No hace falta que os lo digamos pero con la llegada de la primera ola de frío, ya hemos empezado todos a pensar en los platos de cuchara, sopas, potajes y legumbres para recuperar la temperatura. En el caso de los restaurantes, también ocurre algo similar y en esta época nos apetece más ir a comer platos calientes que por ejemplo, comer sushi o ensaladas. Por eso me acerqué a comer hace unos días a Casa Carola, para comer un buen cocido madrileño, con su sistema de barra libre que te permite comer hasta hartarte.
En Madrid como es natural hay muchos sitios donde comer un buen cocido, y Casa Carola es uno de los más tradicionales, ya que a mediodía, solamente elaboran esta receta, sirviéndola de la forma que más le guste al comensal. Bien en los tradicionales vuelcos, (primero la sopa, luego garbanzos y verduras y finalmente las carnes) o a preferencia de los clientes, (por ejemplo a mí me gusta añadir algunos garbanzos en la sopa aunque luego los tome también con las verduras).
El local y los espacios
Situado en la madrileña calle Padilla 54 en el barrio de Salamanca, es una clásica taberna madrileña con dos comedores diferenciados y una gran capacidad.
Las mesas con sus manteles de cuadros están suficientemente separadas para no tener sensación de agobio, aunque no son tan amplias como para colocar cómodamente las grandes fuentes de garbanzos o de carnes entre los comensales y hay que dejarlas en un lateral de la mesa.
El menú de Casa Carola
El menú de Casa Carola se basa únicamente en el cocido madrileño, único plato que se sirve a mediodía, con un sistema de barra libre que te permite -si lo deseas- repetir de sopa, garbanzos y verduras o carnes hasta que no puedas más.
Aunque mi acompañante y yo teníamos "buen saque" y repetimos de la sopa, aún quedaba bastante cantidad en la sopera de barro que nos sirvieron, por lo que no fue necesario pedir más cantidad.
Por las noches, aprovechando las carnes y garbanzos que hayan sobrado, en este restaurante se hacen recetas de aprovechamiento como la Hamburguesa madrileña con morcillo, el Hummus Carola de garbanzos y otras preparaciones que se pueden pedir solamente en el turno de cenas.
El menú comienza con unas croquetas y una copa de cava incluidas en el precio. Tras sentarnos a la mesa y colocarnos el babero para proteger la ropa de posibles manchas, comienza el festín de cocido madrileño, que nosotros decidimos acompañar con un vino de Madrid. También entra en el menú un postre a elegir, café y un chupito de licor.
El cocido de Casa Carola
El primer vuelco con la sopa y su acompañamiento se sirve en un puchero de barro del que los comensales se pueden servir la cantidad que quieran. El sabor del caldo es bastante bueno, aunque está muy desgrasado, lo cual se agradece para no sentirse pesado después.
El caldo está bien de densidad y de sabor, y los fideos, de tipo cabellín llegan al punto. Para acompañar este primer vuelco, un plato con guindillas y cebolleta para alternar algún bocado de vez en cuando.
El segundo vuelco, las verduras y los garbanzos se sirve en una gran fuente. Los garbanzos son de la variedad lechosos castellanos, y venían muy bien de punto, sin pellejos y con sabor. Para acompañar los garbanzos, teníamos en la mesa una salsa de tomate aromatizada con comino y orégano, que les iba estupendamente.
Entre las verduras que acompañan a los garbanzos, encontramos los clásicos puerros, patatas, zanahorias y repollo, bien de punto de cocción.
El tercer vuelco, el de las carnes, viene provisto de carne de morcillo -poca cantidad en la fuente, aunque cabe pedir más- jamón, hueso de tuétano, morcilla, chorizo, muslo de pollo, y una porción de delicioso tocino.
Se echa en falta un poco de carne de falda de ternera y la clásica "pelota o relleno del cocido" que parecen últimamente condenadas a la extinción en los restaurantes de la capital.
Las carnes vienen bien de punto, y siguen en la línea de cocido desgrasado que sirven en el local, lo que hace que puedas comer una buena cantidad sin sentirte pesado al terminar y sin que los ingredientes más grasos hagan pasar mala tarde.
Los postres, a elegir entre torrijas, mousse de chocolate y algunas otras variedades caseras, son la parte más floja del menú. Están correctos pero les falta un poco de alegría, en especial a la torrija que sirven en almíbar y a la que parece faltarle un poco de remojo en la leche infusionada de las torrijas tradicionales.
En resumen, la visita a Casa Carola vale la pena para disfrutar de un cocido generoso y abundante, en el que los ingredientes de calidad aportan buen sabor, con una sopa en su punto, caliente, sabrosa y sin grasa flotando, buen punto de los garbanzos y ricas carnes. A mejorar el capítulo de postres.
Restaurante Casa Carola
Calle Padilla, num 54, Madrid
Tel reservas 914 01 94 08
Precio cerrado 29€ más el vino elegido
(Incluye aperitivo, copa de cava, café y chupito)
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