13 instrumentos de cocina que no siempre valen lo que ocupan (y por qué otros podemos sustituirlos)

En Directo al Paladar hemos hemos compartido ya varios listados de utensilios de cocina que consideramos básicos, útiles o recomendables para tareas concretas. Sin embargo, también sabemos reconocer que no todos los instrumentos mencionados son realmente imprescindibles, menos aún en cocinas de espacio limitado. A nivel doméstico y cotidiano, casi siempre podremos apañarnos con sustitutos que cumplirán casi igual de bien la función de otros más prescindibles.

No entran aquí esos artilugios fantasiosos que prometen solucionarte la vida con funciones mágicas a precios sospechosos (que a la práctica no sirven para nada y suelen romperse a los cinco minutos), ni tampoco los instrumentos muy específicos o de uso más profesional, como un circulador sous vide. Obviamente, si no somos muy de preparar fondue en casa, no tiene mucho sentido invertir en ello para que acabe en un armario.

Nos referimos a utensilios más comunes, presentes en muchos hogares o que solemos ver en programas de cocina, catálogos y escaparates de tiendas de menaje. Objetos que parece que todo el mundo debe tener en casa, pero que incluso alguien que cocine habitualmente a diario no necesita. En el equipo de Directo al Paladar, de hecho, tenemos opiniones enfrentadas con algunos de estos útiles, y es que, al final, todo depende un poco de los hábitos y gustos personales.

Mandolina

Aunque la mencionamos en muchas recetas, y casi todo el equipo editorial cuenta con una en casa, reconocemos que la mandolina no es una herramienta imprescindible en el hogar medio. Salvo que seas extremadamente meticuloso a la hora de cortar finísimas rodajas de patata o verduras, y lo hagas a menudo, puede dar mucha pereza sacarla del cajón.

Carmen Tía Alia es de las que sueña con tener uno de los modelos profesionales en su cocina de casa, pero son trastos aparatosos que ocupan mucho sitio y un incordio de montar y limpiar, especialmente los modelos más completos llenos de hojas y accesorios. Como alternativa, un buen cuchillo afilado con su correspondiente tabla de corte decente, o, como mucho, un modelo simple de mano.

Rallador de cuatro o múltiples caras

Si es de buena calidad, sí nos será muy útil, aunque volvemos al problema anterior: ocupa demasiado sitio. Son extremadamente voluminosos y poco agradecidos de guardar cómodamente, además de algo difíciles de limpiar. Por ello, recomendamos mejor invertir en ralladores manuales más compactos, con el imprescindible zester de Microplane y uno o dos más, según nuestras necesidades.

Soplete de cocina

Mientras que Pakus admite que lo tiene olvidado en un armario, en casa sí que le damos bastante uso a nuestro soplete de cocina. Invertir en él o no es por tanto una cuestión personal, teniendo en cuenta que su utilidad práctica no va mucho más allá de quemar azúcares o dar un toque final tostado o gratinado a ciertos platos.

Si acostumbras a preparar crema catalana o crème brûlee, te gusta hacer el arroz con leche con una capa crujiente de caramelo, o sueles hacer postres con merengue, sin duda le darás buen uso. También es útil para caramelizar y gratinar platos salados, derretir quesos o tostar rápidamente el pan, así como para quemar restos de plumas de aves. Pero son tareas que se pueden suplir con el gas de la placa, el tostador o el gratinador del horno.

Cuchara para pasta

También llamado directamente cuchara de espaguetis, porque apenas se usa para nada más que para escurrir y servir pasta larga, lo más probable es que ya tengas una en casa. Suele formar parte de los conjuntos básicos de herramientas de cocina, emparejada con otras cucharas, pero no corras a comprártela si tu equipamiento carece de ella.

Como ya apuntan en este artículo, unas buenas pinzas de servir, grandes y con acabado de silicona, te serán mucho más útiles en el día a día, atrapan mejor los alimentos y podrás usarla para todo tipo de elaboraciones. No es mala idea disponer de más de un par, de hecho.

Prensador de patatas o prensa purés

Sin duda habrá a quien le resulte de lo más cómodo y práctico, pero en nuestro equipo no sale nadie a defender esta herramienta después de haberle dado una oportunidad. Ocupan un preciado sitio en el cajón, son un engorro a la hora de limpiarlos y un tenedor cualquiera actúa prácticamente igual de bien a la hora de chafar patatas cocidas y otros vegetales.

Si ya tienes uno, intenta usarlo para comprobar si te parece cómodo; si no cuentas con él en casa, te lo puedes ahorrar. Caso aparte sería el pasapurés, un utensilio totalmente diferente que sí recomendamos para quienes busquen un acabado fino y elegante en la textura de las cremas y purés vegetales.

Prensador de ajos

Es otro utensilio relativamente común del que existen miles de modelos que buscan ofrecer diseños algo diferentes, pero también es candidato directo a terminar cogiendo polvo en algún rincón. En casa lo utilizamos de vez en cuando, para platos en los que queremos que el ajo prácticamente se funda con la salsa o vinagreta, pero nuestros compañeros confiesan no usarlo. las dificultades que pone para limpiarlo no ayuda.

El versátil cuchillo de cocinero o chef vuelve a ser la mejor alternativa, ya que permite picar, chafar, trocear o laminar finísimos los dientes de ajo, a la mínima que tengas un poco de práctica en su manejo. Es poco probable que los chefs profesionales utilicen un prensa ajos, y no nos extraña. Para machacar el ajo, y mil cosas más, un mortero nos dará más alegrías.

