Hace unos años estuve trabajando en el comedor de un colegio, y allí, en las paredes lucía un cartel en el que hablaban de El Rey Migas, instando a los pequeñajos a no convertirse en semejante monarca, ya sabéis, aquel que deja toneladas de migas dispersas por la mesa después de comer. Porque es innegable que unas pocas migas son inevitables, pero cuando ya se convierten en legión resultan un poco molestas.
Para eso están los recogemigas, diréis, y tenéis toda la razón. Hay profesionales de sala que son unos verdaderos artistas en la materia, deslizando el artefacto por el mantel como acariciándolo, e incluso algunos se acompañan de un cepillito que facilita las cosas. ¿Y que tal si automatizamos las tareas y dejamos que sea un pequeño robot el que limpie nuestra mesa?
Divertido planteamiento el de este pequeño gadget que va adecentando la mesa para regocijo de los más gamberros, sean niños o adultos: un robot aspirador para recoger las migas de la mesa. El mecanismo se acciona apretando un botón en la cabeza-casco y la criatura hace todo el trabajo. Bendito sea este pequeño cabezón.
Vía | No puedo creer
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