¿Hay alguna manera mejor de pasar el rato que con una cerveza bien fría, una rica tapa y la compañía de los amigos? En España tenemos claro que no, y por eso la cultura de la tapa es casi una forma de vida para nosotros. Esta costumbre, que según dicen nació en el sur, se ha extendido y convertido en una de las señas de identidad de nuestro país, pero, eso sí, cada uno a su manera y en cada región con su toque especial.
La tapa, que la Real Academia define como: "cualquier porción de alimento capaz de acompañar a una bebida", adquiere diversos significados según vamos cambiando de una región a otra, incluso no se las denomina de la misma manera: tapas, montaditos, cazuelitas, raciones y pintxos...Cada zona geográfica aporta sus aromas y sabores propios y diferentes que convierten este aspecto de nuestra cocina en un reflejo de toda la variedad y riqueza que poseemos y que hacen de la comida española una de las más interesantes y diversas del mundo.
Te propongo un viaje culinario por las regiones españolas en las que más se tapea y el en que trataremos de indentificar los sabores y costumbres que definen cada región. Haremos parada en los lugares más emblemáticos y significativos famosos por sus tapas exquisitas y abundantes. Advertencia: puede que este artículo te abra descomunalmente el apetito. Se aconseja leerlo con algo para picar a mano.
El sur: tierra de sol regada con aceite de oliva
Si hay una región de la península ibérica en la que tapear sea parte de la vida cotidiana y un rito social irrenunciable es Andalucía. En cada región encontraremos suculentas especialidades siempre regadas con abundante aceite de oliva: los históricos y sevillanos "soldados de pavía": pedacito de bacalao rebozado con harina; las berenjenas fritas, caracoles guisados o patatas a lo pobre de Granada, que se sirven gratis en todos los bares de la provincia junto con el chato de vino o la caña de cerveza y las espinacas con garbanzos, las gambas y el jamón ibérico de Huelva, que cuentan que fue la primera tapa de la historia cuando Alfonso XI en Cádiz pidió un vino y el camarero, que estuvo muy espabilado, le colocó una loncha de jamón en el vaso a modo de "tapa" para que no se le llenase de la arena de la playa que traía el viento.
Y por supuesto el delicioso pescadito frito del que los andaluces son verdaderos expertos. Hace poco me enteré de que el truco reside en utilizar harina de garbanzo en vez de la tradicional de trigo. Pruébalo la próxima vez que hagas esta receta en casa, verás qué cambio.
La meseta norte: tierra de horizontes infinitos y excelentes asados
En la mayoría de las regiones que comprenden Castilla y León la tapa es casi como una religión y muy pocos escapan a sus encantos. Bares y tascas de todo tipo congregan a foráneos y autóctonos alrededor de excelentes tapas elaboradas con productos típicos de la región. En casi todas las provincias las tapas se sirven gratis con la bebida y hay gran variedad para elegir.
El barrio Húmedo de León, y no se llama así porque llueva mucho, sino más bien el líquido va por dentro, es uno de los centros neurálgicos del tapeo. Cientos de bares compiten por ofrecer la mejor tapa de chorizo, morcilla, queso, sopas de ajo, garbanzos con bacalao y hasta huevos fritos con pan que te servirán acompañando tu caña, chato de vino o el típico "butano", pequeño vaso de refresco de naranja muy indicado para los que ya han bebido suficiente.
Y siguiendo nuestra ruta hacia el norte es obligado hacer una parada en "La senda de los elefantes", de la que muchos salen a cuatro patas y con una buena trompa. Situada en la calle Laurel de Logroño, capital española de la gastronomía de 2012, congrega multitud bares y tabernas cada una con su especialidad: carne adobada en salsa, matrimonio de pimiento verde y anchoas, huevo de codorniz frito con picadillo...
