La ciudad de Córdoba es por sí misma uno de los destinos más visitados de Andalucía y de toda España, que en primavera, y el mes de mayo en particular, se viste con sus mejores galas . Sin embargo, quedarse solo con la capital de la provincia sería un error que nos haría perdernos verdaderas joyas del interior andaluz, pueblos y aldeas también con una larga historia y en los que confluyen cultura, naturaleza y la mejor gastronomía.
Situado en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas, al sur de la provincia, se encuentra Priego de Córdoba, uno de los más bonitos de toda la zona que sorprende por la mezcla de colores que tiñen a la población en función de la hora del día, la época del año y cómo incide la luz en su arquitectura y naturaleza.
Conocida como la ciudad del agua por sus numerosos manantiales y también como una joya del Barroco andaluz, Priego de Córdoba es una escapada perfecta para primavera y experimentar en primera persona el esplendor de su naturaleza y la vida animada de sus calles, todo ello degustando su fantástica cocina local sobre la que orbita, cómo no, el magnífica aceite de oliva con Denominación de Origen Protegida.
Un pueblo lleno de historia en cada rincón
Esta zona de las Subbéticas ha contando con pobladores desde hace, al menos, 100.000 años, por lo que la identidad de este municipio es fruto de la huella que numerosas culturas diferentes han ido dejando en las sucesivas poblaciones.
El entorno conserva ejemplos de yacimientos neolíticos y calcolíticos, arte rupestre paleolítico y también se mantienen huellas de pobladores íberos y, particularmente romanos. Las excavaciones más recientes en el mismo centro del pueblo han descubierto valiosos sectores del antiguo Priego romano, desvelando ejemplos como viviendas residenciales, una necrópolis con ajuares funerarios y varios tipos de hornos. Muchos de los objetos rescatados se pueden contemplar hoy en el Museo Histórico municipal, uno de los varios centros museísticos que merece la pena explorar en nuestra visita.
La impronta islámica queda patente, como en tantos pueblos andaluces, en el propio trazado urbano, con sus típicas calles laberínticas llenas de encanto que hoy están salpicadas de plantas, flores, fuentes y detalles históricos en cada rincón. Pero si por algo destaca Priego de Córdoba es, sin duda, en su legado barroco, con un numeroso y rico patrimonio artístico y cultural fruto del esplendor económico que vivió la población en aquellos siglos.
Un festín para saborear con calma
Si la gastronomía es uno de tus principales motivos para viajar y conocer otras culturas, Priego de Córdoba es un destino que no te decepcionará. Como ya hemos mencionado, el zumo de aceituna que se convierte en uno de los mejores aceites del mundo funciona como hilo conductor de una cocina que sigue fiel al recetario tradicional, con una gran presencia de los productos locales y el legado cultural de varias civilizaciones.
Es un lugar idóneo para disfrutar del mejor salmorejo cordobés, sin olvidar otros platos clásicos frescos como el remojón de naranja, ensaladas y revueltos, destacando el tradicional revuelto de collejas.
También es una mesa de platos más contundentes como el rabo de toro y otras recetas de carne y pescado, y de embutidos y quesos locales que desfilan por la mesa a la hora del tapeo con clásicos del aperitivo como el flamenquín y las aceitunas aliñás. Y es además una meca para los más golosos; los amantes de los dulces tradicionales no pueden dejar de probar especialidades como el famoso turrolate -un bollo de chocolate de almendra o avellana-, barquillos, isabelas, tocinos de cielo, milhojas o, más en fiestas, pestiños, empanadillas y mantecados.
Cultura, arte, ocio, deporte y naturaleza
Merece la pena alargar la escapada a Priego de Córdoba un fin de semana largo para recorrer el pueblo como se merece, con calma y sin perderse todo lo que tiene que ofrecer. Además de recorrer todas su calles, barrios y plazas, en el entorno urbano son numerosos los museos, iglesias y construcciones civiles que pueden visitarse, destacando la Casa Museo Niceto Alcalá-Zamora, las iglesias de la Asunción y de Nuestra Señora de la Aurora, el Castillo o el Jardín Micológico.
Tampoco hay que perderse el entorno de que rodea a la población con su privilegiado paisaje que sorprende por la variedad de entornos y parajes naturales, dotado de un gran valor geológico y teñido de colores gracias a la exuberante naturaleza regada por las aguas manantiales.
Un lugar perfecto para practicar senderismo, piragüismo, escalada, rutas a caballo o paseos en bicicleta y descubrir algunas de las numerosas aldeas que salpican el municipio, sus campos y sierras.
Imágenes | Turismo Priego de Córdoba
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