Pocos países pueden presumir de tener tantas catedrales adscritas como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como España. Nuestro país es un territorio propicio para el turismo catedralicio, haciendo que las Naciones Unidas se hayan fijado hasta en 14 ocasiones para otorgar este galardón.
No obstante, hay una pequeña trampa en esa catorcena, pues algunos de los sitios Patrimonio de la Humanidad están compuestos por varias catedrales, como sucede con las catedrales mudéjares de Aragón (una en Zaragoza y otra en Teruel) o con las Catedrales del Camino de Santiago, que lleva adscritas otras seis catedrales.
Sin embargo, la catedral más antigua de España no es Patrimonio de la Humanidad. Eso no quita que además esté considerada la iglesia más antigua de nuestro país y que, por desgracia, pase más desapercibida de lo que su historia invita.
Para eso nos tenemos que ir a la provincia de Lugo. Hablamos, ni más ni menos, que de la basílica de San Martín de Mondoñedo (o basílica de Santo Martiño), ubicada a unos cinco kilómetros de Foz, en la comarca de la Marina lucense, y que está considerada como la iglesia más antigua de España, pues su base inicial data del siglo VI.
Aunque la apariencia actual de la basílica tiene tintes románicos, ya que se construyó entre los siglo XI y XII, las excavaciones y detalles de la construcción permiten asegurar que ya se trataba de un templo prerrománico del siglo X.
No obstante, su historia es todavía mucho más antigua y esa es la razón por la que se asegura que es la catedral más antigua de España. Aunque ahora no ejerza como sede catedralicia ni episcopal, la basílica de Santo Martiño fue sede episcopal por duplicado durante la Alta Edad Media, razón por la que se la pudiera considerar la catedral más antigua de España. No obstante, hoy es, como decimos, una basílica.
Debido a constantes invasiones y presiones, la zona se llenó de cristianos. Primero los que huyeron de la Britania romana tras el colapso imperial, ya en el siglo VI. Después, en el siglo IX, debido al imparable ascenso musulmán, lo que forzó que esta discreta basílica acabara siendo la sede de dos obispados a la vez, el de Bretoña (tras la destrucción de Santa María de Bretoña a manos vikingas en el siglo IX) y el de Dumio, que fue abandonado por el ímpetu musulmán, lo que acabó suponiendo que Santo Martiño fuera un obispado duplicado en manos del obispo Sabarico, amparado por el rey Alfonso III.
A medida que la presión musulmana decaía, fruto de la Reconquista, y cuando los vikingos dejaron de guerrear por las costas ibéricas, la zona comenzó a florecer y ofrecería a la basílica el nombre que hoy tiene, conocida como San Martín de Mondoñedo.
Mampostería de pizarra y planta basilical con tres naves y tres ábsides, la basílica de San Martín de Mondoñedo cuenta con una imponente fachada de arco abocinado y una ventana de arco doblado, datada del siglo XI, y en su interior alberga un retablo elaborado en piedra y pinturas murales del siglo XIII, fechadas entre las más antiguas de Galicia.
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La ironía está en que esta sede episcopal ya perdería fuerza durante la Baja Edad Media, momento en que el propio pueblo de Mondoñedo empezaría a brillar, debido a su carácter de paso durante el Camino de Santiago, cuya importancia se vería reforzada con la creación de un obispado y de una catedral, apodada 'la catedral arrodillada' debido a su corta estatura, y que está adscrita al Patrimonio de la Humanidad de las Catedrales del Camino de Santiago.
Imágenes | Turismo de Galicia
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