Málaga tiene mucho que ofrecer. Convertida en una de las provincias más turísticas de toda Andalucía y, por extensión, de España, la Costa del Sol ha hecho del sol y playa uno de sus bastiones para el viajero.
Sin embargo, hay una Málaga que se pierde entre sierras, pueblos blancos e historia en el interior de la provincia y que también merece la pena recorrer en cualquier momento del año.
Antequera o la Serranía de Ronda son destinos privilegiados para reencontrarse con la calma, con la historia y con la buena mesa entre arquitectura popular de paredes encaladas, enclavando muchos de sus pueblos entre bosques y montes.
Lo que sucede precisamente en Genalguacil, un pueblo de apenas 400 habitantes que se sitúa en la comarca de la Serranía de Ronda. A unos 45 kilómetros de la capital comarcal, Genalguacil es uno de esos tesoros de interior de la provincia de Málaga donde el verde y el blanco conviven.
Adscrito a la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España en el año 2021, Genalguacil debe su nombre a su ubicación, en pleno Valle del Genal, un generoso río que surca esta parte de la provincia y que, entre otras cosas, riega generosamente el paraje natural de Los Reales de Sierra Bermeja. Muy próximo a Genalguacil, este paraje es uno de los mejores ejemplos de bosque de pinsapos en España, una especie de abeto que se prodiga muy poco en la península.
Acompañados de pinares, alcornoques y castaños, los alrededores de Genalguacil exudan calma y tranquilidad. Un mismo sentir que acompaña cuando uno penetra en este pueblo encalado, de casas pequeñas y calles adoquinadas.
Convertido en pueblo museo, Genalguacil cada dos años se convierte en un pueblo museo con una serie de pinturas, esculturas, troncos, algunas incluso incorporándose dentro del propio urbanismo del pueblo. También, a costa de este triunfo, se fundó el Museo de Arte Contemporáneo Fernando Centeno López en 1994.
Lleva el nombre del exalcalde que motivó estos Encuentros de Arte, convirtiendo Genalguacil en una curiosidad artística en la que, además, hay cierto patrimonio arquitectónico relevante con la Iglesia de San Pedro Mártir de Verona o con las propias calles del pueblo, en lo alto de una loma, por lo que las cuestas son una dinámica habitual. Como era de esperar, también es un pueblo que presume de vistas, ya que prácticamente cualquier alto de Genalguacil se convierte en un mirador.
Como lo que nos sucede en la Plaza de la Constitución, en la que se encuentra el Mirador de la Plaza, que domina las vistas de varios puntos de toda la geografía como Sierra Bermeja o el Valle del Genal, además de pueblos vecinos como Casares, Algatocín o Gaucín.
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