Calas con historia y arroces de impresión: el pueblo pesquero de Alicante que merece una visita en otoño

No hace falta que sea verano para disfrutar de la Costa Blanca

Cuando pensamos en destinos costeros, nuestra mente suele trasladarnos automáticamente a los meses cálidos de primavera y verano. Sin embargo, hay lugares que brillan con luz propia incluso cuando el termómetro comienza a descender y las hojas de los árboles se tiñen de ocre.

Uno de estos tesoros escondidos es Moraira, un encantador pueblo pesquero situado en la Costa Blanca de Alicante, que se revela como un destino ideal para disfrutar de la gastronomía y el paisaje mediterráneo en pleno otoño.

Ubicado en la comarca de la Marina Alta, Moraira pertenece al municipio de Teulada y se encuentra a tan solo 80 kilómetros al norte de Alicante capital y a unos 110 kilómetros al sur de Valencia. Esta privilegiada localización lo convierte en un punto de escape perfecto para los amantes de la buena mesa y los paisajes costeros, sin las aglomeraciones típicas del verano.

A pesar de su modesto tamaño, Moraira esconde una riqueza cultural, natural y gastronómica que sorprende a todo aquel que la visita. Sus calles empedradas, sus casas blancas y su puerto deportivo conforman un escenario idílico que invita al paseo y al descubrimiento.

Pero más allá de su belleza arquitectónica, son sus playas, sus calas recónditas y su exquisita oferta culinaria las que convierten a Moraira en un destino imprescindible para el viajero otoñal.

El corazón de Moraira late en su casco antiguo, donde el Castillo de Moraira, una fortaleza del siglo XVIII, se erige como testigo silencioso del pasado pirata de estas costas.

Viñedos de uva moscatel en Moraira. ©Turismo Teulada-Moraira.

Este baluarte, construido para defender la población de los ataques berberiscos, ofrece hoy unas vistas panorámicas del Mediterráneo que quitan el aliento. Un paseo por sus alrededores nos sumerge en la historia marinera de la localidad, con sus casas de pescadores restauradas y sus estrechas callejuelas que desembocan en el mar.

Aunque el baño ya no sea la prioridad, las playas y calas de Moraira son un espectáculo visual que no se debe perder. La Playa de l'Ampolla, con su arena dorada y aguas cristalinas, es perfecta para largas caminatas junto al mar. Para los amantes de la fotografía, la Cala del Portet, con su forma de media luna y rodeada de pinos, ofrece un escenario idílico para capturar la luz dorada del atardecer otoñal.

Terraza cubierta del restaurante El Chamizo.

Para los más aventureros, la Cala Andragó esconde un pequeño tesoro natural. Esta pequeña cala de piedras y aguas turquesas está rodeada de acantilados y vegetación mediterránea, creando un rincón de paz alejado del bullicio. Es el lugar perfecto para un picnic otoñal con productos locales mientras se disfruta del suave murmullo de las olas.

Cala Llebeig, en Teulada-Moraira. ©Comunitat Valenciana.

Pero si hay algo que distingue a Moraira es su gastronomía, una perfecta fusión entre los sabores del mar y los productos de la huerta alicantina. El otoño es la época ideal para degustar los arroces, verdaderos protagonistas de la cocina local. El arroz a banda, el arroz del senyoret o el arroz negro son algunas de las especialidades que no puedes dejar de probar.

Entre los restaurantes imprescindibles, Le Dauphin destaca por su cocina mediterránea de autor con toques franceses. Su terraza con vistas al mar es el escenario perfecto para degustar un arroz meloso de bogavante mientras se contempla el atardecer sobre el Mediterráneo.

Terraza del restaurante Le Dauphin.

Para los amantes del pescado fresco, El Chamizo es una parada obligatoria. Este restaurante familiar, ubicado junto al puerto, ofrece pescados y mariscos recién salidos del mar, preparados con sencillez para resaltar su sabor natural. Su bullit de peix, un guiso tradicional de pescado, es especialmente reconfortante en las tardes frescas de otoño.

Si buscas una experiencia gastronómica más vanguardista, acércate a Calpe, a apenas 12 kilómetros, donde el restaurante Beat no te defraudará. Este restaurante de cocina creativa fusiona las técnicas más modernas con los sabores tradicionales de la zona. Su menú degustación, que cambia según la temporada, es una auténtica celebración de los productos locales de otoño.

Casco urbano de Moraira. ©Comunitat Valenciana.

No podemos hablar de la gastronomía de Moraira sin mencionar sus vinos. La denominación de origen Alicante produce excelentes magníficos vinos, pero son los moscateles de la zona los que realmente brillan. El clima y el terreno de la Marina Alta son ideales para el cultivo de la uva moscatel, dando como resultado vinos dulces de una calidad excepcional.

Algo que se puede redondear con una visita a una bodega muy próximo, a apenas 25 kilómetros, como Bodegas Gutiérrez de la Vega. Toda una experiencia enriquecedora para entender la tradición vinícola de la región. Aquí podrás degustar el famoso Casta Diva, un moscatel que ha sido reconocido internacionalmente y que es el acompañante perfecto para los postres tradicionales como la coca María o el arnadí.

Aunque la oferta culinaria es el principal atractivo de Moraira en otoño, la localidad ofrece mucho más. Los amantes del senderismo encontrarán en el cercano Parque Natural del Montgó rutas para todos los niveles, con vistas espectaculares de la costa y el interior.

Para los aficionados a la cultura, el Festival de Otoño de Teulada Moraira ofrece una interesante programación de música clásica y jazz en el impresionante Auditorio de Teulada, diseñado por el arquitecto Francisco Mangado.

Y si tu visita coincide con finales de octubre, no te pierdas la Fira de Mostra Gastronómica, donde los restaurantes locales sacan sus mejores platos a la calle, ofreciendo una oportunidad única de degustar lo mejor de la cocina local en un ambiente festivo.

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Moraira demuestra que los pueblos costeros no son solo destinos de verano. Su combinación de historia, naturaleza y, sobre todo, su exquisita gastronomía, la convierten en un destino ideal para el otoño. Ya sea paseando por sus calas, degustando un arroz frente al mar o descubriendo los secretos de sus vinos, Moraira ofrece una experiencia que satisface todos los sentidos, demostrando que el Mediterráneo tiene mucho que ofrecer más allá de la temporada estival.

Imágenes | Comunitat Valenciana / Le Dauphin / El Chamizo / Turismo Teulada-Moraira

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