Huevos tontos, trucha y chuleta: el parador de Cervera de Pisuerga celebra sus 50 años con una recreación del menú de su apertura

Volver al pasado para recuperar el futuro es algo que en la hostelería está muy presente. Tanto como para reivindicar las recetas de las abuelas y los platos tradicionales. Algo de lo que, por ejemplo, saben mucho en Paradores que ahora, con la remodelación de uno de sus hoteles más significativos en Castilla y León, se viste de nuevas galas.

Hablamos del Parador de Cervera de Pisuerga, abierto en el año 1975, hablamos de un homenaje a la naturaleza exuberante de la Montaña Palentina, algo que a veces muchas veces pasamos por alto dentro del imaginario colectivo si pensamos en la provincia de Palencia.

Enclavado dentro del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, el parador ha hecho de ese carácter montañés su razón de ser y lo que, entre otras cosas, sirve para vertebra el homenaje a su apertura por su cincuenta cumpleaños, haciendo un menú temático por sus particulares bodas de oro.

En este caso, el menú consta de los mismos elementos que el menú inaugural, pero dándole una vuelta de tuerca para actualizarlo, valiéndose de ingredientes locales muy tradicionales.

No faltan la chuleta, la trucha –un clásico de la Montaña Palentina– o los particulares huevos tontos, llamados repápalos en otras partes de España. Todo ello con el telón de fondo del pantano de Ruesga y de las cumbres cantábricas nevadas.

En aquel primer menú del año 1975 aparecía, por ejemplo, la escudilla leonesa, así como la trucha montañesa botillón y la omnipresencia carnívora de la chuleta de ternera, además de los mencionados huevos tontos.

Con ese giro para adaptarlo a la actualidad, el chef Jesús Alonso ha presentado un menú donde, por ejemplo, la escudilla se sirve en varios pasos, aprovechando por un lado los garbanzos y los torreznos, o donde la trucha se sirve marinada. Lo que apenas cambia es la chuleta, como tampoco lo hacen los huevos, valiéndose de la receta original, a la que además incorpora una quenelle de helado.

El menú oficialmente se viste de largo el 22 de marzo, aunque se podrá disfrutar todos los fines de semana del año, ofreciéndose de forma normal a los clientes, tanto alojados como visitantes.

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