Para las personas que le encanta la repostería entre las que me incluyo, estos pastelitos franceses son todo un reto y una tentación. Los que me seguís en Directo al Paladar sabéis que ya os he presentado unos cuantos libros acerca de ellos y es que me encanta prepararlos y también comerlos, es por eso que en cuanto vi estos deliciosos monederos en forma de macarons no me pude resistir a enseñároslos.
Presentados en seis alegres colores, rosa, verde, naranja, chocolate, amarillo y blanco, tonos tan reales como los de los auténticos dulces, tienen un tamaño ideal para las monedas y sus medidas son aproximadamente de siete centímetros de altura por seis de ancho, todo un supermacaron.
Cada monedero casi del tamaño de la palma de la mano se asemeja tan perfectamente a un macaron que dan verdaderas ganas de hincarle el diente, aunque en esta caso no son comestibles como os podéis imaginar. Cada concha de colores forma una de las partes del cuerpo del monedero y en lugar del cremoso relleno iría imitándolo a la perfección una cremallera. Pero lo mejor de todo es que estos deliciosos monederos huelen como los auténticos macarons, toda una tentación donde guardar el dinero.
Ahora que se acerca el día de la madre sería un capricho perfecto para nuestras mamás más reposteras y chics. De momento solo lo he visto en tiendas on line a un precio de unos catorce dólares, pero seguro que con la fiebre que existe por estos pastelitos pronto llegarán a nuestro país, y además se rumorea que aparte de en forma de monedero también de bolso de mano.
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