El Black Friday no solo llena cocinas, cuartos de baño y estanterías. También puede llenar vuestras bodegas y despensas de cara a las Navidades. Algunos vinos asequibles encontramos muy bien de precio en estos días.
Ir preparando la cava de cara a las fiestas, perfectas para acompañar a nuestras recetas más navideñas, es una buena idea para que luego no nos atropellen las compras de última hora. Si te faltan ideas -o se aceptan sugerencias- aquí tienes una veintena de vinos con buenos precios a los que entregarte.
Vamos a tocar los palos de blancos, tintos y rosados, y también dejar algún huequito a los vinos de Jerez -los grandes generosos de España- para que comprobéis que tener una bodega maja no exige dejarse cientos de euros.
Se puede, claro, pero también con un presupuesto ajustado podemos tener vinos con buenas puntuaciones, buenos resultados y mucha personalidad sin dejar tiritando la cartera. Algunos seguramente no lleguen a Navidad y decidáis darle salida antes. En ese caso, no lo reprocharemos nunca.
Vinos Blancos
De Galicia y sus albariños y ribeiros, a Castilla y sus verdejos. Las tres 'erres' mayúsculas del blanco español: Rías Baixas, Ribeiro y Rueda son importantísimas, pero no están solas. Por suerte, tenemos un país versátil en blancos de gran calidad.
El repertorio es amplísimo: más secos, más afrutados, más minerales, más estructurados, más glicéricos... Un repaso sencillo, accesible, asequible y que le irá de maravilla a vuestra Navidad si en ella no falta el pescado, el marisco, el arroz o un plato de pasta -por qué no-.
- Menade Verdejo, 2020. DO Rueda. De una bodega pionera en el cultivo ecológico en la DO Rueda traemos este perfecto ejemplo de verdejo bien tratada. Herbáceo, ligeramente mineral y con recuerdo a fruta blanca. Un vino amable, franco y que en boca pide una segunda copa y que en la mesa aboga por pescados blancos, mariscos y pastas y arroces a la marinera.
Menade Verdejo, 2020. DO Rueda.
- CIPMA I Marisol Rubio 2019. IGP Castilla. No pienses que la uva pedro ximénez solo se utiliza para hacer vinos dulces. Bodegas Marisol Rubio, en Villanueva de Alcardete (Toledo), prueban que en un blanco tranquilo puede ser una uva muy importante. Floral, fruta madura, regusto dulces pero una puntita de acidez que sorprenderán a todos tus invitados. Para maridar con el pescado o marisco que prefieras.
CIPMA I Marisol Rubio 2019. IGP Castilla.
- Mauro Estévez, 2020, DO Ribeiro. La mezcla clásica de uvas autóctonas de este ribeiro (treixadura, lado, loureira y albariño) trasladan al paladar a un paisaje verde, mineral y abrupto para dotar de muchísimo aroma, salinidad y un paso por boca frutal a este vinazo que puede lidiara con pescados, carnes, arroces y mariscos sin problema.
Mauro Estévez, 2020. DO Ribeiro.
- Viñas del Vero Gewurztraminer Colección, 2020. DO Somontano. Infalible, a buen precio y una rareza bendita en la zona de HUesca, donde encontramos este vino de uvas en origen alemanas que se han adaptado a la perfección. Frescura, muchísimo perfume floral y frutal, largura y una versatilidad gastronómica para todo tipo de entrantes y algunos principales a base de carnes blancas o pescados le hacen imprescindible en estas fiestas.
Viñas del Vero Gewurztraminer Coleccion, 2020. DO Somontano.
- Nivarius Edición Limitada, 2017. DO Ca Rioja. La demostración asequible y real de que en Rioja se hacen magníficos blancos. Volumen, estructura y un marcado perfil frutal y fresco dotado por la uva viura llenan de alma a este vino vertical que nos habla de fruta blanca y de una punta mineral. Mimo en bodega y en botella que además puede aguantar varios años en botella y que, por su precio, es una ganga. Para acompañar carnes blancas, carnes asadas, pescados, guisos marineros o la parrilla que prefieras.
Nivarius Edición Limitada, 2017. DO Ca Rioja.
Vinos rosados
Vueltos al día y revisionados, los rosados ya no son el vino frío y goloso que dar a los que no bebían vino. Ahora hablamos de vinos con una identidad propia donde la fruta fresca sigue estando muy patente, pero que pueden ser también gastronómicos y versátiles. Un lujo con cuerpo, estructura y carácter a los que volver siempre.
