Todos sabemos que la obesidad infantil es un problema grave, tanto por los problemas que causa a los niños como por las cifras que alcanza. Sin embargo por muchas iniciativas que se pongan en marcha la cifra sigue aumentando y parece que lo único que está resultando efectivo es la educación nutricional desde todos los ámbitos: familia, escuela, medios,...
Por eso me ha sorprendido muchísimo un nuevo estudio de la OCU que examina los anuncios en horario infantil. El resultado no puede ser más escandaloso, mientras los padres intentamos darle a nuestros hijos una educación nutricional adecuada y nos esforzamos por que coman de todo, y la administración se esfuerza porque en las escuelas cada vez se hable más de alimentación saludable, la tele nos juega en contra.
Según el estudio de la OCU 4 de cada 10 anuncios que se emiten en los programas que se pueden ver en horario infantil son de alimentos poco saludables, concretamente de productos de alto contenido en grasas, grasas saturadas, azúcares,... En definitiva, una colección de alimentos que no están indicados en dietas equilibradas.
Para llegar a estas conclusiones han llevado a cabo un estudio de una semana, en el que se han abordado los anuncios emitidos por 19 cadenas de televisión, nacionales y autonómicas en horario infantil y especialmente por aquellos programas que van dirigidos especialmente a los niños.
Según el resultado, un niño de entre 4 y 12 años que pase 2 horas diarias viendo la tele ve de media seis minutos y medio de anuncios sobre productos alimentarios poco recomendables, una media de 22 anuncios.
Para acabar con el problema la OCU ha mostrado los resultados a la Vicepresidenta del Gobierno y a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, pidiendo que se haga algo al respecto, en concreto sus recomendaciones son las del código elaborado por Consumer Internacional en colaboración con la Internacional Obesit Task Force y la OMS y que son (cito textualmente):
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Prohibir la emisión de anuncios de alimentos poco saludables entre las 6:00 de las mañana y las 9:00 de la noche.
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No promocionar alimentos poco saludables utilizando los nuevos medios de comunicación.
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No promocionar alimentos poco saludables en las escuelas.
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No incluir regalos, juguetes o artículos coleccionables que inciten a los niños a comer alimentos no saludables.
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No permitir el uso de personajes famosos, dibujos animados o concursos en la comercialización de alimentos poco saludables.
Algo realmente difícil de cumplir a largo plazo, por lo que la mejor solución es como siempre controlar la programación que ven nuestros hijos, ejercer como consumidores nuestro derecho a reclamar directamente a las empresas y fomentar otros tipos de ocio que se alejen de la televisión.
Vía | Bebés y más
Más información | OCU
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