Pertenece además a la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España
Cuando se piensa en Castellón, la mente viaja a sus hermosas playas y destinos de verano. Localidades costeras como Benicàssim, Oropesa del Mar o Peñíscola suelen acaparar la atención de los visitantes. Sin embargo, cada vez más gente está descubriendo que el interior de esta provincia esconde un tesoro de paisajes, historia y cultura.
Más allá de las olas y el sol, Castellón alberga pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Uno de los más célebres es Morella, con sus murallas y su castillo majestuoso. Pero hoy nos centramos en Vilafamés, un pueblo que combina encanto medieval, paisajes de almendros y un aire apacible que invita a detenerse y explorar.
Vilafamés se encuentra en el interior de la provincia de Castellón, a unos 25 kilómetros de la capital, Castellón de la Plana, y a aproximadamente una hora de Valencia. Está enclavado en una colina desde la que domina un paisaje de campos de cultivo y pequeños cerros. Este pueblo, considerado uno de los más bonitos de España, destaca por su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural, y por su imponente castillo que corona el núcleo urbano.
La historia de Vilafamés se remonta a la época de los íberos, aunque el trazado que hoy conocemos tiene su origen en el periodo musulmán. Más tarde, en el siglo XIII, fue reconquistado por las tropas cristianas de Jaime I, y desde entonces ha sido un lugar estratégico por su ubicación y su fortaleza.
Sus calles empedradas y sus casas de piedra ofrecen un recorrido que permite imaginar cómo era la vida en tiempos pasados, mientras que su entorno natural, salpicado de almendros y olivos, añade un toque bucólico.
El Castillo de Vilafamés es el principal atractivo del pueblo. Situado en la cima de la colina, esta fortaleza de origen musulmán ha sido testigo de siglos de historia. Desde sus murallas se pueden disfrutar vistas espectaculares del pueblo y del paisaje circundante. Las torres y los restos de sus estructuras defensivas hacen que el paseo por este lugar sea una experiencia inmersiva.
En el corazón del pueblo se encuentra la Roca Grossa, una enorme piedra que parece desafiar la gravedad y que se ha convertido en un símbolo de Vilafamés. Los visitantes suelen detenerse aquí para fotografiar esta curiosidad natural y admirar cómo forma parte del entorno urbano de manera armoniosa.
El Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni es otro de los imprescindibles. Este museo, ubicado en un antiguo palacio, alberga una de las colecciones más importantes de arte contemporáneo de la Comunidad Valenciana. Su presencia añade un contraste interesante al carácter histórico del pueblo, convirtiendo a Vilafamés en un destino que combina tradición y modernidad.
La iglesia de la Asunción, situada en el casco histórico, es una joya del estilo barroco. Su interior sorprende por su decoración, mientras que el ambiente tranquilo de la plaza que la rodea invita a hacer una pausa y disfrutar del entorno.
Pasear por las calles empedradas de Vilafamés es una experiencia en sí misma. Las casas blancas y de piedra, adornadas con flores, ofrecen una postal que se queda grabada en la memoria. Durante el recorrido, se encuentran pequeñas tiendas de artesanía y productos locales, como aceite de oliva, miel y dulces tradicionales. La gastronomía es otro de los puntos fuertes del pueblo. Restaurantes locales sirven platos como el tombet, un guiso típico de la región, y embutidos de gran calidad.
Para quienes disfrutan del contacto con la naturaleza, los alrededores de Vilafamés ofrecen rutas de senderismo que permiten explorar el paisaje característico del interior de Castellón. Los campos de almendros, especialmente bonitos durante la floración a finales del invierno, y los olivos centenarios son un marco perfecto para una caminata tranquila. Además, la cercana sierra de Les Conteses es ideal para quienes buscan un desafío más exigente.
Vilafamés es un destino que se puede disfrutar en cualquier época del año, aunque las estaciones de primavera y otoño son especialmente recomendables. Durante estas épocas, el clima es agradable y el paisaje se llena de colores que realzan su belleza. En primavera, los almendros en flor transforman los campos en una alfombra de tonos blancos y rosados, mientras que en otoño, los colores cálidos del follaje crean un ambiente acogedor.
El verano también es una opción atractiva, especialmente para quienes desean escapar del calor sofocante de las ciudades y buscan un lugar más fresco en el interior. En invierno, la tranquilidad del pueblo y la posibilidad de disfrutar de su gastronomía convierten la visita en una experiencia relajante.
Imágenes | Vilafamés Turisme / Comunitat Valenciana
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