En un pueblo de apenas 100 habitantes, este complejo turístico hace de la calma su principal reclamo
Escapadas, relax y balneario pueden parecer sinónimos. Precisamente lo que sucede con este hallazgo, un auténtica maravilla natural, que espera en los Picos de Europa y que podría ser tu destino predilecto para estos primeros compases de la primavera.
Conocidas por sus virtudes mineromedicinales, los balnearios se diferencian de los spas en que sus aguas realmente sí tienen propiedades curativas. Pueden ser de lo más variadas, pero la diferencia entre balneario y spa está en el origen y virtudes de sus aguas.
Si a todo ello además se suma el encanto de una zona entre bosques y picos de alta montaña, el planazo se escribe solo, como sucede con esta cueva termal natural que espera en los Picos de Europa y que puede convertirse en la escapada perfecta para desconectar y descubrir una Cantabria diferente a lo que solemos pensar.
Para ello debemos irnos al valle de Peñarrubia, donde espera un discretísimo pueblo que, sin embargo, esconde uno de los mayores atractivos de toda Cantabria. Hablamos de La Hermida, una pequeña localidad de apenas 100 habitantes en la comarca del Saja-Nansa y que está completamente encajonada en los cañones que forma el río Deva.
Aquí se encuentra el hotel La Hermida, donde encontramos la cueva balneario que protagonista este idilio y que lleva siendo conocida por sus aguas termales desde el siglo XVII, cuando ya se tiene constancia de estas.
Reconocido por méritos propios como uno de los balnearios más bonitos de España, La Hermida ya no es solo espectacular como destino de wellness, sino también por el emplazamiento, en un valle completamente verde, que ofrece unos suaves veranos y que hacen propiciado también que sea un destino paradisíaco para el turismo rural.
En esa conexión natural es donde se encuentra parte del encanto de La Hermida, pues la cueva con cascada termal es un ejemplo casi único, ya que las aguas brotan de la propia roca a una temperatura naturalmente propiciada de 38 ºC, prestando además sus impresionantes vistas sobre el desfiladero de La Hermida y que se puede disfrutar tanto de día como de noche.
Un auténtico placer para los sentidos que luego se multiplica con las instalaciones del propio hotel, que también presenta varios circuitos termales en su interior y en sus confortables espacios, incluyendo las habitaciones –con vistas tanto al desfiladero como al monte– y que suponen un descanso perfecto para cualquier momento del año.
Imágenes | Hotel La Hermida
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