Parece ser que el invierno con sus ollas contundentes, con sus guisos rotundos, con sus meriendas dulces y calientes, está llegando a su fin. El ruiseñor ya está aquí, los frutales lucen sus yemas hinchadas, los almendros ya están en flor y las mimosas nos regalan su esplendoroso amarillo, y lo que es peor, comenzamos a quitarnos ropa.
Ahora nos molestan esos pucheros que nos han reconfortado durante el frío invierno, esos que tenemos adheridos a la cintura, a las caderas, a la tripita, esos guisos hay que echarlos fuera, ya no nos hacen falta.
Y para ello, para poder despojarnos de nuestras vestiduras, sin pudor y sin tener que dejar de respirar o sin tener que esconder nada, vamos a tener que ponernos una dieta adecuada.
Esta dieta para perder esos centímetros que nos estorban, se basa en tres reglas de oro, a saber:
1º- Seguir una dieta variada y equilibrada a base de frutas, verduras, hortalizas, cereales, legumbres, pescados y carnes, sobre todo de ave. Con el aceite de oliva como grasa principal y el vino y la cerveza como bebidas de aderezo y compañía. Quiere decir, Dieta Mediterránea, que es la mejor dieta en todos los aspectos.
2º-Incrementar la ingesta de agua, un adulto sano beberá 2l. de agua diarios.
3º-Imprescindible ejercicio diario, bien gimnasio, bien al aire libre, bien una tabla de ejercicios en casa, o bailar, o caminar, lo que más se adecue a nuestra forma de vida, pero a diario, al menos 40 minutos.
Y bueno un poco de disciplina, eso es todo, suficiente para recuperar la figura. No hemos de privarnos de nada, solo ser coherentes y lógicos, si hasta ahora hemos tomado un bocadillo de chorizo a media mañana, por ejemplo, ahora podemos tomar medio bocadillo y un par de zanahorias.
Podemos modificar nuestros hábitos alimentarios y gastronómicos, por ejemplo, en los guisos intentar no mezclar patatas con carne, procurando acompañar esta con verduras y comer las papas solas o con otras verduras y hortalizas, acompañar todas nuestras comidas con una ensalada fresca de verduras y hortalizas, aliñada con limón y aceite de oliva virgen o virgen extra (AOVE), no beber agua ni refrescos durante la comida, si un vaso de vino, comer al menos 3 frutas diferentes (entre ellas un cítrico) diarias siempre fuera de las comidas.
En definitiva, vamos a intentar basar nuestra alimentación en los productos de mercado, los que la naturaleza nos ofrece en esta época del año, así nos garantizamos la diversidad, beneficiándonos de nutrientes sin prescindir ni abusar de ninguno de ellos.
Recordando siempre no escatimar en calidad a la hora de adquirir nuestros alimentos, tener en cuenta que somos lo que comemos, ¿tu cuerpo se merece lo mejor?, pues claro que si, aliméntalo entonces con lo mejor y no lo agredas tomando porquería artificiales, es tu salud de lo que se trata, cuídate.
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