La ruta 66 es la más famosa de las carreteras de Estados Unidos y, probablemente, de todo el mundo. Con una longitud de casi 4.000 km lleva de Chicago a Los Ángeles y fue el principal itinerario de los emigrantes que, a lo largo de todo el siglo XX, se desplazaron del este al oeste del país.
En España no tenemos ninguna carretera equivalente, entre otras cosas porque la máxima distancia que puede trazarse de punta a punta en nuestro país es de 1079km: los que hay en línea recta desde el cabo de Creus, en la provincia de Gerona, a la desembocadura del Guadiana al oeste de Isla Canela y al sur de Ayamonte (Huelva).
Pero si hay una carretera que por historia, características y atractivo turístico tiene un equivalente a la ruta 66 esa es, curiosamente, la autopista que lleva su misma numeración: la A-66, más conocida como la Ruta de la Plata.
La Ruta de la plata cruza la península desde Sevilla a Gijón y sigue, prácticamente al dedillo en su tramo central, la antigua calzada romana entre Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga), una de las más importantes vías de la Hispania Romana.
A pesar de su nombre, la Vía de la Plata nunca se utilizó para transportar este metal precioso. El nombre viene de una confusión en torno al nombre de la vía en época andalusí, cuando los árabes la bautizaron como al-Balat (el camino empedrado). En algún momento, se empezó a confundir al-Balat con la palabra “plata” y, ya desde el siglo XVI, se empezó a conocer como la Vía de la Plata.
Plaza de Fuente de Cantos (Badajoz), uno de los pueblos por los que pasa la Ruta de la Plata.
Una exquisita ruta histórico-cultural
Cuestiones etimológicas aparte, lo cierto es que la Ruta de la Plata es una gozada de carretera que pasa por localidades de la importancia de Gijón, Oviedo, Mieres, León, Benavente, Zamora, Salamanca, Béjar, Plasencia, Cáceres, Mérida, Almendralejo, Zafra y Sevilla.
A lo largo de su trazado histórico, solo de Mérida a Astorga, se pueden disfrutar, además, de algunos de los más importantes vestigios romanos de la península, así como de parte de la calzada original, que se puede recorrer a pie.
Además del conjunto arqueológico de Mérida, que es Patrimonio de la Humanidad y cuenta con uno de los mejores museos de arte romano del mundo, la ruta cuenta con monumentos romanos de primer orden como la antigua ciudad de Cáparra, las termas romanas y el tramo de calzada de Baños de Montemayor –en la foto de apertura– y, al finalizar la ruta, las ruinas de Asturica Augusta, junto a la actual Astorga.
La Vía de la Plata cuenta a lo largo del camino con tres Centros de Interpretación, en Monesterio, Mérida y Baños de Montemayor. EL recorrido se puede planificar, además, desde su propia página web, donde se puede solicitar un pasaporte con el que se realizan descuentos en establecimientos a lo largo del camino.
Imágenes | Ruta de la plata
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