota Brunneoincarnata, que suele encontrarse en los bosques de robles y la Galerita Marginata, que está generalmente pegada a troncos o cortezas de pinos o robles.
Todas ellas son y por ese orden, las que podéis ver en la fotografía, pero insisto hay muchísimas más, así que cuidado.
Vía | farodevigo