Seguramente lo de la hospitalidad vaya en los genes. De otra forma, sería casi inconcebible comprobar cómo la familia Roca sigue, año tras año superándose. Ya no es solo aquel mítico Can Roca, el restaurante que inició todo, en el barrio de Taialà en la ciudad de Girona y que sería aquel germen que Josep Roca y Montserrat Fontanè pusieron en 1967 y donde se criarían los tres hermanos que después alumbrarían El Celler de Can Roca.
Tampoco haberse convertido en mejor restaurante del mundo varias veces, según The World's Fifty Best. Tampoco el ser uno de los restaurantes con tres estrellas Michelin más asentados de España… Parece que, por suerte, casi todo es poco en la familia Roca para seguir extendiendo el concepto 'casa'.
Tanto como para que Joan, Josep y Jordi hayan decidido ampliar aún más el abanico y sorprender en el corazón de Girona con el Hotel Casa Cacao. El nombre no es casualidad, pues es también la misma referencia a la que hace alusión la chocolatería con la que Jordi Roca, el pequeño de la saga y responsable de la parte dulce de El Celler de Can Roca, ha exportado sus chocolates, turrones, bombones… e incluso panettones.
Apenas 15 habitaciones, confeccionadas por la interiorista Sandra Tarruella, que se encarga de todos los proyectos de los Roca, dan forma a este hotel boutique en el centro de la capital gerundense. Abierto en febrero de 2020 –todos recordamos lo que sucedió apenas un mes después–, el hotel ya está a pleno rendimiento desde hace un par de años.
Con una extensión de 1.600 metros cuadrados, dividas en cinco plantas, se abre como un mirador al río Onyar, habiendo sido el edificio la sede de la fábrica de papel La Gerundense, el hotel está dirigido por Anna Payet, mujer de Joan Roca.
Bajo esa impronta de hotel boutique y también, como es evidente en cualquier negocio que los Roca estén de por medio, Hotel Casa Cacao tiene un marcado perfil gastronómico en el que el gusto por el detalle y por lo local está más que plasmado.
Con el espacio de La Terrassa como protagonista, en la azotea del edificio, los desayunos y cenas (estas solo de jueves a sábado) que en Hotel Casa Cacao se sirven pasan necesariamente por este espacio donde el brunch cobra protagonismo y donde, incluso, los no alojados pueden hacer uso de él. También la terraza sirve como coctelería, abriendo todos los días desde las seis de la tarde.
Con un menú cerrado de 50 euros, el brunch de Hotel Casa Cacao se puede disfrutar todos los días de la semana, aunque viernes, sábado y domingo tiene un doble turno. En él no falla el pa amb tumaca con jamón ibérico. Tampoco el paté de campaña casero, un canelón de pularda con salsa de foie o un pastel cremoso de boletus y setas escabechadas. También presentan una receta con huevo, como es un particular huevo villaroi.
A ello luego hay que sumar la parte dulce donde se incluye fruta fresca con chocolate, yogur con miel de flores y distintas elaboraciones de obrador como la tarta tatin de vainilla o el macarón de hibiscus, así como un singular xuixo con chocolate.
Con precios que, en función de la época del año y de la habitación, desde 230 euros para dos personas. Las pernoctas en Hotel Casa Cacao también ofrecen desayunos gastronómicos dentro de algunas de las habitaciones, aunque varían según la disponibilidad del alojamiento.
Imágenes | Hotel Casa Cacao