Las costumbres europeas que más chocan a los turistas americanos cuando van a un restaurante: “Los camareros no tienen prisa”

Pese a la globalización imperante, todavía existen grandes diferencias culturales y de costumbres en algo tan simple como salir a comer y cenar

Restaurante Lisboa
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Creemos que vivimos en un mundo cada vez más globalizado y clónico, cuando lo cierto es que todavía persisten diferencias culturales y de costumbres sociales que sorprenden al extranjero más despistado. La vieja Europa aún se resiste a ser absorbida por los cánones del gigante estadounidense, y eso lleva a sus turistas a darse de bruces con hábitos muy distintos a los suyos, como sucede a al acudir a un restaurante.

El conflicto no surge tanto en las diferencias puramente culinarias, aunque aún hay turistas americanos que esperan encontrar su comida habitual cuando viajan incluso por la Europa más recóndita, sino en esas reglas no escritas. Las costumbres que los vecinos de cada región tenemos asumidas como algo inherente a nuestra cultura, pero que a los extranjeros puede causar sorpresa y estupor. Un choque mayor cuando se viaja con cierta prepotencia y aires de superioridad, en lugar de ir con la mente abierta, todo sea dicho.

Cualquier europeo sabe no se come o cena igual en Francia que en Alemania, ni hay las mismas costumbres en Inglaterra que en Grecia. Yendo más a lo local, incluso en cada país existen diferencias notables, como bien demostramos en España cada vez que surgen animados debates en torno a cómo deben ser los churros, cómo es la mejor tortilla de patatas o si el café con leche se toma en vaso o en taza.

Pese a ello, un estadounidense encuentra chocantes varias diferencias de costumbres comunes a casi toda Europa, como le ocurrió a Darren Cardosa, quien además tiene experiencia profesional en el sector hostelero. En sus últimas vacaciones de verano en Portugal tomó nota de las reglas o normas no escritas que, como estadounidense, tenía asumidas como indudables. Y la realidad que se encontró es otra muy distinta.

No hay ofertas por cenar temprano

Restaurante Calle

Es un clásico: lo mucho que sorprende a los americanos que nadie cene antes de las 19.00 horas. No digamos ya que en varios países, sobre todo mediterráneos y más en verano, se cene a partir de las 21.00 horas. Cardosa confiesa que en su país lo hace a veces sin problemas a las 16.30 y así aprovecha además las ofertas para cenas tempraneras; pero esto no existe en Europa.

En Estados Unidos lo llaman early bird, un concepto similar a la happy hour de las bebidas, pero aplicada a la cena. Las mesas de 'pájaros madrugadores' tuvieron una especial eclosión en tiempos pandémicos, y se están reivindicando de nuevo para ayudar a los negocios en un contexto de dificultades económicas. En Europa nadie ha oído hablar de semejante idea, así que nada de esperar una cena más barata solo por reservar mesa cuando los vecinos aún están de sobremesa.

Los camareros no revolotean constantemente

Restaurante Americano

Hay de todo, obviamente, pero en general los camareros en Europa están menos pendientes de los clientes, o dicho de otro modo, cumplen con el servicio esperado y punto. Lo que el turista americano echa en falta es el trato cercano, la familiaridad algo excesiva, el presentarse con su nombre y pasarse toda la velada yendo y viniendo, charlando sobre temas triviales o preguntando cada dos por tres si está todo bien o si necesitan algo.

Esto se explica porque las ganancias de camareros y camareras dependen de las propinas, así que les conviene ganarse al cliente a fondo, que se sienta bien querido y tratado en todo momento, especial. En Europa se supone que todo el personal cobra lo que debe y las propinas escasean, y no está muy bien visto quedarse de charla con la clientela. Los europeos tenemos que hacernos notar y en ocasiones insistir mucho para que nos repongan la bebida o nos traigan la cuenta, los americanos ni se plantean tener que perseguir a su camarero.

Hay que pedir todo a la vez

Restaurante Camarero

Este punto también tiene excepciones, pues depende del tipo de local, pero es cierto que en un restaurante genérico normal el camarero espera que, si le has llamado para que tome nota, se pida todo al momento. Esto es, bebidas, aperitivos, platos principales, complementos... todo menos el postre,

Un estadounidense está más acostumbrado a que le tomen nota de la bebida, luego, con la calma, pida los platos e, incluso, a mitad del servicio se le ocurra añadir otra cosa más. Que sea algo normal allí no quiere decir que al sector le guste mucho; siempre es más cómodo y práctico para la cocina tener todos los pedidos de una mesa a la vez.

