"Soria ni te la imaginas", reza con acierto el lema oficial de Turismo de esta provincia castellanoleonesa, a lo que podríamos añadir que "no te la acabas". Puede que no esté en el radar de los grandes focos turísticos españoles, pero en cuanto te acercas a descubrirla, descubres el riquísimo patrimonio histórico, cultural y natural que ofrece, con pueblos casi desconocidos que merecen una o varias visitas. O, como proponen en National Geographic, toda una ruta.
Con decenas de municipios girando alrededor de la capital soriana, la provincia nos sorprende con pequeñas villas que son todo un viaje al pasado, como sucede con el caso de Rello. Con apenas 20 habitantes censados en el INE de 2023, este histórico pueblo es uno de los más bonitos para la redacción de la revista especializada en viajes, y tienen razones de peso para que todos lo pongamos también en nuestro radar.
Rello se encuentra en la comarca de Tierra de Berlanga, al sur de la provincia, ocupando una pequeña superficie de 24,39 km². Destaca en primer lugar su ubicación, en lo alto de una peña de roca caliza en los Altos de Barahona en la Hoz del río Escalote, manteniendo un claro perfil medieval que nos remonta a sus orígenes. La villa conserva la morfología de recinto amurallado flanqueado por puertas y torres que conservan ese carácter defensivo de antaño, y que le ha valido para ser reconocida como Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico.
Las murallas, bien conservadas en gran parte de todo el recinto, son originarias del siglo XII, y en su perfil destacan las dos construcciones más emblemáticas del pueblo, cada una a un extremo, el castillo y la iglesia. Tiene además en sus inmediaciones dos atalayas medievales, una mirando hacia el río para la provisión de agua; segunda, la del Tiñón, como fortificación para la vigilancia y comunicaciones en la estrategia medieval de defensa del territorio.
Atravesar sus puertas es perderse en calles empedradas estrechas siguiendo un entramado irregular típico de la Edad Media, siempre flanqueado por viviendas también levantadas a base de piedra local siguiendo el estilo arquitectónico civil típico de la zona y de la época, que nos hace casi viajar en el tiempo. No hay casas señoriales ni palacetes, pero tampoco los necesita, pues desentonarían con el ambiente en el que te sumerges cuando paseas por las callejuelas.
Destaca la Plaza Mayor, gran centro neurálgico de la vida social, política y cultural del pueblo, donde una bombarda de hierro sustituyó hace tiempo el tradicional Rollo que reconocía la jurisdicción de la villa. Merece la pena acercarse a conocer la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, originaria del siglo XII, así como la ermita de Las Angustias y los alrededores de lo que se conserva de la fortaleza militar.
Imágenes | santiagolopezpastor
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