Lo peor que puedes hacer con las frutas tropicales en verano es meterlas en la nevera (salvo un par de excepciones)

Lo peor que puedes hacer con las frutas tropicales en verano es meterlas en la nevera (salvo un par de excepciones)
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Llega el verano, o acaba, y la nevera se convierte en nuestra eterna aliada para mantener refrigerados nuestros alimentos. Gracias a este bendito electrodoméstico, las tareas de conservación en casa de cualquier producto fresco se han convertido en un juego de niños.

Carnes, pescados, fiambres, lácteos y… ¿frutas y verduras? Casi todos los productos frescos que compremos van a agradecer pasar por la nevera si queremos aumentar su durabilidad, cualidades y sabor, pero no sucede con todos.

Batalla especialmente recurrente con el mundo de las frutas y las verduras, como es el caso de los tomates, donde el uso del frigorífico permite alargar su vida útil —pero también merma su calidad y textura—, aunque no es el único caso.

Sin embargo, hay un más allá a tener en cuenta con determinados alimentos que, en términos generales, no deberíamos meter dentro de la nevera. Hay algunas excepciones claro, pero para casi todas las frutas tropicales la nevera va a ser uno de sus peores enemigos.

Qué frutas tropicales no meter en la nevera

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El concepto clave para entender qué frutas tropicales no deben ir a la nevera va más allá de ellas: hablamos del concepto de frutas climatéricas, que no es otra cosa que una característica de la maduración de diversas frutas.

Resumido de manera muy simple, una fruta climatérica es aquella que sigue madurando una vez que ha sido recolectada. De hecho, la mayor parte de las frutas tropicales —y las no tropicales— son frutas climatéricas. Por poner un ejemplo de las primeras, deberíamos citar al aguacate, al mango, al plátano, a la papaya, la guayaba o la chirimoya, entre lo más representativo de lo que vemos en nuestro día a día.

Platano Colgando Mercado

Fuera de lo exclusivamente tropical, frutas climatéricas son también la manzana, la pera, la ciruela, el higo, el melocotón, la sandía o el caqui, por poner ejemplos que sean cercanos.

¿Qué supone esto? Pues que si estas frutas son recolectadas antes de tiempo no habrá problema en dejarlas madurar un poco más una vez recogidas, pues acabarán por madurar. Distinto es el caso, por resolverlo, de lo que sucede con los cítricos, los higos chumbos, la piña y el tamarindo —importante este matiz—, las uvas, la granada y la mayor parte de los frutos rojos o frutos del bosque como moras, arándanos, grosellas, fresas o frambuesas.

No importa el cómo, importa el cuándo

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Ahora bien: ¿es la nevera la mejor aliada de nuestras frutas tropicales, climatéricas o no, en verano?

La respuesta corta es no. La respuesta larga es depende. Depende de cuándo metamos las frutas tropicales en cuestión o de qué tipo de frutas tropicales estemos hablando. Tengamos en cuenta que las frutas tropicales —casi por definición— crecen climas húmedos y con temperaturas ambientales altas —por eso lo de tropical—.

Razón por la que meter un mango o un aguacate en la nevera cuando la temperatura ambiente de nuestra cocina está en torno a los 25 grados seguramente no sea la mejor opción. Pero, especialmente, hay que saber cuándo no meter las frutas tropicales en la nevera. En este caso, no se deben meter frutas climatéricas tropicales en la nevera cuando no estén del todo maduras.

Al someterlas al frío del frigorífico, vamos a parar su maduración, aun a costa de alargar su conservación, así que tendremos frutas menos sabrosas e inmaduras. Distinto sería el caso de recurrir a la nevera en caso de tener frutas tropicales ya maduras, donde podemos alargar su conservación con la nevera, pero si las vamos a consumir a corto plazo es mejor mantenerlas a temperatura ambiente pues van a ser más agradables.

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Distinto es el caso de los plátanos, por ejemplo, que por su propia condición —especialmente sensibles a los golpes y a la oxidación, debido a su tipo de piel— sería conveniente meter en la nevera una vez que estén maduros para que así no queden demasiado blandos o mustios.

Imágenes | Freepik / iStock

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