La IGP Calçot de Valls tiene una previsión de producción excelente a pesar de la sequía
Un año más ha vuelto a llegar la codiciada temporada de calçots: baberos, salsas, carnes a la brasa y cremas catalanas acompañan estos ágapes que tan bien sientan en las jornadas más frías del invierno con buenas comilonas en masías compañía de amigos.
Este domingo se celebra la gran fiesta de los calçots en el mejor momento de la temporada en la cuna de esta cebolla: la localidad tarraconense de Valls. Y esto significa que es el mejor momento para lanzarse a degustarlos.
Aproximadamente, cada año se cosechan unos 55 millones de calçots, y un 10% de estos llevan la denominación de origen de Calçot de Valls (creada en el 1995), una distinción que enmarca la calidad de este producto.
Y este es un año en el que los calçots llegan con toda la munición pese a la situación que los rodea. La comisión organizadora explica que se muestra esperanzada y optimista de cara a este 2024. Por ello, se espera no solo una fiesta lucida y llena (con una previsión meteorológica casi veraniega), así como una cosecha que no ha defraudado.
Producción excelente
La IGP Calçot de Valls tiene una previsión de producción excelente a pesar de la sequía, que azota especialmente Cataluña desde hace meses. La entidad de defensa de esta denominación considera que esta falta de agua no ha sido un obstáculo para que la cebolla tenga este año una buena calidad.
Además, si en anteriores campañas los agricultores se habían fijado el objetivo de llegar a producir 20 millones de cebollas dentro de la IGP, la prudencia también se impone este año en la IGP y la previsión es rozar los 19 millones de unidades (solo en la denominación de origen).
Al inicio de la temporada, con el arranque del primer calçot a cargo de los Amics de l'Autèntica Calçotada, el viento y una bajada de las temperaturas en noviembre hizo arrancar estas cebollas durante las primeras semanas con optimismo, ya que estas condiciones suelen prevenir la aparición de hongos y de enfermedades.
Los lugares clave
Las calçotades se extienden por todos lados con una tendencia al alza y es imposible enumerar todos los rincones en los que se celebran. No obstante, algunas zonas son especialmente importantes en este sentido, ya sea por su historia o por la novedad de acoger esta cita.
Valls (Tarragona)
Valls es la ciudad sinónimo de calçots y calçotades. No en vano es el lugar donde esta fiesta se celebra como un homenaje a esta cebolla desde hace más de 20 años, aunque las calçotades tienen un siglo de historia en este municipio.
Desde finales del siglo XIX, la tradición de comer esta deliciosa cebolla ha ido pasando de generación en generación, y por ello, Valls es conocida en todos lados como la capital del calçot, de la salsa de calçots y sus complementos.
Esto mueve cada temporada visitantes entre aquellos ansias que se anticipan y ya empiezan a visitar la localidad a partir de noviembre, cuando arranca el frío, y hasta abril, cuando la temporada se desvanece dando paso a las elevadas temperaturas de primavera y verano.
Masías de Barcelona
Aunque la época de calçotades da inicio a una peregrinación hacia Valls, lo cierto es que en las masías que rodean Barcelona esta fiesta se celebra por todo lo alto, con colapsos importantes todos los fines de semana y grandes grupos con reserva.
Esta locura colectiva, como la que se vive con las cenas de empresa en el mes de diciembre, reúne a familiares y sobre todo amigos que ven en la calçotada una forma de encontrarse con un plus de diversión: el hecho de sostener la cebolla con la boca bien abierta y acertar al morderla.
Calçotades hogareñas
Igualmente, aunque las calçotades son cosa de los restaurantes, también en los hogares se celebran grandes fiestas del calçot, especialmente en aquellos que tienen chimenea, ya que la manera de cocinar estas cebollas es a fuego vivo.
Sin embargo, los calçots también pueden hacerse al horno (no con los mismos resultados, evidentemente), y esto permite que numerosos hogares se atrevan con esta solución para no renunciar a esta fiesta.
Salpicando Madrid
La ciudad de Madrid ha abrazado esta tradición es un in crescendo que hace que sean ya numerosos los restaurantes que ofrecen menús con este ingrediente de temporada, así como todo el ritual relacionado con la ingesta del calçot.
Algunos de estos son La Parrilla de Arganda, Lakasa, Barra Alta, El Economato, Candeli, Belbo Piropo, Can Punyetes, Casa Jorge y Calsot, entre muchos otros que han visto en esta tradición una oportunidad para atraer clientela de fin de semana a sus establecimientos.
Foto | Dragana Gordic/Freepik y Festa Calçotada Valls.
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