Nos vamos a Teror, un pueblo en el centro de la isla de Gran Canaria, cuyos orígenes nos remontan a los tiempos de los antiguos pobladores canarios
Cuando uno piensa en embutidos untables, seguramente la cabeza se vaya directamente a pensar en las Islas Baleares. Da igual que hablemos de Mallorca, de Menorca o de Ibiza, incluso de Formentera, pues uno de los iconos de la cocina balear es la sobrasada, que no deja de ser en embutido con magro y grasa de cerdo que se sazona y se deja curar para luego consumir untado.
Sin embargo, si cambiamos totalmente de registro, vamos a encontrar en las Islas Canarias un pueblo que tiene como gran embajador gastronómico a algo bastante similar. Nos vamos a Teror, un pueblo en el centro de la isla de Gran Canaria, cuyos orígenes nos remontan a los tiempos de los antiguos pobladores canarios y donde aún presumen de hacer un embutido de leyenda: el chorizo de Teror.
No obstante, no hemos 'venido' a Teror solamente a hablar de chorizo —que también—, sino de un paraíso grancanario que se va encaramando hacia la zona más alta de la isla y que reúne en un mismo paisaje pequeñas casas coloniales de gran colorido y construcciones encaladas que se van dispersando por el centro del pueblo, así como los barrancos que lo secundan y que le valen el mérito de estar en la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España.
Dominado el casco histórico por la Basílica del Pino, Teror se encuentra a apenas 20 kilómetros del centro de Las Palmas, por lo que constituye una escapada perfecta si se está en la capital. Situado también a apenas 35 kilómetros del aeropuerto de Gran Canaria, Teror es de la misma manera un excelente punto de partida para recorrer el interior de la isla.
Casi todo en Teror se origina en torno a la devoción por la Virgen del Pino, patrona de la diócesis de Canarias, y la que estructura el casco histórico del pueblo, empezando por la basílica, erigida en el estilo barroco, que combina detalles peninsulares con las portadas tradicionales canarias, encaladas y con esquinas en mampostería, donde destaca la singular Torre Amarilla.
A partir de ahí, Teror se irradia en la plaza del Pino, donde también encontramos el Palacio Episcopal y la columna vertebral del municipio: la calle Real. Ella une la entrada de Teror desde el Muro Nuevo, de forma rectilínea, y que se fue conformando entre el siglo XVIII y el siglo XIX. Por eso, la arquitectura varía de una construcción a otro, ofreciendo una asimetría curiosa que, sin embargo, sí se produce a la hora de comprobar cómo casi todas las casas presumen de balconadas.
En maderas, las distintas construcciones de la calle se tiñen también de colores típicamente coloniales, herencia indiana, como azules, blancos, rosas o verdes, tal y como se estilaba en América, habiéndose convertido los balcones en símbolo de posición social.
En la misma plaza, además de la basílica, no se debe perder de vista la presencia de un mastodóntico laurel de Indias que domina parte de la panorámica, acompañado de la Cruz Verde, una columna de hierro de finales del siglo XIX que reemplazó a la original de madera —de 1684— y que rinde tributo a la Virgen del Pino.
Sin embargo, Teror cuenta tantas cosas por dentro como por fuera. La mayor parte de las casonas tienen patios interiores privados a los que no se puede acceder. Sin embargo, la Casa-Museo de los Patronos de la Virgen, uno de los edificios históricos del municipio, se reconvirtió en atracción turística donde descubrir objetos que pertenecieron a los Manrique de Lara, señores de estas tierras, y cuya construcción es de finales del siglo XVIII.
Por último, sí, venimos a hablar de chorizo de Teror. Aunque no quedan muchas empresas que lo hagan de manera artesanal, una de ellas es El Terorero, donde se hace a la manera tradicional este embutido blando donde se mezcla carne de cerdo —generalmente la panceta del lomo—, ajo, sal, especias como el pimentón y el vino blanco. Hay dos versiones de chorizo, la tradicional, que sí lleva pimentón, y la versión moderna, que prescinde de él.
Embuchado en pequeñas cápsulas, el chorizo de Teror está pensado para comerse untado sobre pan o para hacer recetas con él. Debido a su carácter graso, funde con facilidad, siendo muy habitual que se cocine con este chorizo canario.
Imágenes | Hola Islas Canarias / Chorizo Terorero
En DAP | 48 horas en La Gomera, un paraíso isleño canario entre miradores, Garajonay y cocina tradicional
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios