Una niña de 11 años se hizo rica al inventar una taza especial para ayudar a su abuelo enfermo de Parkinson

La historia de Lily Born detrás de las tazas 'Kangaroo' es un ejemplo más de que las buenas ideas no necesitan grandes inversiones

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En un mundo donde las ideas más simples pueden cambiar vidas, la historia de Lily Born, una joven de 21 años, capturó la atención mundial desde Chicago. Con un espíritu emprendedor inusual para su edad y un corazón lleno de amor por su abuelo, Lily ha logrado no solo mejorar la vida de su familia, sino también la de miles de personas en todo el mundo, convirtiéndose en una joven multimillonaria en el proceso.

La historia de la Kangaroo Cup comenzó en 2014, cuando Lily tenía solo once años y vivía en Chicago. Su abuelo, quien había sido diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, enfrentaba diariamente las dificultades que esta enfermedad trae consigo, en especial los temblores en las manos que le impedían realizar tareas simples como beber de una taza sin derramar el líquido.

Lily, muy unida a su abuelo, se preocupaba al ver cómo estos temblores afectaban su vida cotidiana. Motivada por un profundo deseo de ayudarle, comenzó a pensar en una solución. Aunque era solo una niña, su creatividad y determinación la llevaron a idear una taza que pudiera evitar los derrames y facilitarle a su abuelo una tarea tan simple como tomar un café.

Con la ayuda de su padre, Lily empezó a experimentar con distintos diseños. Tras varios intentos y errores, logró desarrollar un prototipo de lo que más tarde se convertiría en la famosa Kangaroo Cup. Este fue el primer paso en un viaje que transformaría no solo la vida de su abuelo, sino la de muchas personas alrededor del mundo.

La Kangaroo Cup se destaca por su diseño sencillo pero eficaz. A diferencia de las tazas convencionales, la Kangaroo Cup cuenta con una base con tres patas robustas que la mantienen estable en cualquier superficie. Esta característica es crucial para personas que, como el abuelo de Lily, sufren de temblores en las manos o tienen dificultades motoras.

Las tres patas de la Kangaroo Cup no solo proporcionan estabilidad, sino que también distribuyen el peso de manera uniforme, lo que reduce significativamente el riesgo de que la taza se vuelque, incluso si es golpeada o colocada sobre una superficie irregular. Este diseño anti-vuelco ha sido elogiado por su capacidad para mantener el contenido de la taza seguro, brindando a los usuarios una mayor confianza e independencia.

Además de su funcionalidad, la Kangaroo Cup está fabricada con materiales duraderos y ligeros, lo que facilita su uso para personas de todas las edades. Su forma ergonómica permite un agarre cómodo, lo que es esencial para quienes tienen dificultades con la motricidad fina. El diseño de la taza también es visualmente atractivo, con colores y formas que apelan a una amplia gama de usuarios, haciendo de la Kangaroo Cup un objeto funcional y estéticamente agradable.

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Lo que comenzó como un proyecto para ayudar a su abuelo rápidamente se convirtió en una empresa familiar Imagiroo. Con el apoyo de su padre, Lily llevó su idea al siguiente nivel, lanzando una campaña de financiación colectiva en Kickstarter que comenzó para producir la Kangaroo Cup a mayor escala. La campaña fue un éxito rotundo, superando con creces las expectativas de recaudación y permitiendo que la taza llegara a personas de todo el mundo.

Imágenes | Imagiroo

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