Cuando se habla de las Islas Canarias, la imagen que suele venir a la mente es la de playas doradas, acantilados impresionantes y aguas cristalinas. Sin embargo, el archipiélago es mucho más que costa. En su interior esconde pueblos y ciudades llenas de historia, tradiciones y paisajes que sorprenden a quienes se aventuran más allá del litoral.
En Gran Canaria, localidades como Teror, con su impresionante Basílica de Nuestra Señora del Pino y sus calles empedradas llenas de encanto, o Tejeda, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, rodeado de montañas y con vistas espectaculares al Roque Nublo, son solo algunos ejemplos. También está Artenara, el pueblo más alto de la isla, donde muchas casas están excavadas en la roca, y Valleseco, con su exuberante vegetación y su aire fresco de montaña.
Entre todos estos lugares, hay uno que destaca especialmente por su relación con el agua y por sus vistas impresionantes hacia el Atlántico. Firgas, conocido como el "Balcón del Atlántico", es un pequeño pero encantador pueblo situado en el norte de Gran Canaria, a unos 28 kilómetros de Las Palmas de Gran Canaria.
![Fuente Firgas Hic](https://i.blogs.es/a897ce/fuente-firgas-hic/450_1000.jpeg)
Para llegar desde la capital, basta con tomar la GC-2 en dirección noroeste y luego desviarse por la GC-20, un trayecto en coche de aproximadamente 30 minutos que atraviesa bellos paisajes rurales.
Firgas tiene una historia estrechamente ligada al agua. Desde tiempos prehispánicos, los aborígenes ya aprovechaban los manantiales naturales de la zona, y con la llegada de los colonizadores, el agua se convirtió en un elemento clave para el desarrollo del pueblo.
Durante siglos, Firgas ha sido un punto de referencia en la isla gracias a sus fuentes y a su producción agrícola, especialmente de caña de azúcar y cereales. Hoy en día, la localidad es famosa por su agua mineral, una de las más conocidas de Canarias, embotellada y distribuida por toda la región.
![Plaza De San Roque Villa De Firgas](https://i.blogs.es/3fe28f/plaza-de-san-roque.-villa-de-firgas/450_1000.jpeg)
Al recorrer sus calles, es fácil entender por qué Firgas es un lugar tan especial. Uno de sus principales atractivos es el Paseo de Gran Canaria, una calle peatonal con una espectacular fuente en cascada que desciende a lo largo de varios niveles, simbolizando el fluir del agua por el pueblo. En los bancos que flanquean la fuente, se pueden ver los escudos de los municipios de Gran Canaria, y un poco más adelante, el Paseo de Canarias ofrece una serie de mosaicos que representan las siete islas del archipiélago.
Otro punto de interés es la Iglesia de San Roque, construida en el siglo XVI sobre los restos de una antigua ermita. Desde la plaza del mismo nombre, se puede disfrutar de unas vistas impresionantes del océano Atlántico, lo que le ha valido a Firgas el apodo de "Balcón del Atlántico". También merece una visita el Molino del Conde, uno de los molinos más antiguos de la isla, donde se producía el gofio, un alimento básico en la gastronomía canaria.
Para los amantes de la naturaleza, los alrededores de Firgas ofrecen varias rutas de senderismo que atraviesan bosques de laurisilva y conducen a miradores con vistas espectaculares. El Barranco de Azuaje, una de las zonas más verdes de la isla, es perfecto para quienes buscan un contacto más directo con el entorno natural.
En cuanto a la gastronomía, Firgas no decepciona. Aquí se pueden degustar platos tradicionales como el potaje de berros, el puchero canario o las papas arrugadas con mojo.
Imágenes | Hola Islas Canarias / Villa de Firgas
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