La impresión 3D hace tiempo que dejó de sonar a ciencia ficción y encontramos un amplísimo catálogo de máquinas más o menos asequibles para su uso doméstico. En Directo al Paladar nos interesa esta tecnología aplicada al mundo gastronómico, y en esa línea encontramos la propuesta de mycusini, una impresora 3D de chocolate alemana con la que sacar nuestro lado dulce más creativo.
Se trata de una pequeña máquina diseñada para poder crear en casa figuras tridimensionales de pequeño tamaño y distinta complejidad 100% comestibles, enfocados más a la decoración dulce que a la elaboración de postres en sí mismos. Porque, aunque se publicita como "impresora de chocolate", el material es más bien una mezcla de cobertura a base de azúcares, grasas y cacao, con diferentes aromas y, en su caso, colores.
En este sentido, el mecanismo de funcionamiento es muy simple, imitando el sistema de las impresoras 3D con materiales sintéticos pero usando un producto dulce y comestible, que se derrite con el calor que genera la propia máquina, y se solidifica al enfriarse.
Por su tamaño y capacidades, no podremos obtener obras muy grandes, pero podríamos decir que en el pequeño tamaño reside parte de su encanto, con figuritas de chocolate más o menos delicadas que pueden dar mucho juego para coronar tartas y pasteles, helados, batidos, natillas, galletas o postres de todo tipo, también como detalle para regalos personalizados.
Sobre el papel aparenta ser un juguete tecnólogico muy tentador para los aficionados a preparar dulces y chocolates caseros, solo falta saber si cumple con lo que promete o si es fácil de usar.
Características y especificaciones técnicas
Lo primero que destaca de MyCuisini es el pequeño tamaño de la máquina en sí, muy compacta y nada aparatosa, fácil de encajar en cualquier rincón de la cocina o de guardar en un armario. Ocupa el mismo espacio que una cafetera automática media, y por la forma en cubo vertical incluso es menos trasto, al no tener salientes o piezas acopladas externas.
Solo necesita una superficie estable y resistente, una toma de corriente y estar alejada de fuentes de calor o corrientes de aire. Además, es muy ligera y fácil de mover.
CARACTERÍSTICAS | |
Dimensiones de la máquina | 190x195x275 mm |
Peso | 4 kg |
Material del cuerpo | Plástico |
Sistema de impresión | Filamento fundido |
Material de impresión | Mezcla de cacao de diferentes sabores y colores |
Idiomas | Alemán e inglés |
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Contenido de la caja
Actualmente, el pack básico de compra que se oferta cuenta con el siguiente contenido:
- Impresora de chocolate 3D mycusini.
- Cartucho extraíble de acero inoxidable.
- Placa de producción.
- Esterilla de silicona.
- Lector de tarjetas con tarjeta SD mycusini con más de 1000 diseños integrados.
- Pinzas de plástico.
- Manual de instrucciones (en inglés y alemán)
- Catálogo de diseños.
- Un paquete mycusini 3D Choco Dark con 5 recambios.
- Unidad de alimentación.
La marca ofrece diferentes paquetes con un mayor contenido de accesorios y además se pueden comprar aparte, por ejemplo otra esterilla de silicona o unas pinzas metálicas, además de rellenos cremosos tipo praliné de diferentes sabores.
Para esta prueba recibimos un lote con recambios de diferentes sabores, incluyendo coberturas de chocolate de colores blanco, rosa y azul.
Manos a la obra
Si nunca te has enfrentado a una impresora 3D, puede que el mecanismo inicial te choque un poco y te sientas perdido, pero una vez se comprende cómo funciona resulta de lo más sencillo. Lo más complicado puede ser entender las instrucciones si no se domina el inglés o el alemán, pero el texto es escueto y hay una buena cantidad de imágenes bien ilustrativas que lo hacen sencillo. La marca además ofrece este vídeo donde se ve cada paso.
Lo primero, después de quitar embalajes y demás, es conectar el adaptador de corriente, enchufarla y encenderla. Se maneja mediante una rueda giratoria que actúa también de botón, para mover el cursor por la pantalla digital situada en la parte superior.
Básicamente hay que dejar que la impresora se caliente y preparar el cartucho con el que se quiere imprimir. Cada barrita ofrece en realidad dos recambios, pues hay que cortarlos por la mitad para introducir el corte de cara al orificio de salida del cartucho metálico. Este se coloca en el cartucho, que se inserta verticalmente en la máquina.
Con la tarjeta SD insertada, y la máquina ya caliente y lista, solo hay que navegar por el menú usando el catálogo de diseños como referencia para elegir lo que queremos imprimir. Los modelos se clasifican en campos tipo "animales", "Navidad", "números", etc. Además, se indica la cantidad de carga necesaria, ya que los diseños más grandes o complejos piden, lógicamente, más material de impresión.
Una vez dada la orden, com la esterilla de silicona limpia colocada y el chocolate listo, la máquina pide liberar una pequeña cantidad de material para comprobar que tiene buena textura y que pasa limpiamente por la boquilla. Hay que hacerlo manualmente girando la rueda, y al principio puede costar pillarle el truco.
A continuación, MyCusini se dedica ella sola a imprimir, mostrando en la pantalla el progreso, tiempo y material restante. Es importantísimo no mover la máquina ni la superficie donde está situada, y esperar a que se enfríe un poco cuando ha terminado. Hace muy poco ruido y se mantiene muy estable.
Pruebas de diferentes diseños
Hemos estado trasteando varios días con los diseños del catálogo (hay un montón), probando impresiones con diferente volumen y dificultad, y los resultados han sido, en general, muy satisfactorios.
Aunque hablamos de diseño 3D, muchas figuras son de perfil bastante plano, como los nombres o pequeñas frases tipo "¡Feliz Cumpleaños!", como chocolatinas con cierto volumen. Otros se convierten casi en bombones huecos, creando figuritas en miniatura más o menos logradas, y también hay modelos perfectos para rellenar con las cremas de la marca o las que queramos usar nosotros.
Con cada medio recambio se pueden llegar a imprimir hasta cinco o seis figuras de las más pequeñas, y cada impresión no suele tardar más de 10 minutos, en el caso de las más complejas, y las simples requieren incluso menos tiempo.
Es fascinante observar cómo trabaja la impresora poco a poco, contemplando en vivo el proceso de creación y viendo surgir cada figura con precisión. Los modelos con motivos más intrincados, curvas y detalles son los más conflictivos, pues a veces el chocolate no sale con la fluidez necesaria y se crean pequeñas imperfecciones.
Si corre aire o se ha movido la esterilla, el diseño saldrá mal o deforme; las figuras de menos líneas, más finas o con un cuerpo menos sólido, son además muy delicadas. Aunque se trata de una mezcla de cacao diseñada para resistir más que el chocolate puro, si hace mucho calor podríamos estropearlas al manipularlas con las manos. Es recomendable cogerlas con las pinzas, o llevar la esterilla de silicona un rato a la nevera con la figura encima.
Tuvimos un pequeño fracaso con el intento de impresión de la Torre Eiffel, que se nos derrumbó las tres veces. Una pena, pues la impresora es capaz de reproducir este icono francés con asombrosa precisión en un tamaño diminuto, pero al llegar al cuerpo superior de la torre, al no haberse secado bien el chocolate, este se colapsa. La gravedad es cruel, y quizá hacía demasiado calor en nuestra cocina.
El chocolate, que ya hemos precisado que técnicamente no es chocolate 100% sino una mezcla dulce, está bastante rico y tiene buen sabor a cacao en sus variedades negras. Los aromas de sabores como el de naranja están bien conseguidos, mientras que los de colores solo gustarán a quienes disfruten del chocolate blanco, demasiado dulce.
Diseños sin fin personalizados
El catálogo incluido en papel ya abarca una grandísima variedad de modelos para replicar en chocolate, tocando los clásicos (números, celebraciones, fiestas especiales, motivos románticos, animales, alimentos, felicitaciones, profesiones...) y muchos objetos y motivos decorativos más abstractos.
La compra de la máquina permite el acceso al club mycusini, donde se van compartiendo nuevos prototipos, y que también ofrece una aplicación para que cada usuario pueda crear sus propios diseños. Esto multiplica las posibilidades de la impresora hasta el infinito, siempre dentro de las posibilidades artísticas de cada uno, y de la propia máquina.
Conclusiones
Una impresora 3D de chocolate no entra en la categoría de electrodomésticos que podamos definir como imprescindibles o muy útiles, eso está más que claro. Por tanto, es una compra que solo podemos recomendar a los aficionados a preparar dulces, chocolates y postres caseros con un toque especial, y que disfruten compartiendo sus creaciones con la familia o los amigos.
El precio, a pesar de ser un modelo de uso doméstico, también puede echar para atrás, por lo que habrá que pensarse bien si se le va a sacar rendimiento. Aunque los cartuchos rinden bastante, no hay que olvidar tampoco que nos exige tener que reponer las reservas de los mismos cada cierto tiempo, pues sin ellos la máquina no sirve de nada, y no se pueden usar chocolates o mezclas ajenas a la marca.
La impresora es cómoda y sencilla de usar, apenas lleva tiempo ponerla en marcha y tener un diseño listo, si bien limpiar el cartucho metálico es un poco tedioso, debido al orificio tan estrecho. Recomendamos usar algún limpiador especial de boquillas y hacerlo nada más terminar cada uso.
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