Abierta desde finales de 1990, la Venta El Cortijo mantiene su cocina tradicional serrana con productos de cercanía
En un capítulo de Los Simpsons, un camarero esperaba a que Homer le dijera qué iba a beber. «Albóndigas», fue la respuesta del glotón patriarca de la exitosa serie de animación. Algo similar le pasó a uno de los camareros del restaurante Venta El Cortijo, en Algodonales, esta vez con la añorada artista Carmen Sevilla como protagonista, que pidió la sopa de primero… y también como segundo, porque, dijo, le recordaba a la que su abuela le preparaba a ella.
Sirva esta anécdota como termómetro de lo que allí se cocina. Porque la Venta El Cortijo, abierta desde finales del 1990, sigue manteniendo esa esencia de venta de carretera de las de siempre, pero con una cocina de mucha calidad. Platos tradicionales, de los de siempre, que María Oliva Moreno, una de las socias y cocinera, aprendió de su madre, Leonor Torrejón, propietaria aún del restaurante, pero ya retirada. Además, dice María Oliva, «cocino al ojo y probando. Tengo mi mérito, ¿no?». Mucho.
Leonor y su marido, José María Moreno, apenas tenían nada que ver con el mundo de la hostelería, y dejaron un fructífero negocio, una fábrica de piedra artificial en Puerto Serrano, para aventurarse en la Venta El Cortijo, un antiguo molino de aceite junto a la carretera que va de Jerez a Antequera. Tras reformarlo y habilitarlo como restaurante, comenzó su actividad el 22 de diciembre de 1990.
Hermanos y socios
María Oliva es ahora la cara más visible del negocio, en el que tiene como socios a sus hermanos, José Antonio y Fabiola, y donde trabaja además su marido, Domingo, su hija, Carolina, y su sobrina, Elena Orozco. Álvaro, hijo también de Oliva, echa una valiosa mano los fines de semana, cuando la venta se llena prácticamente desde que abre para los desayunos.
Tras retirarse su madre, María Oliva comenzó a ejercer como jefa de cocina. «Yo no tengo formación académica como cocinera. Mi escuela ha sido ella, y todo lo que aprendido a su lado en casa y en el restaurante», dice Oliva.
Como decimos, abre temprano, a las ocho de la mañana, con desayunos de todo tipo, desde tradicionales, con tostadas y sus correspondientes avíos, a unos huevos fritos o lo que se tercie. Eso sí, el aceite, siempre oliva virgen extra de Algodonales. La cocina no cierra, por lo que los numerosos senderistas o turistas que recorren la sierra, tienen la seguridad de encontrar siempre abierto un restaurante donde reponer fuerzas, además con un amplio aparcamiento disponible.
Oliva comenta que «aquí la gente viene buscando la cocina típica de la sierra. Nosotros lo elaboramos todo. Puchero, cocido, carnes en salsa, carne mechá, albóndigas… lo que sea. A mí me han echado piropos por la sopa, que parece que es una cosa fácil», recordando la anécdota de Carmen Sevilla.
A pesar de ser una venta de carretera, María Oliva defiende que no por ello tiene que ser de peor calidad, como incluso gente del gremio considera, nos confiesa. «No somos una casa de comidas secundaria, tenemos nuestro mérito. Por estar al lado de una carretera, no significa que no se cocine bien. Ayer mismo, mi hija me comentó que un cliente le dijo que le ponía un piso en la playa, que no había probado un cocido mejor en su vida», comenta riendo.
Comer en El Cortijo
La carta de El Cortijo es amplia, y puede parecer incluso demasiado. Pero es que todo tiene salida, afirma María Oliva, secundada por su hermano y su marido. «Gustan mucho las carnes guisadas, la carne con tomate, las albóndigas, la carrillada, el venado o la caldereta de cordero, que aquí tiene mucha fama». Y los platos de cuchara, como la sopa de picadillo y otros consomés, el cocido de tagarninas o los revueltos de espárragos trigueros.
Las croquetas variadas, de jamón, espinacas, bacalao o pollo, o los pimientos asados, con melva o anchoas del Cantábrico, pueden servir como entrantes, además de diversas ensaladas o las chacinas y quesos. El Josper, para las carnes a la brasa. Y que no se nos olvide el rabo de toro o el famoso pollo al vino blanco. El pescado, como el atún encebollado, también tiene su público.
Ganadora del Chef Sierra de Cádiz en 2022
María Oliva Moreno ha tomado parte en cuatro ediciones del Concurso Gastronómico Chef Sierra de Cádiz, siendo ganadora en una de ellas, la de 2022.
Fue este evento el que la hizo salir de la cocina y relacionarse con otros compañeros, por eso le tiene especial cariño: «Yo no hablaba con nadie sobre gastronomía, y que me llamaran para participar, me hizo conocer a mucha gente, a muchos cocineros y gente relacionada con este mundo. Yo antes me devaluaba a mí misma, pensaba que era una más, una trabajadora de la cocina, ni tan siquiera una cocinera. Pero ahora me valoro más, porque aprendiendo junto a mi madre y junto a la gente que he conocido en el Chef Sierra de Cádiz, he sabido darme el valor que tengo».
Y es mucho, acérquense por Algodonales para comprobarlo.
Venta El Cortijo
- Dónde: A-384, Km. 44. Algodonales (Cádiz)
- Precio medio: 20 euros
- Horarios: abre todos los días. Martes solo comidas
- Contacto: 654 85 08 33
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