¿Qué fue antes el hombre o la cerveza?. Pregunta de difícil respuesta pues en su forma más primitiva la cerveza nace prácticamente con el hombre y ha sido una compañera fiel a lo largo de todo su camino. Para los egipcios era la bebida de los dioses y los sumerios ya sabían que provocaba felicidad y alegría. ¿Tomarían también tapas?. Quién sabe, pero lo cierto es que el mundo sería un lugar más triste sin una caña y una tapa de vez en cuando.
Numerosos antropólogos aseguran que hace cien mil años el hombre primitivo ya elaboraba bebidas a base de raíces, cereales y frutos silvestres que masticaba con paciencia para facilitar su fermentación alcohólica obteniendo un líquido con propiedades similares a la actual cerveza.
Pero fueron los sumerios, en la Baja Mesopotamia, los primeros que dejaron constancia escrita de ella en tablas de arcilla hace unos 5000 años. A esta primitiva cerveza la denominaban "siraku" y aseguraban que volvía a la gente "extrovertida y feliz", vamos, que también se pillaban su puntillo. La técnica consitía en hervir una masa de pan sin hornear y dejarlo fermentar. De hecho, es bastante probable que el hombre descubriera al mismo tiempo el pan y la cerveza. ¿Qué es una tapa sin una caña?, se preguntarían.
Lo cierto es que solo es cuestión de proporciones: si se ponía más harina que agua y se dejaba fermentar, se obtenía pan. Si se invertía la proporción y se ponía más agua que harina, se conseguía cerveza. Además, proporcionaba la ventaja de que al ser hervida y fermentada tenía mucha más pureza desde el punto de vista bacteriológico que el agua de los ríos y pozos. Por aquel entonces era mucho más sano beber cerveza que agua (lo que son las cosas).
No es extraño que el proceso de fermentación, difícil de explicar, se considerase un hecho mágico, y además con efectos casi milagrosos. La cerveza se consideraba la bebida de los dioses y para los egipcios su origen se encontraba en un capricho del dios Osiris. Los habitantes de las orillas del Nilo continuaron con la tradición cervecera de los sumerios, aunque mejoraron considerablemente la receta con el descubrimiento de la malta y además le dieron su toque añadiéndole diferentes especias para hacerla más apetecible y sabrosa.
La cerveza: bebida preferida de los faraones
Era una bebida apreciada tanto por los faraones como por los obreros que construían las pirámides, tanto es así que el ejercito se llevaba cuando salía de campaña sus propios barriles para que no les faltase nunca.
Tal importancia tenía esta bebida en la antigüedad que muchos salarios se cobraban directamente en cerveza ya que era una parte importante de la alimentación de las personas. Claro, que no era lo mismo la cerveza para los pobres, mucho más aguada, que la de los ricos, más densa y alimenticia, pero, eso sí, todos tenían que beberla con "pajita" ya que todavía no se le había ocurrido a nadie licuarla y era una bebida turbia, densa y con muchos tropezones.
La cerveza llega a Europa
La cerveza llegó a Europa de la mano de los romanos, como tantas cosas, que habían asimilado con facilidad los sistemas de elaboración de Oriente Próximo. Poco a poco se van refinando sus características iniciales y su elaboración se hace mas específica y tecnificada. En Roma la llamaron "cervicia" o "cerevicia" en honor de la diosa Ceres, diosa latina de la tierra y los cereales, y de "vis", la fuerza, de ahí la procedencia del nombre actual.
Pero como la mayoría de los inventos más importantes, la cerveza surgió en varios sitios a la vez. En la antigüedad, los chinos también elaboraban una especie de cerveza llamada “Kiu” utilizando cebada, trigo, espelta, mijo y arroz. Mientras que las civilizaciones precolombinas de América utilizaban maíz en lugar de cebada. De manera similar, en la antigua Britania se elaboraba cerveza a base de trigo malteado antes de que los romanos introdujeran la cebada. Los celtas llevaron consigo este conocimiento cuando se extendieron por la península ibérica.
De hecho, es en España donde se han encontrado los hallazgos de cerveza más antiguos de toda Europa. Hasta hace poco se conocían los restos encontrados en el Valle de Ambrona en Soria, en el que se elaboraba cerveza hace unos 4.400 años y hace no mucho se descubrieron evidencias de cereal malteado y un recipiente cerámico con restos de cerveza en la cueva Can Sadurní en Begues (Barcelona) con 3.300 años de antigüedad. Desde luego a los españoles como cerveceros no nos gana nadie.
En Tapeo Mahou|De tapeo por España: sabores y tradiciones en cada región Foto| HeadCRasher Foto| Ana Rey