- Azpilicueta Colección Privada Rosado, 2018. DO Ca Rioja. Una de esas joyas de Rioja para no dejar de sorprenderse con el sello de una bodega histórica. Color, floralidad y una fermentación en barrica le dan garantías para aguantar con su tempranillo todo tipo de platos, incluyendo verduras, ensaladas o carnes asadas como el cochinillo.
Azpilicueta Colección Privada Rosado, 2018. DO Ca Rioja.
- Pavina Rosé Pinot Noir, 2020. IGP Castilla y León. Un idilio con la pinot noir que los hermanos Diego y Hugo Ortega, al frente de esta bodega vallisoletana, mantienen con esta uva a la que le sacan todo el partido en las proximidades del río Duero. Fresco, herbáceo, cargado de fruta roja y de mucha sedosidad. Poco grado y mucho sabor para un rosado del que no cansarse nunca.
Pavina Rosé Pinot Noir, 2020. IGP Castilla y León.
- Haru, 2019. DO Jumilla. Una mezcla golosa, envolvente y fresca con syrah, monastrell y garnacha encandila al paladar con este vino floral y delicado que ya enamora con su color. Un tesoro de Jumilla con el sello de Bodegas Casa Rojo, que han contribuido a poner en el disparadero a esta región en el sudeste españo.
Haru, 2019. DO Jumilla.
- Otazu Rosado Merlot, 2020. DO Navarra. Uno de los tesoros más mimados de Bodegas Otazu, con algunos de los viñedos de tinto más al norte de España, que de su merlot sacan a este rosado elegante, fino y frutal que le irá de maravilla a cualquier plato de pasta, verduras y ensaladas, pero que puede atreverse con carnes blancas también.
Otazu Rosado Merlot, 202. DO Navarra.
Vinos tintos
Una Navidad sin vinos tintos suena igual de triste que una Navidad sin villancicos. España no puede quejarse de poca predominancia de tintos y es que nuestro recorrido, saliéndonos de los cauces habituales, nos va a permitir tocar palos muy distintos para comprobar cómo nos las gastamos en España con estas uvas.
Sus parejas de baile, las que penséis, pero siempre que haya guisos, cazuelas, embutidos, asados, parrillas y brasas o buenos quesos en la mesa, serán bienvenidos.
- Rabia, 2018. DO Jumilla. No se debe perder de vista a Bodegas Cerrón -ni a sus quesos-, porque hacen tesoros en la exigua frontera que Albacete y Murcia marcan en torno a Jumilla. Aunque aquí presentamos a una petit verdot, también trabajan otras uvas, predominantemente de viñedos antiquísimos y en recuperación. Rabia es sedoso, denso, de gran frutalidad y con una mineralidad absorbente, al que podrás poner a lidiar con cualquier plato de cierta potencia.
Rabia, 2018. Bodegas Cerrón. DO Jumilla.
- Erre Punto, 2020. DO Ca Rioja. Es el más fresco de los vinos de las bodegas Remírez de Ganuza, uno de los grandes nombres de Rioja Alavesa por calidad, y también un vino potente, frutal, joven y vibrante que nos ofrece un despliegue poderoso en los aperitivos y entrantes. Ideal con embutidos de toda índole, con revueltos e incluso con queso, Erre Punto es uno de esos vinos que no conviene tener nunca lejos.
Erre Punto, 2020. DO Ca Rioja.
- Castro Candaz Finca El Curvado, 2018. DO Ribeira Sacra. Galicia se destapa y lo hace con zonas como Ribeira Sacra, donde la uva mencía demuestra vigor, tensión, frescura y mineralidad. Vinos limpios, de inusitado brillo y de correctísimo grado con los que entregarse a placeres tan navideños como guisos de pescado -piensa en unas cocochas al pilpil- o en alguna ave asada.
Castro Candaz Finca El Curvado, 2018. DO Ribeira Sacra.
- Pólvora, 2019. Vins de la Memoria. DO Conca de Barberà. Vins de la Memoria hace una labor de recopilación histórica, honrando al pasado con los títulos de sus vinos, pero también en la vitivinicultura para poner en valor a los viñedos viejos de este rincón tarraconenses. Pólvora es un monovarietal de trepat, una uva fresquísima, frutal, de marcado carácter herbáceo y toques especiados con un bajísimo grado alcohólico para un tinto —no llega a los 12º— y que enamorará a todo aquel que quiera acompañarlo de cocina de pescado, de marisco o para el que quiera copear con él.
Pólvora, 2019. Vins de la Memoria. DO Conca de Barberà.
- Payoya Negra, 2018. DO Sierras de Málaga. Algo se cuece en la Serranía de Ronda, una zona al alza en cuanto a fantásticos tintos y este que procede de Finca La Melonera entra en ese rango. Con cuerpo, con jugosidad y con una carga frutal muy poderosa, demuestra su alma de syrah, de tintilla de rota y de la curiosa romé local. Un vino que servirá para sorprender a más de uno en estas fiestas y que puede irle muy bien a platos potentes de carne, de caza y también a algún queso intenso.
