Más allá de ser un paraíso natural, Asturias no se conforma con ser sólo un escenario de lujo donde mar, montaña y prado convive en esta privilegiada franja de tierra donde poder montes y playas comparten cartel.
Un tesoro concentrado en el que naturaleza, historia, cultura y gastronomía -la que hoy nos ocupa- se dan la mano. La tierra de la fabada y del pote asturiano, de los bollos preñaos, de las cebollas rellenas, del culón de xata roxa, de los guisos con pitu de Caleya, del arroz con leche, del cachopo, de los tortos, las casadielles o su legión de quesos desde el Cabrales al Gamoneu, pasando por el Casín, por el Oscos o por el Afuega'l Pitu.
Pero no sólo de tierra vive el asturiano, sino también de mucho mar y es que en sus costas son muchos y muy variados los ejemplos de pescados y mariscos con los que Asturias invita e incita, tanto a paisanos como a viajeros, para degustar una cocina marinera de primerísimo nivel donde prácticamente el producto llega dando aletazos a la mesa.
Merluzas a la cazuela, rollos de bonitos, arroz con bogavante, verdinas con marisco, rape alangostado, raya, bocartes en vinagre, pastel de tiñosu, empanada de xarda, chipirones afogaos o marmitas de bonito forman parte de esa bandera azul que nos invita a continuas inmersiones en cazuelas, sartenes y hornos.
350 kilómetros de balcón sobre el Cantábrico se convierte así en el terreno donde desembarcan cientos de tesoros, muchos de ellos con sus propios nombres asturianos y con los que no tardarás en familiarizarte.
Al bogavante se le llama bugre en la Asturias occidental y llubricante o llocántaru en el centro y este, el rape se ganó el apelativo de pixín (o sapito, si es de ración), a la lubina como roballiza (o furagaña si es pequeña), al buey de mar lo tienen por ñocla, a la nécora la tienen por andarica, al eterno erizo se le denomina oricio, al berberecho se le bautizó como virigüetu y al cabracho le encontrarás por tiñoso… Y así con una lista que podríamos seguir extendiendo pero que como muestra es suficiente.
Todos ellos forman parte de la panoplia con la que los restaurantes del Principado, donde rescatamos 12 referencias donde acertar con buenos platos de pescado y marisco aunque acertar y comer en restaurante en Asturias son casi sinónimos.
La lista se enarbola sobre todo por ese producto marino, así que no os extrañéis si no veis referencias donde se come de maravilla pero donde la carta no está tan consagrada al mar. Razón por la que, en esta ocasión, no veréis aquí nombres como los estrellas Michelin del estilo de Casa Marcial o Casa Gerardo, ni tampoco referencias carnívoras como El Asador de Abel o La Bolera.
Real Balneario de Salinas, Castrillón
En plena playa de Salinas, este estrella Michelin es uno de los referentes donde comer pescado de altísima calidad, barnizado por el mimo que el chef Isaac Loya imprime a sus platos, haciendo un buen compendio entre tradición y vanguardia en todos ellos.
Si la rula (así se llama a las lonjas en Asturias) de Avilés lo permite, conviene entregarse al salmonete con arroz caldoso, al virrey al natural -uno de los iconos de Loya-, a los santiaguiños y a la ventresca de bonito, pescado por el que el chef siente predilección.
Los entrantes también están cuajados de pescado, como el bogavante flambeado, el tartar de lubina o el sabroso y viajero bonito con ponzu. En total, más de una docena larga de preparaciones con pescados y mariscos y una interesante carta de vinos con los que darse un homenaje marinero. Además, hay tres opciones de degustación más allá de la carta, entre ellos el menú largo de 14 pases de productos del Cantábrico, caro pero que merece la pena.
Real Balneario de Salinas. Avenida de Juan Sitges, 3 33405 Salinas (Castrillón) Asturias Tel. 985 51 86 13. Ticket medio: entre 50€ y 80€.
Güeyu Mar, Ribadesella
Abel Álvarez se encarga de la propuesta ultranáutica de Güeyu Mar, un restaurante donde el respeto por el producto llega a límites insospechados y donde la primorosa llama de la parrilla se encarga, bajo esta batuta inspirada, en convertir cada pescado y marisco en joyas.
Es, sin género de dudas, uno de los mejores restaurantes de pescado de España y una auténtica pasarela de moda donde desfila lo mejor del Cantábrico. Es difícil quedarse sólo con uno o dos pescados pero, si se tiene la suerte, se debe apostar por el rey a la brasa, aunque el bonito en temporada no desmerece, ni la lubina ni el besugo le van a la zaga.
También es famoso por sus conservas braseadas, como sardinas y berberechos, que demuestran que puede haber muchísima calidad envasada en cada lata. Todo ello con las playas de Ribadesella como telón de fondo, extendidas como si de una alfombra azul se tratara.
