He probado y odiado muchos exprimidores de zumo. Hasta que he encontrado el exprimidor de cítricos definitivo

Pequeño, compacto, manual y súper fácil de usar, es el mejor artilugio para sacar el máximo jugo cómodamente

Dicen que puedes reconocer a un murciano porque lleva limones en la maleta cuando sale de viaje. En mi caso, y en el de mi familia, es algo totalmente cierto, y confieso que me pongo nerviosa si no tengo unos cuantos siempre en la despensa. Le echo limón a todo y hasta ahora me apañaba a la vieja usanza, con un tajo por la mitad y estrujando a mano directamente sobre el alimento a aliñar, casi disfrutando de las salpicaduras, aunque a veces te alcancen los ojos. Son lágrimas de placer.

Pero claro, a veces necesitas más zumo de limón que un chorrico o unas cuantas gotas. Me gusta beberlo tal cual en verano con agua muy fría, y es un ingrediente básico para la elaboración de salsas, vinagretas, marinadas y multitud de postres cítricos. Exprimir a mano en estos caso es poco práctico, tardas mucho, desperdicias zumo y acabas con un mejunje de pulpa y huesos.

Los exprimidores eléctricos no son para mí. Funcionan bien, en su mayoría, pero les veo más inconvenientes que ventajas. Limpiarlos es un rollo y guardarlos también, lo mismo que se puede decir de las licuadoras, que encima son mamotretos más grandes. La versión manual de un exprimidor, la que se ha usado en casa de mis padres para el zumo de naranja, tampoco me convence. Destroza mucha pulpa sin sacar todo el jugo y está el rollo de la limpieza.

Por eso ahora ahora me apañaba con el modelo de última tecnología manual de madera de toda la vida; bueno, bonito, barato y ocupando el mínimo espacio. Sin embargo, tengo que admitir que se queda muy, muy cojo a la hora de lidiar con grandes cantidades de zumo. Y siempre me quedaba con la sensación de que no aprovechaba la fruta del todo. Hasta ahora.

He encontrado, por fin, el exprimidor definitivo. Se llama FreshForce Citrus Juicer, está fabricado por la marca Chef’n estadounidense y tiene incluso autoría en su diseño. Manual, económico, cómodo, fácil de usar y limpiar, pequeño y tremendamente eficiente. Es, sencillamente, perfecto.

Quizás me estoy viniendo demasiado arriba creando expectativas que luego no estarán a la altura de  otros usuarios. Tiene sus pegas, de acuerdo. Pero son tan mínimas, y me enfrentaba a su prueba con tanto escepticismo, que no tengo más que alabanzas hacia este cachivache.

Descripción y características

Se trata de un exprimidor de uso completamente manual -analógico- fabricado en una sola pieza combinando dos mangos de polietileno duro de color amarillo, unidos por un engranaje doble en el que también se conecta una tercera pieza, una especie de cazo de acero inoxidable.

El mango inferior tiene una cavidad cóncava más grande que el cacillo para acogerlo en su interior con un encaje perfecto, y ofrece unas aperturas en forma de líneas estrechas dispuestas en forma de estrella, sin agujeros u orificios redondos. Además, en la parte exterior tiene unas pequeñas protuberancias que actúan como pies para poder apoyar el exprimidor cómodamente recto, sin tumbarlo.

Funcionamiento

El sistema de funcionamiento de este artilugio podríamos decir que es más simple que el mecanismo de un botijo, y de hecho aprovecha la fuerza mecánica manual que hay que ejercer apretando las dos manivelas. En el pequeño cartón que acompaña al exprimidor vienen unas mínimas instrucciones por si nuestra intuición no fuera suficiente para adivinar cómo funciona.

Al levantar dichas manivelas se separan los tres componentes, dejando libre el hueco circular de la estructura inferior. Ahí debemos colocar el cítrico a exprimir cortado por la mitad, con el corte hacia abajo -importante- Situando el aparato sobre un cuenco, fuente, jarra o donde queramos el zumo, no hay más que apretar con firmeza y suavidad, sin prisa, las dos manivelas para cerrarlas. Y veremos cómo cae un chorrazo de zumo sin apenas pulpa y sin colarse huesos, salgo que sean minúsculos.

Ya solo queda abrir de nuevo y comprobar cómo ha quedado la pieza de fruta, totalmente aplastada, como un balón de fútbol sin aire, y restos de pulpa en la parte inferior, aunque no suelen ser demasiados. Podemos seguir exprimiendo limones o lavarlo fácilmente con agua del grifo, jabón lavavajillas y un estropajo suave. En realidad con un enjuague ya queda bien.

Experiencia tras los primeros días de uso

La emoción al comprobar la primera vez lo bien que funcionaba me llevó a repetir la operación con todos los limones que había en casa, más un par de limas y varias mandarinas que rondaban por la nevera. Solo había que retirar la poca pulpa que quedaba atrapada en las ranuras tras cada uso para seguir exprimiendo hasta que hubo que decir basta. Tranquilidad, ni una gota de estos zumos fue desperdiciada.

Más allá de la efectividad prometida y cumplida por el aparato, hay que destacar la solidez que transmite, con cierto peso que no da esa sensación de chisme de plasticurro baratero de otros gadgets de cocina que suelen verse por las redes. El movimiento del engranaje es también firme y estable, y resulta muy sencillo apretar las manivelas sin tener que hacer grandes esfuerzos, pues al usar las dos manos es más fácil.

Ahí tenemos una pega, ya que las personas que sufran alguna discapacidad permanente o temporal, o que tengan especial debilidad en las manos podrían tener alguna dificultad para usarlo, si bien no es un engranaje duro. Otra desventaja es que difícilmente encajarán naranjas muy grandes, aunque sí lo hemos probado con otras más pequeñas típicas para zumo. Las piezas más voluminosas se pueden cortar en cuartos.

Más allá de la eficacia de su mecanismo de presión, que funciona muy bien al  haber fabricado la prensa central de metal y no de plástico, hay que destacar la elección de las ranuras para colar el zumo, en lugar de agujeros. Primero, porque tienen el grosor suficiente para que caiga bien el zumo sin dejar pasar grandes trozos de pulpa o huesos; segundo, porque al confluir hacia el centro la salida del líquido está dirigida, evitando salpicaduras.

En conclusión

Por si no ha quedado claro, recomiendo fervientemente este exprimidor de Chef’n a todo aquel que busque un artilugio simple, compacto y eficiente para extraer la mayor cantidad de zumo de cítricos pequeños y medianos rápidamente, sin poner todo perdido y aprovechando al máximo el jugo de la fruta.

Ojo con probar imitaciones o copias de otras marcas que no son la mostrada aquí, ya que no podemos dar fe de que funcionen igual. El diseño de Chef’n, que exhibe con orgullo en su embalaje al creador, ha tenido tanto éxito en Estados Unidos que ha sido replicado incluso por compañías de la talla de Kitchen Aid. Son muchos los medios de expertos que han analizado todo tipo de exprimidores, y este modelo siempre sale entre los ganadores, no tanto así muchos de sus competidores.

En un mundo en el que cada vez se apuesta más por gadgets tecnológicos electrónicos e inteligentes, recuperar la sencillez del trabajo manual nos recuerda que no siempre lo más rebuscado es lo mejor. Si algo funciona, para qué complicarse cambiándolo.

Chef'n FreshForce Plus Exprimidor de cítricos, amarillo

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