La histórica chocolatería de Barcelona con más de 80 años donde abuelitas y turistas se dan la mano

Merendar ya no es lo que era antes, cuando prácticamente se paraban máquinas y, al estilo de la hora del té, tutti quanti se reunían alrededor de un platito humeante para reponer energías para el resto de la tarde.

En el corazón de Barcelona esto tenía un nombre: calle Petritxol, y su mítico bar Granja Dulcinea, todavía en funcionamiento y donde se mezclan las abuelitas que quedan viviendo por el centro gentrificado (o que se acercan desde otros barrios) y los turistas atraídos por los comentarios de las guías.

En el barrio Gótico barcelonés, esta estrecha calle ha estado siempre vinculada con los oficios y los comerciantes, aparte de ostentar el título de ser la primera calle peatonal de la ciudad.

Ya en los siglos XVII y XVIII abrieron las primeras chocolaterías en la zona, y fueron las responsables de que en la capital catalana el nombre propio Petritxol sea un sinónimo de chocolate.

Pasear por sus estrechos metros es embriagarse de aroma a chocolate a la taza, una actividad especialmente recomendable en invierno, pero igual de suculenta en verano cuando puertas y ventanas están abiertas de par en par.

Más de 80 años de historia

Uno de los locales más emblemáticos de este pequeño tramo del Gótico es la Granja Dulcinea, nacida en 1941 tras fundarla Joan March y Elvira Farràs.

A nivel estético, el local conserva todavía su diseño antiguo lleno de mesas de madera sobre un bellísimo suelo hidráulico que es tan antiguo que vuelve a estar de moda. Es uno de los pocos locales que conserva el look de una Barcelona que ya no existe.

Este local se encuentra en el número dos de la calle Petritxol y entre sus especialidades está, obviamente, el chocolate con churros y el suizo donde el chocolate caliente queda sepultado bajo una enorme nube de dulce nata.

También se sirven ensaimadas, croissants, melindros, churros, helados y gofres, además de una aclamada y gran crema catalana (por su tamaño), así como bebidas típicas de la merienda: cafés, capuccinos, infusiones, batidos y horchatas.