Las mejores mandolinas para cortar como un profesional. ¿Sabes cuál necesitas?

Hay algunos accesorios de cocina que nunca pensaríamos que son imprescindibles, hasta que empezamos a usarlos en casa. La mandolina es un buen ejemplo de esos útiles que pueden ser de lo más prácticos elevando el nivel de nuestras recetas, pero también corre el riesgo de ser un trasto más cogiendo polvo en el cajón. Hoy queremos animaros a usarlas con algunos consejos para elegir entre las mejores mandolinas del mercado.

El problema que nos encontramos al lanzarnos a comprar una mandolina es la enorme variedad de modelos, marcas y precios diferentes que existen. Y la diferencia económica entre unas y otras puede ser enorme, pues hay mandolinas dignas de profesionales que son verdaderas inversiones con las que hay que rascarse el bolsillo. ¿Cómo escogerla que más nos conviene? Os ayudamos a escoger.

¿Para qué quiero una mandolina?

Es la primera pregunta que debemos hacernos: ¿necesito una mandolina? Obviamente, si hemos sobrevivido hasta ahora sin usarla, no es en absoluto imprescindible, pero estoy convencida de que cualquier aficionado a la cocina disfrutará mucho con una buena mandolina en casa. Ya lo comentamos hace unos meses, es una de esas inversiones extra que merecen la pena si queremos convertirnos en un auténtico chef doméstico.

Una mandolina es un utensilio que sirve para cortar, laminar y rallar con gran precisión una buena variedad de alimentos. Habitualmente se utiliza para verduras y hortalizas, sobre todo patatas, pero también es muy práctica para preparar frutas, quesos y embutidos. Sus ventajas frente al corte a cuchillo son muchas, destacando por su rapidez, facilidad y exactitud. El acabado es impecable, permitiéndonos obtener el mismo grosor en todas las piezas.

Cortando con mandolina no solo iremos mucho más rápido que con el cuchillo, también podremos conseguir láminas muy delgadas en poco tiempo, y si se utilizan bien, son muy seguras. Cualquier cocinero experimentado sabe que un buen corte es fundamental en el acabado de los platos, ya que afecta al cocinado, al sabor y a la textura, y también a la presentación. Con la mandolina prepararemos recetas más complejas y sofisticadas, ahorrando tiempo y esfuerzo.

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Cómo utilizar una mandolina en casa

Ahora bien, la mandolina no es mágica: hay que saber utilizarla correctamente. He comentado que son seguras, sí, pero si se les da un mal uso pueden crear catástrofes en la cocina. Al fin y al cabo, vamos a usarlas para cortar, y eso siempre implica un riesgo para nuestras manos. Por eso es importante, en primer lugar, escoger un modelo fiable, seguro y firme.

La mandolina se debe colocar sobre una superficie estable, limpia y seca, y siempre asegurándonos de que todas sus partes están bien colocadas y fijas. Los modelos con pies antideslizantes son los más seguros, y siempre es mejor escoger los que incluyan el accesorio deslizante protector para apurar al máximo los cortes sin temer por la seguridad de nuestros dedos.

Si escogemos una mandolina de hojas o cuchillas intercambiables, siempre hay que comprobar que la hemos colocado correctamente y que está sujeta con firmeza, con el grosor ajustado al gusto. La mayoría de protectores se enganchan en el alimento para deslizarlo sobre la cuchilla, así podemos cortar y laminar a gran velocidad. El movimiento debe ser firme, con decisión, pero sin apretar demasiado, dejando que todo fluya de forma natural. En cuanto se le coge el tranquillo, podemos laminar patatas casi transparentes en apenas unos segundos. Podremos hacer recetas como estas rosas de patata o este milhojas de berenjena muy fácilmente.

Mandolinas pequeñas pero matonas

Si lo que buscamos es una mandolina que ante todo sea práctica y no corra el riesgo de acabar olvidada en el armario, nos interesan los modelos más pequeños, compactos y sencillos. Tendremos menos juego a la hora de variar los tipos de corte, pero son perfectas cuando nos interesa, básicamente, laminar con velocidad.

Por ejemplo, este modelo de Oxo a 12,75 euros tiene una gran relación calidad-precio y ocupa poco espacio. También muy apañada es la Culinary Easy-Slice, por 13,15 euros, y la casa Ibili tiene otro modelo similar a un precio de 15,55, incluyendo además el protector de manos y la posibilidad de cortar en juliana.

También muy buena opción es la mandolina de cerámica Kyocera, también con protector de dedos y un grosor regulable en tres tamaños, por 18,60 euros. Y si ya queremos subir un poco más el nivel, podemos invertir en una gama algo superior. Por ejemplo, la casa alemana Leifheit tiene de oferta su Easy Slicer a 23,32 euros, mientras que la Kobra de De Buyer, a 46,71 euros, es otra gran inversión.

Mandolinas para varios tipos de corte

Cuando realmente nos interesa tener una mandolina que ofrezca mucho juego en la cocina, podemos mirar modelos algo más completos. Es interesante que tengan un buen pie para no tener que sujetarlas solo con la mano y un completo juego de cuchillas para distintos tipos de corte. Entre las mejores apuestas tenemos la misma casa De Buyer con modelos como la Swing, con cuchillas intercambiables y muy ligera, de oferta a solo 36,69 euros. Un poco superior es la mandolina Viper, con cuchillas en forma de V que permite trabajar también con frutas blandas. Está rebajada a 115 euros.

En una gama más asequible también hay buenas opciones para una cocina doméstica. Por ejemplo, esta mandolina de tan solo 25,99 euros cuenta con buenas valoraciones de clientes y viene con un completo juego de cuchillas y un recipiente contenedor. La marca Asscom ofrece un modelo completo con cuchillas en V apostando por la máxima seguridad, con un precio de 33,99, mientras que de la casa Lacor encontramos esta otra por 22,50 euros.

Para cocinar como un profesional

Finalmente, si queremos tirar la casa por la ventana en cuanto a madolinas se refiere, podemos ir directamente a modelos que convertirán nuestra cocina en digna de un profesional. Como ya comentó Carmen hace un tiempo, la mandolina profesional Bron es el Ferrari de estos accesorios, una maravilla con la que da gusto trabajar. El último modelo cuesta 220,40 euros, pero también tenemos el Bron Coucke BR001 a 149,99.

De nuevo De Buyer nos ofrece otra apuesta de su gama superior, la mandolina Revolution, usada por profesionales gracias a su calidad y precisión. Cuesta 108,50 euros, mientras que el modelo profesional de Lacor está de oferta a 73,27 euros. Este último incluye además un maletín para guardarla y transportarla fácilmente.

Ya habéis podido comprobar que en el mundo de las mandolinas hay mucho donde elegir, así que solo tenéis que decidir cuál de ellas se adapta a vuestras necesidades. Los modelos superiores sin duda valen lo que cuestan, pero eso sí, hay que darles uso para que merezcan la pena. Aunque ya os adelanto que cuando probéis una buena mandolina de verdad os costará tener que renunciar a ella.

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