Pelador manual: el utensilio de cocina más versátil, pequeño y barato (no solo para quitar pieles)

El mercado de los utensilios de cocina ha crecido que es imposible abarcar todas las novedades, y mucho menos encontrarles sitio en casa. Hay que elegir y seleccionar lo verdaderamente útil, y los diseños innovadores son demasiado tentadores. Pero hay una pequeña herramienta que se ha mantenido casi inalterable durante años, el siempre versátil pelador manual.

Sus reducidas dimensiones y diseño básico le restan glamour y no suele llamar la atención en los escaparates plagados de aparatos vistosos. Y, sin embargo, pocas compras serán mejor aprovechadas en cualquier cocina, a un precio tan bajo y sin tener que alquilar un trastero para guardarlo.

Echar mano del cajón de cubiertos para agarrar cualquier cuchillo a la hora de pelar un vegetal es un gesto habitual, pero poco recomendable. Al menos habría que emplear un cuchillo tipo puntilla, pero los peladores manuales pueden ser mucho más funcionales y mucho más seguros para evitar cortes indeseados. Y hay muchos productos que se resisten a la pequeña hoja de de cualquier cuchillo, especialmente las pieles más duras de ciertos vegetales.

Usos prácticos de un pelador manual

Un pelador manual, en sus diferentes modelos, ofrece una mayor versatilidad de uso con funciones que van más allá de la definida por su nombre. Estas son algunas de ellas.

Decoraciones fáciles de chocolate

Hay miles de postres que lucirán mucho mejor con un pequeño toque decorativo, y para eso el chocolate es imbatible. No hace falta comprar virutas comerciales -que suelen venderse a precio de oro o ser de muy baja calidad-, ya que la versión casera es de lo más sencilla.

Una decoración muy fácil son las virutas, rizos o bucles de finas láminas de chocolate. La técnica de extender una capa muy delgada sobre una superficie dura para rasparlo funciona bien, pero nos ahorraremos mucho tiempo simplemente raspando la tableta con el pelador.

Lo único que hay que tener en cuenta es que nuestra mano puede calentar y derretir el chocolate si hce demasiado calor, así que conviene tenerlo bien frío y trabajar rápidamente.

Lascas de queso duro

El queso que añadimos a nuestros platos no siempre tiene que ir rallado. Los ejemplares más duros, como un buen parmesano o pecorino, también se pueden -y se deben- cortar en lascas más grandes, tanto para degustarlo mejor como para dar otra textura y sabor más intenso a la comida.

Un pelador manual es la mejor herramienta para extraer esas láminas de queso sin riesgos de cortes, logrando además un acabado regular y más fino que si o hiciéramos a golpe de cuchillo.

Templar mantequilla rápidamente (o laminarla para emplatar)

Son muchas las recetas que piden partir de mantequilla en pomada, blanda o atemperada. Si se nos ha olvidado sacarla con antelación de la nevera, o vamos con prisa, la mejor forma de acelerar el proceso es partirla en piezas más pequeñas.

Además de recurrir a un rallador, con el pelador podemos controlar con más precisión la cantidad de mantequilla a trocear, sacando láminas que cogerán temperatura rápidamente. Esta técnica también es útil para coronar algunos platos con trocitos de mantequilla que se derretirá con el calor, por ejemplo ciertas recetas de pasta o en la cobertura de un gratinado.

Cintas de verduras (falsa pasta)

Tanto para comer de forma más ligera como para, simplemente, variar nuestros platos de verduras, el formato de cintas, imitando la pasta larga, es sencillísimo de obtener con un buen pelador.

Funcionará solo con verduras más duras y que tengan un formato alargado, como el calabacín o las zanahorias, pero merece la pena probarlo con recetas como estos falsos pappardelle, o estas recetas de cintas de calabacín. En crudo o con un ligero salteado, la verdura adquiere una textura y un sabor deliciosos en platos que se pueden tomar tal cual o combinándolos con la propia pasta.

Juliana de verduras (o falsos fideos)

Algunos modelos de peladores incluyen una cuchilla dentada especial para cortar en juliana. Son ideales para preparar rápidamente verduras y hortalizas con este corte, obteniendo un grosor y tamaño homogéneo, sin apenas esfuerzo.

Es un formato perfecto para hacer ensaladas combinando texturas y colores, pero también para salteados, sopas o guisos. Y al producir un corte tan fino, la juliana nos servirá también como alternativa a los "falsos" fideos vegetales, o más bien tallarines por su perfil plano.

Mínimo desperdicio a la hora de pelar

No existe ninguna razón sanitaria o de seguridad alimentaria que obligue a pelar las verduras y horalizas, con las excepciones de las más duras e incomestibles, como la calabaza o la yuca.

Sí es cierto que para determinadas recetas querremos un resultado más fino y elegante en la mesa, y también podemos necesitar retirar posibles partes dañadas o feas. Si usamos un cuchillo es probable que acabemos un resultado desigual y llevándonos más verdura de la necesaria, algo fácilmente evitable con el pelador.