El norte cantábrico: tierra de verdes y deliciosos frutos de mar y tierra
¿Quién no se ha quedado impresionado en algunas vacaciones con lo bien que se come en cualquiera de las provincias a orillas del Cantábrico. Mar bravo que nos regala deliciosos productos como las anchoas de Santoña, el bonito del norte, buenísimo en marmitako, y las populares sardinas, que son mi perdición.
Por las tierras cantábricas también hay mucha tradición de salir a tapear. San Sebastian seguramente sea uno de los sitios más emblemáticos y sus pintxos tienen fama en el mundo entero. A parte de lo riquísmos que están, a mi me encanta la tradición de cómo se cobran contando los palillos que quedan en el plato. El camarero confía en el cliente (y en su memoria) y la mayoría de los clientes no le defraudan.
Otro de los sitios claves en el tapeo del norte es Lugo, donde esta costumbre es algo más que una tradición y sobre todo un placer ante el que todos los visitantes de la ciudad acaban sucumbiendo. Cerca de la Plaza do Campo se congregan casi 100 bares de tapas en apenas 400 metros y en los que podrás disfrutar de todos los productos típicos gallegos como el pulpo a feira o el lacón con grelos.
El levante : tierra de luz y aromas mediterráneos
La costumbre del tapeo no está tan arraigada por estas tierras, aunque poco a poco se va extendiendo y cada vez encontramos más bares de tapas por esta zona, aunque, eso sí, no esperes que te las sirvan gratis, en la mayoría tendrás que pedirlas a parte. Esto no quita que no encontremos excelentes lugares perfectos para ir a tapear y degustar los deliciosos productos de estas tierras que dominan el arte del arroz. Cada vez hay más establecimientos que apuestan por las tapas de autor con arriesgadas mezclas de sabores. Pero para mí no hay nada más rico que unas deliciosas almendras fritas y si van acompañadas de un poco de mojama, pues mucho mejor.
La meseta sur: tierra de sabores intensos y exquisitos quesos
Madrid es la capital de los sabores tradicionales aliñados con especias de todos los continentes. Lugar de las patatas bravas, cuya fórmula es una de las más discutidas y mejor guardadas por algunos, pero también refugio de sabores venidos de otras regiones: algunas más cercanas como Andalucía y otras mucho más lejanas como India. Y es que es una ciudad hecha para tapear, con un bar en cada esquina y cada cual con su especialidad. Pasear por las calles de Madrid y tomarse un caña bien fresca con un bocadillo de calamares es, sin duda, un auténtico placer.
Hay pocas regiones con productos tan sabrosos como los extremeños y así es muy fácil hacer buenas tapas. Porque ¿quién es capaz de resistirse al jamón de bellota, a la Torta del Casar o cualquier alimento aliñado con pimentón de la Vera?
Salir de tapas en Cáceres es una forma ideal de disfrutar de la belleza de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, además de una muy buena oportunidad de degustar toda la explosión de sabores que podemos encontrar por esas tierras.¿Hay una tapa mejor que un buen queso manchego bien curado con un poco de pan y aceite de oliva?
Las provincias pirenaicas: tierra de altas cumbres y sabores tradicionales
Uno de los lugares obligados es el popular barrio "el tubo" de Zaragoza. Por "el tubo" y sus callejuelas se entremezclan bares de toda la vida con modernos locales. Pero sobre todo es el buen ambiente lo que hace de esta zona la mejor opción para tomarte unas cañas disfrutando de unas buenas tapas inspiradas en la rica cocina aragonesa y en sus platos tradicionales como el ternasco, la pepitoria o las migas del pastor, que se comen con uvas y son una delicia.
Nuestra última parada será en Barcelona, ciudad repleta de bares en los que se ofrecen exquisiteces como el hígado de bacalao, la típica chistorra y muchos sabores venidos de otras tierras y que aquí encontraron su hogar. Una de las tradiciones más deliciosas son las típicas y primaverales "calçotadas" en las se comen, siempre con los dedos, unas pequeñas cebollas acompañadas de salsa romesco.
Foto| Charles Haynes Foto| Carnaval King 08 Foto| Bar Macareno Foto| JLastras
