El mensaje que lanzan las organizaciones sanitarias, científicos y expertos en nutrición, siguiendo las recomendaciones de la OMS, nos ha quedado claro: solemos consumir mucho azúcar y eso es un problema para la salud. Lo que parece que aún no hemos asumido es la cantidades de azúcares libres que ingerimos casi sin darnos cuenta a través del llamado azúcar oculto en los alimentos y bebidas.
Uno de los productos más problemáticos, por su amplia distribución y popularidad en todas las edades, es el zumo de fruta, especialmente el zumo de naranja. Lo hemos asociado durante décadas a una dieta saludable, casi un imprescindible para tomar todas las mañanas, pero olvidamos que nunca sustituye a una pieza de fruta entera ni puede tomarse a la ligera como quien bebe agua.
También nuestros vecinos franceses abusan del zumo de naranja y por eso el médico especialista en nutrición Jimmy Mohamed, conocido divulgador en el país galo, autor de varios libros y colaborador en programas de televisión, habla claro a sus seguidores: “El zumo de naranja te va a hacer engordar”. Porque parece que solo el miedo a subir de peso nos hace prestar más atención a las recomendaciones sanitarias.
Y explica claramente por qué. “Si exprimes tres naranjas, obtienes un vaso de zumo de naranja. Excepto que el zumo engorda, a diferencia de las naranjas”. El cerebro recibe el zumo como lo que es, una bebida, un líquido, y no lo considera un alimento en pleno derecho cuando tiene hambre: no produce saciedad. Esto hace que podamos beber dos o incluso tres vasos de zumo de una sentada, porque es muy placentero, nos parece inocuo y no nos sacia.
El problema es que no es un líquido vacío, está lleno de calorías debido a los azúcares libres que contiene. Aunque sea 100% natural y recién exprimido, o sin azúcares añadidos, el zumo conserva los azúcares naturalmente presentes en la naranja sin la fibra de la fruta entera: pasan a ser azúcares libres, que el organismo asimila mucho más rápido y lo hace sin los beneficios que sí tiene una naranja entera.
Ya lo explicaba Juan Revenga hace años, “el zumo aporta más calorías, menos fibra, menos saciedad y la posibilidad de tomar 'más de la cuenta' es mucho mayor”. Y nos recuerda que son muchas las organizaciones que, tomando la evidencia científica como base, recomiendan evitar o disminuir el consumo de zumos de frutas.
Ambos especialistas reiteran que un zumo nunca se puede incluir en el número de frutas y verduras que debemos consumir al día -las famosas 5 al día de la campaña oficial-, y debe contemplarse como lo que es, una bebida rica en azúcares que debemos consumir de forma moderada y ocasional, nunca un hábito diario frecuente. Con un vaso de zumo para el que necesitarás exprimir dos o tres naranjas nunca estarás lleno, pero una sola pieza de naranja entera te dará gran saciedad, además de muchos otros beneficios.
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