Payoya Negra, 2018. DO Sierras de Málaga.
Vinos de Jerez y generosos
No concibo la enología y el vino sin hablar de Jerez, de las manzanillas de Sanlúcar, de los finos, de los amontillados, de los palo cortado y de los olorosos. Un patrimonio enológico y cultural único al que nunca dejar de lado y que además nos brinda vinazos a precios irrisorios.
- Manzanilla Pasada Arboledilla Poniente. Una de las sorpresas de Bodegas Barbadillo llega con esta manzanilla pasada y en rama, cargada de cuerpo, de salinidad y de ese velo de flor que rápido conquista al olfato. Un lujo de vino con el que empezar cualquier comida donde haya embutidos de calidad, marisco fresco o cocido —incluso alguna ostra— o quesos con un puntito graso sin pasarse.
Arboledilla Poniente. DO Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda.
- Lustau Puerto Fino. Otro fundamental si queremos descubrir lo que es un fino del Marco de Jerez. Salino, seco, ligero y de retrogusto largo, que pide conversación, compañía y tapeo de calidad. Una de esas botellas de Lustau que tampoco conviene tener nunca fuera de nuestro alcance.
Lustau Puerto Fino. DO Jerez-Xérès-Sherry.
- Amontillado Viña AB. Una de las enseñas de González-Byass, que ha paseado —y pasea— el nombre de Jerez por el mundo con vinos como este amontillado fino de corta crianza oxidativo donde aún se recuerda ese perfil del velo de flor. Delicado, elegante, avellanado y seco... Un idilio de vino para el que quiere probar carnes blancas, pescados con cierto carácter y embutidos finos.
Amontillado Viña AB. DO Jerez-Xérès-Sherry.
- Amontillado Fossi. Si estás dudando por dónde entrar a beber amontillados, el chiclanero Fossi es el camino. De larguísima crianza pero de gran finura, tiene ese perfil salino, ligeramente punzante y de frutos secos, pero demuestra fácil doma en boca, pidiendo un segundo trago. Por su precio, un regalo. De pareja de baile, búscale un guiso de pescado —si es atún, mejor—, pero también encurtidos, escabeches, verduras de todo tipo e incluso cocinas orientales.
Amontillado Fossi. DO Jerez-Xérès-Sherry.
- Lustau Palo Cortado Península. Ese plus ultra en el que el amontillado y el oloroso se quieren juntar lo forman los palo cortados. Vinos que en nariz recuerdan al primero y en trago al segundo, que en este Península de Lustau llega con un precio increíble para demostrar versatilidad, concentración y gran carga aromática. Fiel escudero de cualquier aperitivo, pero también de carnes ahumadas, de foies, de platos condimentados o de un buen consomé.
Lustau Palo Cortado Peninsula. DO Jerez-Xérès-Sherry.
Vinos espumosos
No hace falta irse a Champagne ni gastar una fortuna para beber buenos espumosos, y menos en nuestro país, donde encontramos algunas referencias por menos de 20 euros que poco tendrían que envidiar a vinos con más raigambre. Nuestra selección hoy es corta, pero hay margen para seguir creciendo.
- AA Mirgin Gran Reserva. En Alella, en la costa barcelonesa, la familia Pujol-Busquets se ha tomado muy en serio la enología y la sostenibilidad desde sus inicios. Prueba de ello son sus numerosas certificaciones en ecológico. Además, no es solo una forma de entender el vino, sino también de hacer magníficos productos. Este Gran Reserva coquetea con tres uvas (pansa blanca, macabeo y parellada) con las que demuestra frescura, fruta blanca, una burbuja integrada y gran delicadeza.
AA Mirgin Gran Reserva, 2017. DO Cava.
- Mestres Gran Reserva Imperial Brut. Quizá pasen desapercibidos para el gran público, pero crítica especializada y amantes de los espumosos llevan cayendo rendidos años a los cavas de Mestres, una bodega que ronda los 700 años de vida y que apenas produce 150.000 botellas de cava al año. Todas de extraordinaria calidad, como este Gran Reserva Imperial que presenta la trilogía habitual de la zona (xarel·lo, macabeo y parellada). Estructurado, cremoso, complejo, con esas notas de pastelería bien integradas. Cuesta creer su precio.
Gran Reserva Imperial Brut, 2013. DO Cava.
