Que un restaurante italiano te sorprenda es algo poco usual y por eso quería hablaros de Julieta Bistro, un italiano ideal para comer en grupo. Si vais a comer o cenar tres o cuatro personas podréis disfrutar de muchas de sus riquísimas creaciones, todas idóneas para compartir.
Los platos de su carta son tan ricos, que si vas en pareja solamente podrías probar tres o cuatro de sus creaciones y es una pena porque tanto sus platos de pasta fresca como sus ensaladas, cocas y otros platos son realmente sabrosos. Por eso creo que es ideal para comidas familiares o salidas en grupos de amigos que se acercan al Rastro, a la Plaza Mayor o a otros atractivos de la zona donde está ubicado.
El local y sus espacios
Situado en la calle Toledo, en el distrito de La Latina, está enclavado en una de las zonas más turísticas de Madrid, lo cual le da un buen aliciente para ser visitado. Sin embargo, la mayoría de sus clientes, al menos el día que yo estuve son grupos de chicas, o reuniones mixtas de amigos, en las que se comparten los platos de una carta bastante extensa.
Con una decoración cada vez más habitual en los restaurantes madrileños, --mesas y sillas de madera desiguales, tonos pasteles y desgastados y ambiente agradable de estilo hipster-, sorprende su oferta moderna de platos variados basados en la cocina italiana, entre los que las ensaladas y cocas como entrantes o los platos divertidos de pasta, destacan especialmente.
Los dueños, italianos procedentes de Nápoles han encontrado la fórmula para renovar una cocina muy homogénea con platos italianos a los que han dado una vuelta consiguiendo calidad y sabores muy agradables que al terminar la comida sirven de comentario a los comensales. "Es que estaba todo buenísimo, no me ha decepcionado ningún plato"- comentaban junto a mi mesa.
En el restaurante hay una pequeña barra rodeada de mesas, con una muy agradable junto al escaparate y un salón con vista a la cocina, todos amueblados con el mismo estilo de madera vista y tonos acogedores.
El menú
Comenzamos tomando lo que denominaban cocas, -en realidad una especie de tostas sobre un pan crujiente muy fino-. Merece la pena la de pesto y burrata con tomate, muy sabrosa y abundante. Más floja pero también rica la de anchoas, que habría ganado mucho utilizando anchoas de más calibre y calidad. Las cocas resultaron ideales para compartir.
Seguimos con las ensaladas. Son muy muy grandes, como para tres raciones. Tomamos dos, la Ensalada Julieta, con queso de cabra horneado y la Ensalada de Aguacate, con cilantro y pomelo, muy refrescante. También compartimos un pastel de puré de patata en el que el relleno iba fuera. Un picadillo de jamón, sabroso y jugoso que funcionaba muy bien en combinación con el puré.
Con respecto a los platos fuertes a compartir, salí encantado con la receta de lasaña de salchichas, un sabor realmente espectacular que nos dejó a todos encantados. Un imprescindible. También nos sedujo muchísimo un plato de pasta rellena, las bombitas de pera, servidas con una salsa de mantequilla y nueces con parmesano y pimienta rosa muy agradable.
Para rematar, otro plato de pasta fresca los pappardelle trufados con salsa de parmesano, con un sabor muy intenso que gustó mucho a mis compañeros de mesa. La pasta estaba perfecta de punto y sazón, por lo que no tardó en desaparecer.
En cuanto a los postres, -muy ricos también-, destacar el falso tiramisú, un divertido juego que hacen los italianos Antonio Martuscelli y Roberto Stella al servir la crema de mascarpone sobre las galletas que conservan su crujiente con una botellita con el café, al lado. El comensal vuelca el café sobre el postre y lo mezcla para luego disfrutarlo cucharada a cucharada.
También estaba muy rico el crumble caliente de manzana, perfecto de punto y resulta original el cremoso de cheesecake con pistachos, un postre servido en vaso que por su textura ligera -casi una mousse- desaparece rápido de la mesa.
Además de lo que he comentado, hay otros platos en la carta, como las croquetas o calamares fritos con cebolla caramelizada de la cocina española, el milhojas de pan carasau con calabacín en escabeche y queso de cabra al limón, su steak tartare con vinagreta de mostaza de la cocina internacional y otras recetas de la italiana como la hamburguesa con mozzarella ahumada, el arroz con mejillones, pecorino y espárragos o la brocheta de albóndigas.
En resumen Julieta Bistro es un lugar acogedor donde se está muy cómodo, se disfruta de una cocina sin pretensiones que se sale de los clásicos platos italianos de siempre, que se ven renovados de forma divertida, ideal para compartir.
Julieta Bistro
Calle Toledo, 51
28005 Madrid
Precio medio 30-35 euros
Teléfono reservas | 910 12 86 54
En Directo al Paladar | Naia Bistró. Doce años seduciendo con su cocina
En Directo al Paladar | Kena, el restaurante de Luis Arévalo donde Perú se encuentra con Japón
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios