El Noni es el nombre autóctono que se le da al fruto de la planta Morinda Clitrifoila, un arbusto procedente del sudeste asiático que, al parecer vive muchos años, más que los humanos, por lo que se le atribuyen propiedades afrodisíacas y rejuvenecedoras, entre muchas otras.
Se trata de un fruto parecido a nuestra patata, al que se le atribuyen diversos efectos medicinales. Actualmente está indicado en pacientes con cáncer, sida. En drogodependientes. Se utiliza para cuadros depresivos, como remedio antienvejecimiento, para heridas, ulceras, catarros. Para reducir la grasa y para potenciar el sistema inmunológico, entre otros.
Al parecer el poder curativo del noni, proviene de su contenido en proxeronina, una sustancia a la que se le atribuye la capacidad de regenerar las células así como a eliminar toxinas. Total, una fuente de salud. En realidad muchas frutas y verduras se supone que contienen esta sustancia de forma natural. Sin embargo, con la actual forma de cultivos, del todo forzados y antinaturales, dichos vegetales pierden en el proceso sus fuentes en esta rejuvenecedora sustancia.
El noni contiene proxeronina, sustancia necesaria para que nuestro cuerpo “fabrique” la xeronina, sustancia que nos mantiene celularmente jóvenes y alejados de enfermedades. Soy partidaria de una dieta variada y equilibrada para mantener un buen estado de salud, sin embargo, he podido comprobar en un particular estudio, como el noni es capaz de acelerar el proceso de sanación de heridas. Otorga vitalidad a quien lo consume habitualmente. Su piel se torna más tersa y, en general, el estado de ánimo y las energías van a más.
Por lo tanto en casos de cáncer, sida, adicciones, depresiones, fibromialgia, depresiones, etc. no estaría de más consultarais en vuestro herbolario de confianza para, con ayuda de productos naturales como el noni, consigáis encontraros un poco mejor.
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