El Castillo de Burgalimar se levanta imponente sobre el pueblo jienense de Baños de la Encina. La localidad, que desde 2021 pertenece a la asociación de los pueblos más bonitos de España, debe su nombre al propio castillo, que proviene del árabe Bury al-Hamma, literalmente “Castillo de los Baños”.
El castillo está considerado como el conjunto fortificado mejor preservado de la época del Califato de Córdoba y, por ende, uno de los castillos musulmanes mejor conservados del mundo. Y, también, el más antiguo de los existentes que se conserva en pie. Su enorme muralla, con catorce torres –a la que hay que añadir una decimoquinta, más grande, de factura cristiana– apenas ha sufrido daños desde su construcción en el siglo X, en plena Edad Media.
El castillo se puede se puede visitar de forma libre pagando una entrada en taquilla (4,50€), aunque, como suele ocurrir con muchos de los castillos de esta época, el interior está peor conservado que sus murallas. No es difícil, en cualquier caso, imaginarse como eran los espacios de esta fortaleza, máxime si optamos por una de la visitas guiadas que se realizan cada 45 minutos y tienen el mismo precio que la entrada libre.
Un pueblo ideal para una escapada
Aunque el castillo es, sin duda, el monumento más llamativo de Baños de la Encina, no es el único atractivo de un pueblo que ha acumulado un rico patrimonio artístico, que está además muy bien conservado.
El centro histórico de Baños de la Encina fue declarado Conjunto Histórico-Artístico hace ya más de medio siglo, en 1969 y, a diferencia de otros municipios cuya protección llegó más tarde, el pueblo conserva gran parte de su identidad monumental.
Entre sus principales atractivos destaca la iglesia parroquial de San Mateo, una bonita iglesia gótica del siglo XV, y la ermita de Cristo del Llano, una joya del barroco que es para muchos visitantes la gran sorpresa de Baños de la Encina. Su camarín, decorado con ricas yeserías polícromas con cientos de figuras alegóricas, santos, ángeles músicos, junto a motivos naturales entre los que pueden verse aves exóticas, frutas y vegetales, es la gran obra de esta ermita.
Comer en Baños de la Encina
Situado muy cerca de Sierra Morena, a tres horas de Madrid, Baños de la Encina cuenta con una gastronomía local muy peculiar, con especialidades que difieren de las cercanas localidades de Bailén, Linares, Baeza o Úbeda –todas ellas muy recomendables si queremos alargar nuestra visita–.
La localidad es famosa por su cucharro: un pan que se vacía de miga y se rellena con aceite y tomate rallado, para acompañarlo con aceitunas aliñadas, habas, rábanos, bacalao o tocino. No se prepara en ninguna otra parte de Jaén.
Al margen de este curioso plato típico, su cercanía a la sierra hace de Baños de la Encina un gran lugar para comer platos de caza. Es legendario el venado a la bañusca –el gentilicio del pueblo–, un guiso de venado marinado con verduras, hierbas aromáticas y vino.
Aunque la localidad no cuenta con restaurantes que salgan en las guías, como suele ser habitual en la provincia de Jaén Baños de la Encina es un gran pueblo para tapear. Tienen buena prensa La Despensa de la Abuela, el restaurante Bury o El Olivar de Guzmanes.
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