Como complemento al uso de metodologías clásicas, como los tratamientos térmicos, está aumentando el uso en la Unión Europea de antimicrobianos naturales que refuerzan la seguridad en los alimentos y prolongan la vida útil de estos frente a las bacterias, hongos y virus. El apio, la almendra, el café y el arándano son antimicrobianos naturales que tienen la capacidad de inhibir el crecimiento de microorganismos. En el caso del arándano, por ejemplo, según un estudio realizado por expertos del Institute Food Technologist de EEUU (IFT), aseguran que de una manera natural tiene la capacidad para reducir el desarrollo de Salmonella, E.coli y otros tipos de bacterias en la carne.
Otro compuesto que servirá para sustituir al ácido sórbico en la conservación de los alimentos es la vainillina, un componente cristalino de la vaina de la vainilla, que se ha mostrado muy eficaz en frutas como la manzana, las fresas o el mango. En general, cada vez se descubren más plantas o partes de éstas que contienen antimicrobianos naturales, por lo que ya no solo tendremos mayor seguridad, sino una mejor calidad de los alimentos.
Vía | consumaseguridad