- Vilarnau Rosé Delicat. Un rosado vibrante, de buena y amable burbuja, que hace de su mezcla de garnacha y pinot noir el matrimonio perfecto para tener frescura, energía, sabor y un color que es capaz de enamorar. En boca, frutos rojos y floralidad a rabiar. Todo por un precio que también extrañaría en una cata a ciegas. Otro imprescindible.
Vilarnau Rose Delicat. DO Cava.
- Llopart Integral. De nuevo la trinidad de xarel·lo, macabeo y parellada para un espumoso que ha envejecido a la perfección durante 24 meses en la bodega. Elaborado con el método champenoise, este Llopart es afrutado, bien integradas tanto las tropicales como las blancas, de gran ligereza y frescura. Amable, suave y de mucha viveza.
Llopart Integral. Corpinnat.
Seis detalles por más de veinte euros
En estos tiempos supone una complicación resistirse a vinos que suban un poquito ese listón de precio, aunque aún el imaginario colectivo los empieza a considerar caros. Sin embargo, dos, tres o cuatro euros más no suponen una desventaja competitiva para estos vinos con los que cerrar el recorrido.
Una especie de bonus track para dejar de propina algunos vinos que también pueden dar un magnífico resultado estas fiestas.
- Gonzalez Byass Fino Dos Palmas Colección. La colección de Palmas de González Byass es parte del legado enológico que esta histórica bodega atesora en Jerez. Una colección imprescindible que evoluciona desde el fino hasta el oloroso, pasando por el amontillado. En este caso, Dos Palmas es un fino elegante, equilibrado, con un perfil refrescante y cremoso que manifiesta ese regusto yodado capaz de enamorar a cualquiera.
Fino González Byass Fino Dos Palmas Coleccion. DO Jerez-Xérès-Sherry.
- Aistear, 2016. Bodega 202. DO Ca Rioja. Buscando la voz más pura del viñedo, esta joven bodega en Rioja Alavesa persigue las cepas más viejas, frescas y altas en pequeñas parcelas por toda la zona. Con ella componen vinos mosaico como Ansa, el cabeza de cártel de la casa, y como Aistear, una joya que encandila a crítica y público y que ya está haciendo ruido en los grandes círculos del vino. Todo ello con un precio más que amable para el perfil de vino fresco, elegante y frutal que aquí encontramos.
Aistear, 2016. Bodega 2020. DO Ca Rioja.
- Dominio de Tares Cepas Viejas Magnum, 2017. DO Bierzo. En este icono berciano hay una pequeña trampa con el precio. Son 29,90 euros, pero porque hablamos de un formato mágnum para un vino que hace de la mencía su razón de ser, la cual se comporta extraordinariamente bien en este gran formato. Frescura, acidez controlada, abundancia de frutas negras y gran recorrido para un vino que conviene tener a mano en Navidad gracias a su calidad y tamaño.
Dominio de Tares Cepas Viejas Magnum, 2017. DO Bierzo.
- Coto de Gomariz Colleita Seleccionada, 2017. DO Ribeiro. Fruta, acidez que presagia durabilidad, profundidad y un carácter mineral único que se manifiesta en nariz y boca son las bazas con las que la bodega Coto de Gomariz encandila con este colleita seleccionada. Un pupurri de uvas procedentes de una misma finca, la de O Figueiral, pero con la tipicidad propia de la zona lo convierten en uno de los mejores embajadores del Ribeiro contemporáneo. Y a un precio que resulta casi ilógico que aún no hayan volado sus apenas 3.300 botellas.
Coto de Gomariz Colleita Seleccionada, 2017. DO Ribeiro.
- Beronia 198 Barricas, 2012. DO Ca Rioja. En Rioja Alta, Bodegas Beronia sigue manteniendo un idilio con la tempranillo, a la cual consagra las mejores uvas para elaborar este reserva exclusivo, sedoso y cargado de los aromas y potencia de los frutos rojos, a los que también contribuyen pizcas de uvas graciano y mazuelo. un assemblage típico de Rioja Alta para un vino versátil, con recorrido y de una generosidad gastronómica que te permitirá convertirlo en protagonista de tu Navidad en cualquier momento.
Beronia 198 Barricas, 2012. DO Ca Rioja.
- Cruz de Alba Fuentelún, 2017. DO Ribera del Duero. Consolidada la conversión total a orgánico y biodinámico, la bodega Cruz de Alba pone en liza con sus vinos a una tempranillo elegante, sedosa y fresca. Es el caso de Fuentelún, un reserva bien integrado en la madera para que siga siendo la expresión del terruño. Carnoso, largo y de trago envolvente, Fuentelún es uno de esos tesoros en Ribera que conviene tener cerca.
Cruz de Alba Fuentelún Reserva, 2016. DO Ribera del Duero.
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