Güeyu Mar. Playa de Vega, 84, 33560 Ribadesella, Asturias. Teléfono: 985 86 08 63. Ticket medio: entre 60€ y 80€.
Taberna Marinera El Bálamu, Llanes
Cambiamos de registro para seguir disfrutando del mar, igual con buen producto, pero con un restaurante de propuesta más modesta pero también muy honesta donde se sigue el dictado diario de la rula (en este caso la de Llanes).
Es interesante empezar con los tacos de pixín, ligeros y sabrosos, igual que los calamares, antesala frita de la gran especialidad del restaurante: la plancha. En ella se acomoda el pescado del día, guiado con temple por Manolo González, que despacha meros, rapes, merluzas, cabrachos y rodaballos con soltura.
El remate de El Bálamu bien lo puede poner su extenso ventanal, abierto sobre el puerto de Llanes y que se convierte así en un trasiego constante de pequeños pesqueros y embarcaciones náuticas muy curioso.
Taberna Marinera El Bálamu. Puerto Pesquero, s/n, 33500 Llanes, Asturias. Teléfono: 985 41 36 06. Ticket medio: 40€.
El Rompeolas, Villaviciosa
En Tazones, una pequeña parroquia de Villaviciosa, El Rompeolas se erige como uno de los restaurantes preferidos por viajeros y locales para disfrutar de buen pescado y a precios no desorbitados. Del mismo modo que hace más de dos décadas, cuando iniciaron la andadura.
Una de sus especialidades son los fritos de pixín, aunque también muestran buena soltura con los pescados al horno (en especial lubinas y besugos) y con los arroces, siendo el de bogavante (aquí bugre) uno de los que más fama tienen.
Libre de pretensiones y muy sincero, El Rompeolas encarna esa tradición marinera asturiana en el guiso como son las almejas o los calamares en su tinta, que siempre merecen una visita, aunque conviene prestar atención a José Martínez, responsable del establecimiento, que danza por la sala cantando sugerencias.
El Rompeolas. Tazones, 21, 33315 San Roque, Villaviciosa, Asturias. Teléfono: 985 89 70 13. Ticket medio: entre 35€ y 45€.
La Huertona, Ribadesella
Mercando a diario entre las lonjas de Llanes y Ribadesella, Rosa Ruisánchez y José Manuel Viejo ofrecen en La Huertona (a un par de kilómetros de Ribadesella centro, en la carretera de la Piconera) lo que el mar ofrece, entregados a una cocina en la que lo que abunda es el producto y donde las recetas pasan al segundo plano, plegándose a lo que el pescado pide.
Desde los más humildes, como sardinas y anchoas hasta los más nobles, como los bogavantes o las merluzas, el despliegue de calidad y frescura en cada ejemplar es magnífico pero donde se da el do de pecho es en la brasa, convirtiéndole en una de las mejores parrillas del norte.
En ella mimam al rey, al bonito, al besugo y a los chipirones, demostrando que pocas manos hay que puedan hacerles sombras en estas lides. El precio, más que merecido, supone un alivio si lo comparamos con otras parrillas asturianas como podría ser el propio Güeyu Mar.
La Huertona. Carretera de la Piconera s/n, Ribadesella, Asturias. Teléfono: 985 860 553. Ticket medio: entre 65€ y 80€.
Eutimio, Lastres
Casi 60 años de historia contemplan a la familia Busta, que inició su andadura en este coqueto hotel-restaurante en 1964 con Rafael Eutimio, padre de María y Rafael hijo, que son los que ahora regentan el negocio. Ella en cocina y él en sala.
Lo que no ha cambiado es el buen trato, la amabilidad y la calidad honesta de su propuesta con clásicos de la cocina asturiana (sin que sirva de precedente en este tema marinero recomiendo su fabada y su cacholetus) pero donde bordan con oro la cocina es en el pescado.
Es el caso de su besugo y su rape a la espalda, icono de la casa, o de la merluza al estilo Eutimio. Más moderno pero curioso y poco habitual es el crujiente de bonito.
Casa Eutimio. Calle de San Antonio, s/n, 33330 Lastres, Asturias. Teléfono: 985 85 00 12. Ticket medio: entre 35€ y 45€.
La Fustariega, Verdicio
Llegar aquí es entender por qué hay una canción asturiana tradicional que reza "Soy de Verdiciu" y es que en este encantador pueblo, no muy lejos del Cabo Peñas, se unen los prados asturianos con la proximidad de este Cantábrico bravo pero noble.
De esa misma nobleza se valen en la cocina de La Fustariega para tratar con respeto al producto del mar, que gana enteros en esta sidrería-asador (donde también podrás comer algo de chicha) pero donde los mariscos a la plancha y cocidos, la cuchara (ojo a las fabes con almejas y a las verdinas con pulpo) mandan.