No te sirven agua del grifo en cuanto llegas

Esta diferencia cultural sí podríamos adoptarla, sinceramente. En Estados Unidos cualquier cliente espera ser recibido con una jarra y/o vasos de agua del grifo, gratuita, en cuanto se sienta, aunque no haya ni mirado aún la carta. Se considera una norma de cortesía básica, que el cliente calme su sed y refresque la garganta. En Europa todavía muchos lugares ni contemplan el agua del grifo bajo petición expresa, y a menudo hasta se olvidan cuando se les pide -me ha ocurrido en numerosas ocasiones-.

Restaurante Agua

Al parecer, un americano está incluso acostumbrado a que te rellenen el vaso en cuanto amenaza con vaciarse, en ocasiones incluso tras beber un par de sorbos. Ni preguntan si todo el mundo beberá agua, se asume que sí.

Hay menos prisa por cobrar

Un sentimiento general que percibe el turista americano en Europa es un ritmo de vida distinto reflejado en el servicio, menos acelerado. Depende también del tipo de local -los restaurantes con turnos u tiempos máximos para comer y cenar son otra cosa-, pero, en general, no hay tanta sensación de urgencia por vaciar la mesa.

Como dependen de las propinas, cuantas más veces cambien de clientes en sus mesas, más dinero recibirán al final del día. Por eso procuran tomar nota cuanto antes, servir y retirar los platos a toda velocidad y llevar y cobrar la cuenta sin que el cliente tenga que perseguirlos. Los europeos, según el sentimiento general americano, vamos más lentos y no hay tanta prisa por despachar al cliente.

Restaurante Portugal

La sobremesa, esa gran desconocida para el turista

Sin darse en todos los países europeos, sí que los americanos se extrañan, como comentan en foros de Reddit, con el concepto de sobremesa, de no tener esa urgencia por comer, pagar y levantarte de la mesa rápidamente. Es una costumbre en la que chocamos y deriva del punto anterior; en Estados Unidos esperan que liberes tu sitio para abrir una cuenta más cuanto antes, mientras que en Europa se ve razonable reposar un poco terminando tu café o copa, incluso ya con el ticket cerrado. En España somos maestros de este arte, todo sea dicho.

El loco mundo de las propinas

No podía faltar, por supuesto. Ya hemos mencionado cómo el sistema de propinas afecta al modo en que trabajan los camareros, y es que es otro mundo totalmente distinto.

Si en su propio país cada vez se aclaran menos de cuánto exactamente tienen que dejar, cuando viajan por Europa los estadounidenses se hacen un lío. ¿Es obligatoria? ¿Está incluida? ¿Está mal visto? ¿Cuánto se considera suficiente? Cada país se mueve por sus propias reglas, y los locales más turísticos juegan a confundir al cliente extranjero con notas del tipo "Propina no incluida", sin ser obligatoria. Para no quedar mal, muchos turistas confiesan dejar demasiada propia en sus viajes, conscientes además de que esperan que el estadounidense sea especialmente generoso.

Siempre te cobran en la mesa

Camarero Cobrando

La situación está cambiando en los últimos tiempos, pero aún hay una gran mayoría de restaurantes y cafeterías en Estados Unidos que carecen de datáfono portátil. Te traen la cuenta y, si quieres pagar con tarjeta, se la llevan a la barra, la caja o donde tengan el terminal instalado, y allí hacen el cobro.

Que en Europa prácticamente cualquier local, en una gran ciudad o pueblo remoto,  el camarero traiga el datáfono a tu mesa para cobrarte delante de ti es algo que aún asombra a muchos estadounidenses. Y se preguntan por qué tienen asumido como normal que un desconocido desaparezca de tu vista con tu tarjeta de crédito.

Es una cuestión de costumbres.

Imágenes | Jorge Franganillo - Freepik/Drazen Zigic - gpointstudio - Unsplash/Spencer Davis - Cloris Ying - Alex Costin -

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