Una de las ventajas que tiene marcharse a vivir fuera es volver y redescubrir la ciudad o el pueblo natal, y disfrutar de lo que ofrece de una manera distinta. Siempre que regreso en Navidad a Murcia recorro sus calles buscando recordar locales conocidos y descubrir nuevas propuestas, como me ocurrió con La Tienda de Susano, un lugar para tapear en pleno centro.
Es curioso, he pasado la mitad de mi vida caminando por su calle casi a diario, pero me cuesta visualizar cómo era el espacio en el que hoy se encuentra este establecimiento. Sí recuerdo un edificio viejo, cerrado, afeando una zona turísticamente clave. La verdad es que es un placer que el lugar haya sido revitalizado por un local tan agradable como La Tienda de Susano.
En pleno corazón de Murcia con vistas inmejorables
Una de las grandes bazas que ofrece La Tienda de Susano es, sin duda, su localización. Tanto para el turista como para el paseante o, simplemente, el murciano que se mueve por el centro, la Plaza de la Cruz y la calle Trapería son enclaves imprescindibles en el día a día.
Este local se encuentra precisamente haciendo esquina en este espacio, con la puerta a los pies de Trapería y con su principal frente abierto hacia la Plaza, donde se alza la majestuosa Torre de la Catedral, un verdadero lujo para la vista. De cara a la plaza hay abierta una terraza de tamaño comedido, que se cierra como es habitual ahora en invierno cuando bajan las temperaturas.
Dependiendo del momento del año la zona puede estar más o menos animada, con más actividad en fechas festivas como Semana Santa o durante la Navidad. En cualquier caso, es un lugar perfecto para hacer una parada relajada sin prisas, aunque sea con un sencillo café –recomiendo probar el Asiático, aunque no sea el mejor de Murcia-, simplemente para ver la gente pasar.
El espacio y la decoración, evocando a los años 50
Otro punto a favor de este negocio es la decoración y ambientación que llama ya la atención desde la calle, invitando a curiosear en su interior. Está concebido como si se tratara de una tienda de ultramarinos de los años 50-60, con detalles agradables como la gran barra de mármol, el suelo típico de azulejos o los taburetes de madera.
En cuanto a la decoración, se han elegido objetos tradicionales recuperados que se exponen a modo de museo, pero también encontramos otros que sencillamente se siguen usando hoy en día incluso en muchos hogares, como el librillo, y tampoco faltan fotografías antiguas en las paredes.
Se agradece que hayan apostado por un lugar que evoque a aquel ambiente pero claramente potenciando un espacio abierto y limpio, con mucha luz y mirando a la calle. El interior no es muy grande por lo que esto ayuda a no crear demasiado agobio, aunque esto se pierde sobre todo por las noches cuando se llenan todas las mesas.
Tapeo murciano con productos típicos
La primera vez que probé el producto de la Tienda de Susano fue hace un año, y me pareció perfecto para tapear a media mañana o almorzar sin muchas complicaciones. No se nos ofreció carta, quizá porque entonces aún no tenían, pero al final las opciones más limitadas no te hacen dudar tanto a la hora de pedir algo para calmar el hambre.
En los últimos meses ha cambiado un poco el funcionamiento del local, dirigiéndolo ahora sólo el propietario Susano García, que ha apostado por ofrecer una carta fija más amplia con platos más contundentes pensados para una comida completa. A pesar de ello, la oferta gastronómica está claramente dominada por el aperitivo y el tapeo, tan querido tanto por los turistas como por los propios murcianos.
Destacan las tapas clásicas locales con muchos productos regionales, como los salazones, las alcachofas, las almendras marconas fritas, el matrimonio, las croquetas o los caballitos, sin olvidarnos de la tapa murciana por excelencia, la marinera. La anchoa del Cantábrico en salmuera es su producto estrella, pues limpian y soban anchoas de Santoña a diario en el propio local. Las rosquillas de son artesanas y es un detalle que se nota en la calidad.
Las alcachofas en conserva son de gran calidad, así como las tapas de pimiento de piquillo asado en salmuera, muy bueno combinado con el clásico queso fresco. Excelente el pulpo al horno, de buen tamaño, jugoso y tierno por dentro y con un toque crujiente en el tostado exterior. Las mini hamburguesas de cordero segureño, sin embargo, decepcionan sobre todo por la presentación y el acompañamiento, con un sabor que no destaca especialmente.
Para comidas más consistentes se puede optar por platos de carne a la brasa, como el chuletón gallego o las costillejas de chato murciano, y también hacen arroces y otros guisos por encargo. Afortunadamente también han dado un giro a los postres apostando ahora por opciones más tradicionales, como el pan de calatrava o arroz con leche.
El tamaño de las raciones en general se presenta algo escaso para los precios de la carta, quizá debido a su situación y estar en plena ruta de los turistas. Se puede ir un poco de precio si buscamos una comida más contundente pero creo que es un lugar que sí recomiendo visitar para tomar un vermut o tapear a la hora del aperitivo. El enclave lo merece.
La Tienda de Susano
Calle Trapería, 2 Esquina Plaza de la Cruz (junto a la Catedral) Tel: 868 68 43 93 Precio medio: 15-25 €
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