Siempre me han resultado algo difíciles las recetas de pastelería, porque mis manos suelen tener una temperatura superior a la ideal. Por ese motivo, este rodillo refrigerado por agua que acabo de descubrir, seguro que me ayuda en estas tareas.
Con solo abrir la tapa lateral y rellenar el rodillo con agua fría, conseguimos bajar la temperatura de su superficie, y además, añadirle algo de peso, con lo que la función de amasado se facilita. Al mantenerse frío, no se pegan las masas ni las pastas en él.
Una vez relleno, el acero inoxidable de su superficie mantendrá la temperatura durante varias horas, sin producir condensación, por lo que resulta una opción muy interesante, frente a los tradicionales rodillos de madera.
Vía | Baytreecookware En Directo al Paladar | Rodillo de silicona para amasar En Directo al Paladar | Cómo hacer pasta fresca