Que no te den spa por balneario: aunque se parezcan, no es lo mismo

¿Spa o balneario? ¿Balneario o spa? Dos palabras que nos suena muy similares y que a veces utilizamos indistintamente, pero la realidad es que un spa y un balneario no son lo mismo. Como tampoco lo es la talasoterapia, pero eso es otro cantar.

El problema está cuando usamos el mismo término para referirnos a este tipo de establecimientos con aguas que, sin embargo, no tienen siempre las mismas propiedades. De hecho, es habitual que la gente se lleve a equívoco y piense que son sinónimos.

Además, no se trata sólo de que spa suene más moderno y balneario como algo más antiguo. De hecho, en la actualidad sigue habiendo muchos balnearios operativos, tanto en España como fuera de nuestro país, aunque es cierto que no tienen la misma vigencia turística que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Para ello, conviene entender ese concepto de 'tomar las aguas', que nos va a dar una pequeña pista para que aprendamos a diferenciar un spa de un balneario. La cuestión es que no se trata sólo de una palabra, sino de la funcionalidad del propio espacio y del tipo de aguas que allí existen.

Esta es la diferencia entre spa y balneario

Para resumirlo de manera muy breve, un balneario es un establecimiento cuyas aguas están consideradas mineromedicinales y declaradas de Utilidad Pública. por tanto, se pueden utilizar en la aplicación de técnicas y tratamientos de hidroterapia con supervisión médica.

Eso no quita que un balneario no sea un sitio también de diversión y esparcimiento, pero sí se puede contar con la garantía de que sus aguas tienen diversas propiedades, comprobadas científicamente, con efectos funcionales.

Esto es lo que no sucede en los spas, un nombre que, por cierto, deviene de la ciudad belga de Spa, que era una ciudad balneario ya conocida por los romanos. Sin embargo, no nos llevemos a equívocos: spa y balneario no son lo mismo.

La diferencia está en que las aguas que utiliza un spa no tiene propiedades naturales o terapéuticas, ni provienen de manantiales naturales de agua mineromedicinal, aunque puedan contar con instalaciones de hidroterapia.

Eso no quita que el tipo de instrumental, máquinas o cualificación del personal pueda ser parecido, ofreciendo distintos servicios de bienestar como masajes, saunas o piscinas de relajación, especialmente orientados más a virtudes estéticas y cosméticas.

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Caso contrario de lo que sucede en los balnearios, que también pueden tener virtudes estéticas y cosméticas, pero cuyo valor diferencial es contar con aguas mineromedicinales. Por este motivo, es frecuente que los spas sean principalmente urbanos, lo que no sucede tanto con los balnearios, que suelen estar en zonas más alejadas y cercanas a los manantiales de los que manan sus aguas.

Imágenes | Freepik

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