Comer es una actividad placentera, pero cada vez más nos cuesta encontrar platos sorprendentes. Tristemente, muchos de los restaurantes -sobre todo los que están más de moda-, repiten en sus cartas los mismos platos y encima algunos de ellos proceden de alimentos de quinta gama. Por eso hoy quiero hablaros de doce platos que me sorprendieron gratamente en los últimos meses.
No todos son platos innovadores, ni todos son de grandes restaurantes, -algunos sí - pero todos tieneen algo especial para mí, algo que justifica haberlos incluido en esta selección de platos que hacen merecer una visita para disfrutar del gran trabajo de sus creadores. En estos tiempos en que en todas partes nos ofrecen las mismas ensaladas, carpaccios, tartares y ceviches, las carrilleras y los salmorejos, encontrar la sorpresa de la imaginación y la creatividad o el producto auténtico y bien trabajado es toda una alegría para los amigos de la buena mesa.
Doce platos que sorprenden gratamente al comensal
En toda selección hay partes subjetivas, que dependen del momento, de la experiencia y de la situación y contexto en el que los has probado. Aunque he podido incluir algunos platos de otras zonas que he probado en algún viaje reciente, la mayoría son de restaurantes de Madrid, donde vivo. Espero que os venga bien esta selección de recomendaciones.
1. Pasta en espiral de Charlie Champagne
Comenzamos esta selección de platos con una maravillosa versión de la pasta carbonara que ofrece el restaurante Charlie Champagne, situado en Madrid en la calle Segovia 17. Lo probé en la Neo Taberna del mismo nombre y me ha alegrado comprobar que Carlos Durán, el cocinero y capitán de la Selección española de cocina, lo mantiene en la carta de su recién inaugurado restaurante donde además, se pueden disfrutar las ostras con salsa ponzu, sus huevos 62º a la brasa o su ceviche de pulpo con wakame siempre acompañados de champagne.
El plato es una versión de la carbonara tradicional, elaborada en pasta de la casa montada en espiral con gianchale de cerdo, parmesano y yema de huevo, Recomendable su menú degustación con Champagne Sanger para dos personas, con 6 platos y postre y una botella de Champagne a compartir, que cuesta 55 euros por persona.
2. Kimchi Fried de Ramen Shifu
Seguimos con un plato humilde y muy original ideal para el aperitivo. Se trata de unas patatas con kimchi llamadas Kimchi Fried que probé en el restaurante Ramen Shifu, donde obviamente encontraréis magnífico ramen, y otras especialidades de la cocina oriental como baos, sobas y otras muchas preparaciones bien apetecibles.
Este pequeño restaurante sorprende por su calidad de sus platos, siendo un sitio sencillo que resulta accesible en precios. Como si se tratara de unas patatas bravas para el aperitivo, las Kimchi Fried resultan originales, con su potente sabor, su delicioso picante, que resulta incluso adictivo. Como alternativa a otros especialistas en ramen, este restaurante situado en la madrileña calle Ayala 65, os dejará muy buen recuerdo.
3. Pastrami de La Sucursal
Otro plato sorprendente por su abundancia, calidad y presentación es el pastrami de La Sucursal en el Barrio de Chamberí, una pequeña casa de comidas con buen producto en la que este pastrami para compartir es una elección imprescindible.
También podéis pedir las patatas en gajo con salsa brava, la ensaladilla rusa con corteza de cerdo o el pulpo sobre puré de coliflor. Pedid tranquilos que es difícil subir de los 25 euros por persona. Muy recomendable.
4. Falsa lasaña de txangurro de Sacha
Los aficionados a comer fuera probablemente habréis reconocido la foto del plato que tenéis sobre estas líneas. Se trata de la Falsa Lasaña de Txangurro de Sacha Hormaechea, uno de los mejores lugares para comer en Madrid y en España, donde mi recomendación es dejar que Sacha os traiga lo que él quiera y nunca saldréis defraudados.
Además de esta falsa lasaña, o de su tortilla vaga, -que hace poco nos atrevimos a versionar- os recomiendo que probéis la raya a la manteca negra, o como os decía antes, dejad que él os aconseje que os va a encantar.
5. Carabinero ahumado sobre ajo blanco de Fuego
El Carabinero ahumado al heno, servido con ajoblanco y un granizado de amontillado es uno de los platos que más he disfrutado últimamente. La cocina de Gonzalo Hierro en Fuego es creativa y efectiva y aunque la tortilla servida en el caparazón del Txangurro o el pargo a la brasa son tamién deliciosos, quizás es uno de los platos que más alegría nos da al paladearlo.
Puros contrastes que merece la pena disfrutar, sin olvidar el carnero asado o las sardinas ahumadas que preparan con maestría. Este restaurante madrileño situado en la calle de los Hermanos Bécquer es otra recomendación imprescindible.
6. Pechuga de pichón de Araiz en Tatau
Este plato fue uno de los que pude probar en este restaurante de Huesca, donde Tonino Valiente, cuenta con dos menús de degustación, uno corto de 40 euros y otro largo de 100. Entre los platos más memorables, sus mezclas de mar y montaña, como la vieira con papada, la espardeña con lengua de vaca y otros platos realmente interesantes.