Centrifugadora de verduras

Esta herramienta despierta opiniones enfrentadas en el equipo. Pakus, por ejemplo, afirma que ocupa demasiado espacio para la poca utilidad que tiene, ya que prefiere apañarse lavando y escurriendo los vegetales a mano, secándolos con un paño o con papel de cocina. Y es mucho más fácil comprar lechugas, espinacas y otras hojas verdes de cuarta gama, listos para consumir.

Por otro lado, en casa y en la de Miguel Ayuso sí disponemos de una centrifugadora a la que damos bastante uso. Sale más económico adquirir las hortalizas de hoja -o hierbas frescas y otros vegetales- enteros o en manojos grandes, para trocearlas al gusto y lavarlas después. Es cierto que no es el accesorio más compacto, pero, cuando es de buena calidad, ofrece un resultado impecable. Ahora bien, ¿es imprescindible? Está claro que no.

Sifón de espumas

El éxito de MasterChef y programas similares pusieron en el sifón de cocina el foco de atención del cocinillas doméstico. Cualquier aficionado a los fogones con aspiraciones creativas se imaginó dando rienda suelta a sus habilidades para sorprender con espumas y trampantojos etéreos. La realidad es que el sifón es un trasto que entraña ciertos peligros, aparatoso, poco agradecido y absolutamente prescindible.

Casi todo el equipo editorial confiesa tener uno de estos aparatos en casa, pero ya ni recordamos la última vez que quisimos usarlo. Sí, una crema de verduras luce muy elegante en el aperitivo convertida en una espuma, y los postres parecen de restaurante cuando pasan por su boquilla, pero, admitámoslo, da muchísima pereza sacarlo del armario.

La nata montada, la clara de huevo y el aquafaba ya nos permiten preparar postres y mousses esponjosos, que podemos decorar con una manga pastelera y boquillas corrientes; en la cocina salada nos bastará apañarnos con una batidora o buenas varillas para hacer emulsiones.

Cucharas de madera

Confesamos que nos gustan por su carácter hogareño, rústico y algo nostálgico, lucen bonitas y quedan bien en las fotos, pero también sabemos reconocer que no es el material más práctico para cocinar. Casi todos tenemos al menos un par en la cocina, y Pakus admite que las usa a menudo, pero, en la práctica, son mucho mejores las más modernas de silicona y plástico resistente.

Cumplen la misma función de la madera, al no dañar materiales delicados como el hierro esmaltado o superficies antiadherentes, y además resisten las altas temperaturas, no transmiten el calor y son mucho más higiénicas. Nos gustan tanto los cucharones como las espátulas o lenguas flexibles -más o menos duras-, imbatibles a la hora de rebañar las ollas y sartenes.

Salero y pimentero

Habitualmente vendidos y guardados juntos, solo podríamos recomendar un conjunto bonito y bien pequeño para llevar a la mesa en casos contados. A la hora de cocinar no hay nada más cómodo que un recipiente específico para guardar grandes cantidades de sal de mesa, y un molinillo de pimienta para moler los granos frescos al momento.

Los saleros abiertos o con tapa abatible además ahorran tiempo y engorros cuando estamos cocinando, ya que haremos el gesto de coger una pizca de sal varias veces, y con un molinillo potente automático de precisión solo tendremos que pulsar un botón. Los molinillos de sal nos parecen más absurdos.

Cortapizzas

¿Realmente alguien lo encuentra útil? ¿Cuál es la ventaja frente a usar un cuchillo decente normal? Salvo los modelos frikis curiosos que pueden funcionar para un regalo simpático, los cortapizzas son tan populares como absolutamente prescindibles, por no hablar de que muchos nunca cortan bien, o requieren ser afilados con frecuencia.

En nuestro país, y probablemente medio mundo, las tijeras de cocina le ganan por goleada a cualquier otro utensilio de corte pizzero. Y esta herramienta sí es básica, útil e imprescindible. Invierte en uno o dos modelos de buena calidad, y cuídalas bien.

Cortadores y peladores específicos de verduras y frutas (y huevos)

Los hay de mil modelos, diseños y usos específicos: aguacates, manzanas, piñas, mangos, fresas, cerezas... incluso existen los cortadores de plátano. Y nos preguntamos, ¿para qué? Puede que ciertas frutas como la propia piña nos pida algo más de trabajo, pero nada que algo de buena técnica, práctica y, como siempre, buen cuchillo, no pueda solucionar. Te puedes ahorrar todos estos trastos que a menudo ni siquiera cumplen con la función prometida.

Exprimidores incómodos

A pesar de que nos gusta preparar algún zumo casero de vez en cuando, somos firmes defensores de la fruta entera al natural, mucho más saludable y sabrosa. Dicho esto, a menudo necesitaremos exprimir frutas como los cítricos para usar como ingrediente culinario; cualquier utensilio que sea más grande que nuestra mano es una pérdida de espacio y dinero.

Con un simple tenedor te pueden apañar para extraer el máximo de zumo, pero si quieres una herramienta más específica, nos encanta el exprimidor manual de toda la vida, muy presente también en el ajuar del coctelero. De madera u otro material resistente, ocupa poquísimo espacio, se limpia en segundos y es capaz de dejar seco un limón con pocos movimientos de la muñeca.

Fotos | Unsplash - Pixabay - Saaby - Marco Verch - Lari Koponen
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