Aunque cada vez se consumen más todo el año, los helados son un símbolo del verano. No sé cómo será para los niños de ahora, pero mi infancia está llena de recuerdos veraniegos asociados al consumo de helados, sorbetes y granizados. Los modelos de nombres estrambóticos y formas llamativas de las marcas comerciales son atractivos, pero desde pequeña siempre he preferido los de las heladerías de verdad. Mi favorita será siempre Chambi, una heladería artesana en Murcia.
Ubicada en el centro neurálgico de la ciudad, Chambi es una pequeña heladería que carece de mesas en el interior, pues el máximo protagonismo se lo lleva su terraza, un rincón agradable a la sombra en las calurosas tardes murcianas. Desde que tengo uso de razón Chambi ha estado siempre allí, abriendo cada año cuando llega el buen tiempo. Resulta reconfortante regresar a mi tierra y comprobar que sobrevive a los difíciles tiempos que vive el sector hostelero, manteniéndose firme contra la competencia de las franquicias de yogur helado que tanto se han puesto de moda.
Lo que caracteriza a esta heladería es que se mantiene fiel a la esencia con la que abrió hace más de 25 años, la pasión por el helado artesano. Su fundador y máximo responsable de las creaciones que ofrecen, Roberto Cais, se formó en la tradición italiana de la mano de su padre, heredando el buen hacer de los maestros del gelato. Materia prima de calidad, frutas de temporada, ausencia de artificios y una cuidada técnica artesanal son las claves de sus cremosos y ricos helados.
Cada temporada volvemos a encontrar el característico surtido de sabores tradicionales, que se pueden dividir e dos grandes grupos. Los que parten de una base láctea, como capriccio, stracciatella, Málaga, vainilla, avellana o amarenata, y los que ceden todo el protagonismo a la fruta, entre los que destacan arándano, maracuyá, fresa, limón, frambuesa, mango o mora. Como intolerante a la lactosa, se agradece esta gama frutal, y no necesitan nata o leche para ser muy cremosos.
Los helados se pueden adquirir en los formatos tradicionales, tarrinas de una o varias bolas, cucuruchos o tulipas, para llevar o tomar en una de las mesas. Pero además la carta de Chambi ofrece una sugerente variedad de copas que combinan a la perfección diferentes sabores, con añadidos de fruta fresca, chocolate, nata o licores, entre otros. Las copas se elaboran con atención y sin añadir florituras absurdas que escondan una mala calidad de los ingredientes.
Además del helado, hay otro gran protagonista que repite cada año, el granizado. Además del típico granizado de limón, la estrella sin duda es el fantástico granizado de sandía, cuando esta fruta esta en temporada. Os aseguro que cuando más pega el calor en Murcia, un granizado de sandía es un salvavidas, refrescante, con gran sabor a sandía, nada empalagoso. Además, otros sabores van variando, con sorpresas como el granizado de yogur, muy suave.
La carta de Chambi incluye además otros productos típicos de las heladerías tradicionales. Horchata de chufa y de almendra, leche preparada, blanco y negro, batidos elaborados con helado y leche, cafés variados, refrescos o cócteles son las principales alternativas si no te apetece un helado. Y si quieres disfrutar del helado en casa, te preparan un contenedor de litro o medio litro del sabor que prefieras.
No puedo afirmar que haya probado todos los productos que ofrece Chambi, pero sí que llevo toda mi vida acudiendo a su local cada año, desde que abren en primavera hasta que se despiden en otoño. Ahora no vivo en Murcia y por desgracia voy con menos frecuencia, pero eso le da aún más valor poder degustar uno de sus helados. A lo largo de este tiempo no he notado ninguna bajada en calidad, y los precios, aunque es inevitable que vayan subiendo, siguen siendo muy moderados.
Como comentaba al principio, es un alivio comprobar cada nueva temporada que Chambi regresa al panorama murciano. La cercana plaza de Santo Domingo, punto clave del ocio de la ciudad, se ha llenado en los últimos tiempos de franquicias, sobre todo de yogur helado, que en mi opinión se han puesto demasiado de moda, con una calidad en muchos casos algo dudosa. Ni punto de comparación con un helado natural elaborado artesanalmente.
Por último, una pequeña curiosidad. ¿Os llama la atención el nombre? Proviene de una de esas palabras populares de Murcia que ahora están cayendo en el olvido. Se llamaba chambilero al que durante el verano elaboraba helado de manera artesanal, y de ahí deriva chambi, apodo para el helado de cucurucho. Así, la heladería artesana Chambi une la tradición italiana con la cultura local murciana.
Heladería Chambi
Avenida Alfonso X El Sabio, 2
30008 Murcia
Más información | Heladería Chambi
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