Esta herramienta permite retirar la capa más externa y fina de piel con un rápido movimiento de muñeca y gran precisión, sin desperdiciar más producto de la cuenta.

Pelar fácilmente pieles muy duras o fibrosas

Enfrentarse a una calabaza entera suele producir pereza, pero siempre merece la pena invertir en una pieza completa, más barata que el producto ya preparado que ahora abunda en los supermercados. En realidad, con un pelador manual conseguimos retirar con un mínimo esfuerzo la piel, de nuevo, sin malgastar el interior de la verdura.

Con el pelador también podremos retirar esas fibras o hebras desagradables de ciertos vegetales, como el apio o las pencas de las acelgas. Y aunque su piel no es tan dura, el boniato siempre ofrece mucha resistencia a la hora de pelarlo; esta herramienta facilita en gran medida la tarea.

Cinco tipo de peladores manuales

¿Qué pelador manual comprar? Siendo una herramienta tan económica no tiene sentido ir racaneando con el precio, aunque también es cierto que tampoco hay que elegir el modelo más caro solo porque sí. Lo que nos interesa es que el diseño nos resulte cómodo de usar y que los materiales sean resistentes y duraderos.

Su sistema de funcionamiento es tan sumamente básico que no permite grandes innovaciones en cuanto al diseño, pero sí podemos encontrar varios modelos diferentes en el mercado. Estos son los más comunes.

Pelador recto o giratorio

Llamado swivel peeler en inglés, reproduce la forma de un cuchillo al presentar la cuchilla en un extremo como continuación recta del mango. Para usarlo hay que ir rotando el vegetal a pelar, como haríamos, precisamente, con una puntilla, y también permite sacar tiras de piel con productos rectos. No todos permiten deslizarlo en ambas direcciones, una cuestión a tener en cuenta para zurdos.

Este modelo de OXO es uno de los más vendidos y con mejores valoraciones en todo el mundo. Destaca por su mango ergonómico y blando, antideslizante, y la cuchilla de acero inoxidable resistente perfecta para verduras y hortalizas de piel más dura y firme. Además incluye una puntilla para retirar "ojos" o pequeñas imperfecciones, y una funda protectora de seguridad.

Subiendo un poco más de precio tenemos un modelo más profesional de la prestigiosa marca alemana WMF, un pelador de 15 cm en acero inoxidable Cromargan 18/10, que aseguran indestructible, apto para lavavajillas y resistente al óxido. La cuchilla es desmontable e intercambiable, aunque puede resultar incómodo de usar ya que, a diferencia del modelo completamente recto, obliga a mantenerlo de lado.

Pelador oval

Más cómodo de manejar para muchos, ya que permite una mayor libertad de movimientos con las manos, el diseño oval de estos peladores se adapta fácilmente a cualquier producto, minimiza el riesgo de cortes y funcionan mejor con pieles más duras e irregulares.

Un modelo básico se presenta en acero inoxidable con la cuchilla de doble filo basculante, que da más juego a la hora de usarlo en todo tipo de hortalizas y verduras de piel más dura.

Pelador en Y

Se presenta como la alternativa al anterior, aún más preciso de dirigir y aplicar. Es perfecto para jugar con el grosor del corte sin apenas esfuerzo y también se adapta a cualquier verdura, fruta o tubérculo, especialmente de pieles más duras y textura firme.

Una de las mejores marcas de peladores de este tipo es la suiza Kuhn Rikon, y este set de tres unidades tiene muchos fieles adeptos también entre profesionales. Su gran fuerte es la altísima calidad del filo, de acero de carbono, muy resistente y que permite una gran precisión para conseguir cortes finísimos y limpios.

Solo hay que tener en cuenta que se puede oxidar con facilidad, por lo que nos obliga un poco a lavarlo a mano secándolo muy bien inmediatamente después de usarlo. También se vende en formato individual con diferentes colores, pero el conjunto de tres sale mucho más rentable.

Peladores microdentados

Son variantes posibles de los modelos anteriores. La diferencia está en que las cuchillas no sn rectas, sino microdentadas, por lo que están diseñados específicamente para pelar con más delicadeza productos de pieles más finas, o vegetales más blandos y delicados.

Estos peladores son por tanto más adecuados para pelar rápidamente tomates, kiwis o frutas de pulpa más jugosa, como un persimón ya maduro. En realidad, salvo que realmente acostumbremos a pelar estos alimentos en grandes cantidades, tienen una utilidad mucho más limitada que los peladores más universales.

Pelador en juliana

Con un filo dentado más grueso, estos peladores permiten obtener un corte tipo juliana rápidamente en prácticamente cualquier verdura, hortaliza o fruta de textura razonablemente firme. Ahorra mucho esfuerzo si queremos dar una textura diferente a nuestras ensaladas, o buscamos un corte fino y homogéneo de vegetales para hacer salteados o una tortilla.

Es muy práctico también para simular los ya mencionados formatos de "falsa pasta" o para decorar platos. En este sentido, resulta especialmente práctico para sacar tiras de pieles de cítricos sin la parte blanca de la fruta, que amarga y afea.

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