Me gustó mucho la pechuga de pichón, perfecta de punto al hacerse en dos cocciones, primero al vacío y un posterior marcado, y servida en una presentación original que contenía la salsa y la guarnición en su interior. Imprescindible para cuando visitéis Huesca, tanto el restaurante como su barra bistró, con toque "canalla" y grandes opciones como sus bravas o su tartar de trucha de el Grado o las gildas.
7. Pichón asado al momento con salsifis y sus higaditos en la Venta del Sotón
La Venta del Sotón, un restaurante situado en las afueras de Huesca, combina la tradición y la innovación. De hecho, está renovándose para ser un restaurante de los llamados gastronómicos, -¿no lo son todos por definición?- creando nuevos espacios, y modernas elaboraciones.
Una de las señas de identidad del restaurante Venta del Sotón es el uso de ingredientes nobles como las aves de caza y su nuevo equipo de cocina, está sacando platos muy bien elaborados como este pichón con sasifis y sus higaditos al palo cortado, que resulta buena prueba de su saber hacer. Obviamente, es otro de los imprescindibles si vais por Huesca como Tatau del que os hablaba antes y como Lillas Pastia, otro gran restaurante oscense que también podría haber incluido en esta selección.
8. Ceviche caliente de Tiradito
Da gusto encontrar un restaurante peruano que sorprenda y del que salgas encantado, entre tantos que decepcionan o parecen repeticiones o copias unos de otros. Últimamente, el que más me ha gustado es Tiradito, muy cerca de la Glorieta de San Bernardo en Madrid, donde podéis encontrar su ceviche Chalaco, su ceviche caliente (Panquita), el anticucho o la Pachamanca, platos tradicionales que el chef Omar Malpartida transforma en obras de arte.
El ceviche caliente lleva ají amarillo, lima y jora y se presenta asado con aceite al carbón y texturas de yuca frita. Su textura y los toques ahumados son realmente sorprendentes. Suyo es también el postre de chocolate picante con corteza de cacao, con cuya foto hemos encabezado esta recopilación de platos gratamente sorprendentes.
9. El cachopo de La Hoja
Poco tiene que ver este cachopo con los platos anteriores, pero es que no quería hacer una recopilación de platos de complicadas elaboraciones o de nueva cocina, sino platos que me han sorprendido gratamente, como decía en el titular. Yo soy un gran amante de la cocina asturiana y me encantan las fabes con almejas de La copita asturiana, la fabada de La Hoja y la que hacían en el desaparecido Casa Portal y por supuesto me gustan otros muchos platos tradicionales asturianos.
En el caso del cachopo, puede parecer difícil encontrar la sorpresa. Más aún cuando este plato emblemático lo encontramos ahora en muchos restaurantes transformado o evolucionado con otros rellenos, variando el queso, utilizando otras carnes o incluso presentándolo en otros formatos. El cachopo de La Hoja, me ha sorprendido gratamente gracias a su perfecta fritura y empanado, la excelente proporción del relleno y lo jugosa que estaba la carne. Hay clásicos que nunca deben cambiar. También son magníficas sus ensaladas, su jamón y por supuesto su fabada.
10. Myang Kham de Baiyor
Moss y Benny, sobrinos de la mítica cocinera del antiguo Thai Garden, a quienes conocí por su trabajo en Smile Thai se han trasladado a la zona de Malasaña abriendo un pequeño restaurante tailandés llamado Baiyor en el que podéis disfrutar de la auténtica cocina thai de palacio con ingredientes y preparaciones muy auténticas.
Muy recomendable el Pad Thai, el curry verde de pollo, el pato con salsa de tamarindo y casi cualquier cosa que ellos os recomienden. Uno de los platos que más me sorprendió fue este Miang Kham, un plato de aperitivo en el que elabora uno mismo a modo de rollito, en el que se utiliza una base de lechugas para rellenar con cacahuetes, langostinos deshidratados, coco, jengibre, lima y su salsa. Es entretenido de elaborar, algo difícil de comer pero realmente original y sabroso. Con precio muy adsequible, merece la pena visitar el restaurante Thai Baiyor.
11. Tartar de pato de Aire
Un tartar de carne de pato de los gers, muy cremoso y bien aliñado, es la propuesta de Aire. Se trata de un plato bien concebido en el que se buscan los contrastes con el acompañamiento crujiente de parmesano, y un maravilloso helado de mostaza.
Lo probé en el restaurante Aire, famoso por sus platos de caza y volátiles que pertenece al grupo de los 4 elementos, como Fuego, del que os hablé antes. Dan muchas ganas de ver si los otros dos restaurantes, -aún en proyecto- Agua y Tierra mantienen la calidad de estos dos.
12. Café de la olla de Taquería los Batos
Para terminar he elegido un postre, llamado café de la olla que probé en un restaurante mexicano interesante llamado Taquería los Batos, donde podéis disfrutar de platos auténticos como el taco de pollo mole, o el de cochinita pibil o los clásicos tacos al pastor. Todos los platos de la Taquería de los Batos tenían autenticidad, sabores intensos y precios muy razonables.
En un tazón, se presenta un helado cremoso de naranja y canela sobre el que se sirve el café. Delicioso y muy abundante, es mejor para compartir. También está muy rico otro postre, la tarta de tres leches para los que busquen un final con sabores más dulces.
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