Este enclave portugués está ganando fama por ser barato, aún poco masificado y tener playas naturales increíbles

La ciudad de Setúbal es solo el punto de partida para conocer una zona donde el patrimonio histórico, industrial y natural se dan la mano

Setubal
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Con los problemas de masificación turística que están hoy la orden del día, es complicado afirmar que Portugal sea el destino de moda, pero está claro que ha cobrado un gran protagonismo en los últimos años. Y con razón; nuestros vecinos nos reciben con los brazos abiertos en un país que tiene de todo y para todos los gustos, pese a que los viajeros se suelen concentrar aún en un puñado de puntos clave. Y hay mucho más para explorar.

Tampoco hay que irse muy lejos de los imprescindibles, como pueda ser la misma  Lisboa, pues Setúbal se encuentra a solo 48 kilómetros de la capital y es un destino aún poco masificado que poco a poco está cobrando relevancia internacional, como sus propios medios locales están comprobando.

Setúbal es una animada ciudad portuaria que ya suma puntos por el aspecto tan distinto que presenta frente a otras localidades mucho más turísticas, como Sintra, Braga o Viana do Castelo. Es un punto a favor porque echará para atrás a los turistas que solo busquen su idea preconcebida de cómo debe ser una localidad idílica portuguesa, sin tener en cuenta la variedad de culturas propias que el país ha desarrollado en cada una de sus poblaciones. Y Setúbal tiene un carácter propio.

El bullicioso puerto y su actividad industrial, clave de la economía de la zona, marcan la personalidad de la ciudad y ofrecen una visión de la auténtica esencia portuguesa con la vida ligada al mar. Merece la pena pasear por el paseo marítimo y contemplar tanto el mar y el estuario del Sado como ese patrimonio industrial tan característico, lonjas y fábricas de pescado.

Setubal Mercado

Su centro histórico está lleno de calles con encanto y una animada vida comercial entre avenidas, parques y calles peatonales, con numerosos ejemplos del rico patrimonio histórico y artístico como el Fuerte de São Filipe o la iglesia de Jesús, la primera de estilo manuelino del país. Es además una ciudad donde se pueden comer delicias gastronómicas marineras a muy buen precio, por ejemplo en el imprescindible Mercado Livramento, inaugurado en 1930, donde hay que probar sí o sí el choco frito, la especialidad local.

Setubal Playa

Y, como ya señalamos al reseñar la playa más larga de Europa, Setúbal está a dos pasos de algunas de las playas más bonitas de todo el país, un verdadero paraíso para quienes buscan arenas limpias, aguas cristalinas y una naturaleza imponente abrazando la costa en todo su alrededor. Acantilados, dunas, salinas y pinares dibujan el entorno casi salvaje de sus playas, en cuyas aguas suelen avistarse delfines.

Imágenes | Unsplash/Fabs* - Diego Delso

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