A su vera, de la rula de Avilés y de la de Gijón, pescados a la cazuela, al horno y a la parrilla, que suponen la mejor forma de hacerse la idea de este tranquilo restaurante en ese maravilloso lugar que podemos llamar 'mitad de ninguna parte'.
La Fustariega. Carretera de Avilés - Cabo de Peñas, Verdicio, 33448 Verdicio - Avilés, Asturias. Teléfono: 985 87 81 03. Ticket medio: entre 35€ y 45€.
Casa Vicente, Castropol
Vicente Alonso oficia en este negocio familiar, abierto desde hace 80 años, y que sigue al pie del cañón en esa exigua frontera geográfica que se marca con el río Eo, dejando a la izquierda el Ribadeo gallego y a la derecha el Castropol asturiano, costa ostrera por definición, en el tercio occidental de Asturias.
Oricios, mariscos de ría y muchos pescados (besugos, pixines, reyes, merluzas y bonitos) son los gerifaltes de la comanda del día, siempre variable en función de lo que los marineros traigan, y donde tampoco se echan de menos a los arroces y a las cazuelas.
Cuenta además con unas impresionantes vistas sobre la ría del Eo y es un lugar espectacular para contemplar atardeceres, por lo que si uno va a cenar, mejor llegar pronto, y si va a comer, estirar la sobremesa.
Casa Vicente. Avenida de Galicia, s/n., 33760, Castropol, Asturias. Teléfono: 985 63 50 51. Ticket medio: entre 35€ y 40€.
El Pescador, Cudillero
Posiblemente, Cudillero sea uno de los pueblos con más posts de Instagram de cada verano cuando hablamos de Asturias. Villa marinera y pescadora por excelencia, su entrada a puerto, teñida de verdes, azules y amarillos en cada edificio, se ha convertido así en un reclamo para todo tipo de viajeros.
El que tenga más intención gastronómica, como vosotros, no debería marcharse de aquí sin probar (o intentarlo, porque se pone de bote en bote) El Pescador, un restaurante que promete lo que su nombre preconiza.
Así, este tranquilo hotel boutique propone un despliegue marino sin igual: mariscadas, parrillas, arroces, calderetas y cazuelas donde es verdaderamente complicado elegir, aunque mejor dejarse guiar. En nuestra opinión, más allá de la magnífica espalda para el besugo o de la ventresca de bonito en temporada, aconsejamos pedir el humilde pero rico rollo de bonito.
El Pescador. Calle Tolombreo De Arriba, 33150 Cudillero, Asturias. Teléfono: 985 59 09 37. Ticket medio: 45€.
Cabo Vidio
Cabo Vidio también es uno de esos hoteles restaurante que tanto abundan en la costa asturiana (y en los que tanto se disfruta y tanto nos gusta estar). En la cocina oficia Jairo López, un trotamundos que dejó su carrera en el mundo de la banca para recuperar las riendas de este negocio familiar.
Fiel al recetario tradicional, Juano se encarga de dar salida a todo lo que el mar le propone, desde el entrante hasta el principal. En temporada conviene detenerse en el bonito en escabeche suave y si el frío aprieta, hacerlo con unas almejas a la marinera.
Buen manejo de los tiempos del horno, donde también el bacalao cobra importancia (algo no tan frecuente en Asturias) y donde la ventresca de bonito gana enteros en verano. No conviene irse sin probar tampoco los calamares en su tinta, muy típicos de Cudillero a partir de agosto y septiembre, cuya salsa acaba siempre volando entre migas de pan.
Cabo Vidio. Salida 438 A-8, Oviñana, 33156 Cudillero, Asturias. Teléfono: 985 596 112. Ticket medio: 45€.
El Hórreo, Luanco
Cerramos la ruta a lo Ángel Nieto con este 12+1 apostando por un restaurante que cumple con las tres bes: bueno, bonito y barato. No esperes lujos en las paredes, en las mesas o en la mantelería, ni tampoco la más absoluta calma pero eso sí, espera comer bien.
El Hórreo es una demostración de que comer buen pescado y buen marisco no tiene por qué ser excesivamente caro y que si se presta atención a la temporada, el mar ofrece gangas. De aquí no deberías marcharte sin probar las mariscadas (en meses de erre, ya sabes).
Si quieres ir paso a paso, no olvides la ñocla (buey de mar, recuerdas), percebes, buenos calamares (fritos y a la plancha) y si lo hay, buenísimos bugres. También trabajan bien la plancha y el horno para los pescados y los arroces, aunque estos no son los más destacados de la carta.
El Hórreo. Lugar Antromero, s/n, 33449 Luanco, Asturias. Teléfono: 985 87 14 70. Ticket medio: entre 25€ y 35€.
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