Este peculiar pueblo monumental es único en Madrid, un hito histórico urbano que conjuga arte, cultura y naturaleza

No todos los pueblos que merecen una visita a poca distancia de Madrid se encuentran en la sierra, como bien demuestra Nuevo Baztán

Nuevo Baztan
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Acostumbrados como estamos en España a que los pueblos, villas y ciudades más icónicas cuenten con una larga historia y orígenes remotos, resulta casi extraño encontrar poblaciones surgidas casi de la nada con apenas unos pocos siglos de vida a sus espaldas. Es el caso de Nuevo Baztán, en el sureste de la Comunidad de Madrid, a 50 km de distancia de la capital y  apenas 20 km desde Alcalá de Henares.

Los orígenes de esta villa, que fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1941 y Bien de Interés Cultural a principios del año 2000, hay que buscarlos ya en el siglo XVIII, como un ambicioso proyecto llevado a cabo por el político y empresario Juan de Goyeneche, gran seguidor del racionalismo francés y, especialmente, de las tesis de Colbert. Nacido en Arizcun, en el municipio navarro de Baztán, Goyeneche se propuso desarrollar un centro industrial al sur de Madrid dedicado a los bienes de lujo para la alta sociedad española.

Así, tras adquirir unas tierras en la zona, entre 1709 y 1713 levantó de la nada una población en torno a un palacio barroco proyectado por José de Churriguera, con el objetivo de ser lugar de residencia de los obreros que debían trabajar en la nueva fábrica de vidrio que sería el primer motor económico de la villa.

La villa no tardaría en expandirse rápidamente siguiendo un modelo urbanístico racional, con un trazado reticular de calles que se cruzan en sentido perpendicular, en retículo ortogonal. Todo un ejemplo de arquitectura urbana moderna adelantada a su tiempo que contrasta con el modelo irregular de callejuelas intrincadas típicamente medieval que define a los cascos históricos de tantos pueblos y ciudades de la región.

Un precioso pueblo monumental

Nuevo Baztán fue levantado por artesanos agotes procedentes en su mayoría el valle de Baztán navarro, y acogería a una población dispar de familias navarras, castellanas, portuguesas y flamencas, que se asentaron en el nuevo pueblo para trabajar en la incipiente industria del vidrio, cerámica y tejidos de lujo.

Fue una villa próspera hasta el declive de la industria, precisamente, acuciado por la llegada de la industrialización a nuestro país, cuando no pudo hacer frente a la competencia y se acentuaron los problemas por la escasez de leña para el funcionamiento de las fábricas. Pero para entonces, Nuevo Baztán ya había desplegado toda su monumentalidad arquitectónica.

Plaza

Tras una gran restauración ya en el siglo XX, el pueblo luce con toda su belleza histórica y ofrece sus encantos al visitante que busque conocer un pedazo de la historia madrileña y española de lo más singular, una localidad perfecta tanto para empaparse de historia, arte y cultura, como para probar su riquísima gastronomía o disfrutar del bello entorno natural que rodea la villa.

Una visita imprescindibles en Nuevo Baztán es su monumental Palacio de Juan de Goyeneche, firmado por Churriguera, pero alejado del recargado estilo churrigueresco. De amplias dimensiones, planta cuadrada y en dos alturas, el que fuera residencia del fundador guarda en su interior un precioso patio rodeado de escalinatas y arcos. Además, se pueden visitar las antiguas bodegas, que acogen hoy la oficina de turismo y un interesante centro de interpretación.

Nuevo Baztan Palacio

Dentro del casco urbano también merece la pena conocer la Iglesia de San Francisco Javier, colindante al palacio y comunicada con este a través de pasadizos, con un magnífico altar mayor en mármol rojo típicamente barroco, así como todas las calles y plazas que se despliegan alrededor, con sus viviendas de piedra, fuentes, las históricas fábricas y otros rincones por descubrir.

La oferta gastronómica de la localidad es un fiel reflejo de la tradición castellana, con el cordero asado como producto estrella y sin desmerecer tampoco su gama de quesos y verduras locales de temporada, además de dulces típicos como los repápalos o las puches, unas gachas ligadas a festividades como Todos los Santos.

Senda

Y para bajar la comida, nada mejor que explorar la naturaleza del entorno con alguna ruta de senderismo como las sendas de Valmores o Galiana. O, simplemente, nos podemos acercar a admirar los árboles históricos protegidos por el catálogo de árboles singulares, el olmo centenario y el pino carrasco del jardín del Palacio Goyeneche.

Imágenes | Turismo Nuevo Baztán - Rodelar

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