Tan diminuto es el tamaño de Frías (Burgos) como grande su historia. Hoy son apenas 300 los vecinos que habitan en este municipio burgalés, ubicado en la comarca de Las Merindades, y que tiene el honor de ser una la, presumiblemente, ciudad más pequeña de España.
Con apenas 30 kilómetros cuadrados de superficie y con un padrón que haría palidecer a las huestes de Leónidas en la famosa película de 300, Frías es, sin embargo, un tesoro arquitectónico de primer orden.
A apenas 80 kilómetros de Burgos, la liliputiense ciudad de Frías se viste de gala los días 24 y 25 de junio, momento que celebra las denominadas Fiestas del Capitán, que son, a su vez, una de las fiestas más antiguas de España.
Para comprender el porqué hay que remontarse al año 1450, cuando las tropas del segundo Conde de Haro intentaron capturar Frías, debido a ese carácter independiente que, por su condición de ciudad, les hacía no depender de señores feudales.
Aunque la historia quede especialmente romántica, la realidad fue mucho más cruel. En 1435, el rey Juan II de Castilla otorga el título de ciudad a Frías con la intención de cambiársela a Pedro Fernández de Velasco, el citado Conde de Haro, por la ciudad vallisoletana de Peñafiel.
Quince años más tarde de aquella proclamación, Fernández de Velasco, al intentar tomar la ciudad, encontró que Frías se rebeló y se negó a aceptar la decisión. Lo malo es que la rebelión no salió bien y tras un breve asedio, el Conde de Haro hizo valer su derecho.
Las fiestas del Capitán de Frías
Vista del Castillo de los Velasco, en Frías
Eso no quita que hoy las Fiestas del Capitán sea un motivo de alegría en Frías, donde el pueblo elige para sus fiestas a un capitán que irá recorriendo las calles alzando una bandera mientras varios danzadores bailan a su alrededor.
Se convierte así la ciudad en un pasacalles que, además, tiene en el domingo 25 de junio su gran día. Además de la misa, la gente de Frías se viste de época y se efectúan distintas comitivas tras la salida de misa. Junto a ello, la tarde del domingo se corona con el baile de la Jota de San Juan, donde el capitán debe ir a buscar a su capitana y, posteriormente, hacer entrega del rape, acción con la que se rinde tributo a aquellos fredenses que aguantaron el asedio durante el siglo XV y que honra al momento del reparto de víveres tras sobrepasar las tropas del Conde de Haro los muros de Frías.
Iglesia de San Vicente Mártir en la villa de Frías.
Además de la fiesta, momento cumbre de este fin de semana, Frías también es una 'ciudad' perfecta para descubrir en cualquier otro momento del año. De hecho, está inscrita en la asociación de Los pueblos más bonitos de España, con un núcleo medieval considerado Conjunto Histórico Artístico, donde también destaca la iglesia de San Vicente Mártir.
Junto a ello, sus singulares casas colgadas, que se aprecian desde el exterior. No muy lejos, quizá el gran hito arquitectónico de Frías como es el castillo de los Velasco, amén de la muralla que rodea el conjunto urbano aunque ya no en su totalidad.
También hay que hacer hincapié en el palacio de los Salazar, hoy oficina de Turismo de la Ciudad de Frías, a la entrada del castillo, o los restos de la calzada romana, que se pueden apreciar dentro del centro de Frías, o su puente medieval románico, al que se añadiría una torre defensiva ya en el siglo XIV y que aún hoy sigue en pie.
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