Aunque la Costa de Azahar tiene una joya de alargada sombra que es Peñíscola, no es menos valioso el patrimonio gastronómico de su pueblo vecino, Benicarló. Esta localidad atesora una de las joyas gastronómicas de la temporada: su preciada alcachofa con denominación de origen.
En concreto, la alcachofa de Benicarló, destaca por su forma chata y compacta, y su peculiar hoyuelo. Para no dejar lugar a dudas, se comercializa debidamente identificada por el sello del consejo regulador que la gestiona.
En concreto, solamente están acogidas a la Denominación de Origen Protegida, las alcachofas de categoría extra y primera. Cuando está fresca, sus hojas tienen que ser flexibles, resistentes y estar muy apretadas.
Su temporada va de octubre a junio. Como sucede con la mayoría de productos con denominación de origen, tiene que consumirse fresca para poder apreciar todo su sabor y aroma.
Un producto hijo de un clima generoso
Desde la DOP Alcachofa de Benicarló, destacan que se trata de un ingrediente “cultivado con pasión y cocinado con amor”. En concreto, subrayan que este producto es el resultado de un clima generoso y el buen hacer tradicional de las gentes del campo de esta comarca.
En concreto, su zona de producción se encuentra en las suaves planicies litorales del Baix Maestrat, en Castellón, y su área de cultivo, donde se extienden hectáreas enteras de esta planta, se reparte entre las localidades de Benicarló, Càlig, Peñíscola y Vinaròs.
Desde la denominación de origen ponen en valor que el Mediterráneo baña estas costas, lo que “ejerce un efecto benefactor sobre estas ricas tierras, permitiendo que la alcachofa se desarrolle con una calidad excelente, redonda, consistente y compacta”.
Así, estas especiales características micro-climáticas, confieren, de forma natural, una extraordinaria resistencia a esta flor. Esta resistencia, en condiciones óptimas de conservación, “ofrece una larga duración sin mermar su alta calidad”.
Precisamente, esta característica permite retrasar el ennegrecimiento producido por los fermentos oxidantes contenidos en la alcachofa, confiriéndole un buen aspecto durante más tiempo.
Baja en calorías y llena de vitaminas
La alcachofa es un bocado caprichoso lleno de ventajas dietéticas. Aparte de contener muy pocas calorías, las alcachofas regulan el nivel de colesterol y proporcionan un 12% de glúcidos, incluido un azúcar muy particular, la inulina, que toleran bien incluso los diabéticos.
Además, esta flor de dudosa belleza pero satisfactorio sabor contiene calcio, hierro, vitamina A, B1 y C, una gran variedad de componentes que la hacen todavía más atractiva.
La Denominación de Origen protegida Alcachofa de Benicarló fue aprobada el 18 de septiembre de 1998 por la Generalitat valenciana, un reconocimiento al buen hacer tradicional de los agricultores de la zona.
Asimismo, el sello también garantiza todo el proceso de cosecha de la Alcachofa de Benicarló: desde su recogida en los campos, hasta su selección, envasado, etiquetado y expedición, para garantizar que el sello albergue solo los mejores frutos de estas tierras.
Desde la DO proponen numerosas formas de consumirla: al horno con un chorro de aceite y sal, o en platos más elaborados como los Corazones de alcachofa crujientes; las alcachofas confitadas con queso de cabra y mermelada de tomate; caldereta de arroz con galeras y alcachofas de braseadas; rape a la benicarlanda con gamba roja y alcachofas; chipirones con alcachofas, o patas de pulpo con alcachofas.
Protagonista de la Festa de la Carxofa
Como estrella de la DO, la alcachofa benicarlanda protagoniza durante la segunda quincena de enero la tradicional Festa de la Carxofa y sus jornadas de pinchos, que este año llegan a sus nada desdeñables XXX ediciones con una programación más ambiciosa que nunca.
Con 28 establecimientos adheridos, los participantes podrán trazar una ruta por diferentes modos de degustar esta flor, con propuestas como la 100% local que realiza el restaurante San Rafael a base de crujiente de clorofila de alcachofa relleno de tartar de corazón de alcachofa de Benicarló confitado, mouse de queso de tovalló del Maestrazgo y espuma de patata morada trufada con tierra de baldana y perlas de aceite del Senia.
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También destacan otras opciones de fusión asiática y/o latina, como la suave crema de jengibre, alcachofas salteadas, medallón de caballa, cebolla roja y vinagreta de harissa; la fajita rellena con salteado de alcachofa, salmón ahumado y delicias de mango con un toque de salsa agridulce; o el lecho de wakame con un bloque de alcachofa cubierta por una lámina de atún, parcialmente cubierta por una velouté y coronado con un carpaccio crujiente de alcachofa.
También resultan sorprendentes otras propuestas como el pulled pork con alcachofa confitada en pan de cristal con alioli de aguacate y virutas crujientes de jamón ibérico; la croqueta cremosa de alcachofa y queso idiazábal, así como el fartó (el de la horchata, sí) relleno de pato desmigado y alcachofa con mayonesa japonesa, o la clásica alcachofa escabechada de manera tradicional.
Aparte de adentrarse en esta deliciosa ruta de propuestas, los vecinos y visitantes podrán participar en la gran demostración gastronómica de la alcachofa el último domingo de enero, una cita que incluye diversas degustaciones y bebida para empaparse de este producto hasta el final con preparaciones en directo.
Fotos: Ayuntamiento de Benicarló, Marck Stebniki/Pexels, Ready Made/Pexels, Magda Ehlers/Pexels, Manel and Sean/Pexels, Manfred Richter/Pixabay, Jacqueline Macou/Pixabay y Cooperatives Agroalimentàries CV/Flickr.