Si hasta hace solo unos años para tomar un buen café en Madrid había que embarcarse en toda una aventura, hoy lo difícil es no toparte con una cafetería de especialidad prácticamente en cada esquina. Las aperturas -y más de un cierre- se suceden a la velocidad del rayo, pero aún parece haber hueco para más. Zara, el gigante de la moda de Inditex, ya ha inaugurado la suya propia, certificando que este sector ya no es un nicho solo de pequeños emprendedores.
Con el nombre algo pretencioso de Zacaffè, buscando una reminiscencia italiana artificial y forzada, es la primera apertura del estilo en nuestro país tras otros proyectos similares en otros países que van más allá de la ropa y los artículos de hogar. Y no, no se trata de ofrecer la opción de tomar un café mientras haces la compra o estás en la cola para pagar unos pantalones, sino que Zacaffè funciona como negocio independiente.
Ha abierto en pleno barrio de Salamanca, la milla de oro madrileña, junto a la también recién abierta tienda Zara Man con ropa para hombre. El espacio, ideado por la agencia Art Recherche et Industrie del diseñador Ramdane Touhami, pretende hacer un homenaje a la cercana Casa Asia con inspiración en la arquitectura neomudéjar, con gran presencia de ladrillo visto y los colores cálidos, terrosos. La idea es establecer un vínculo cultural mediante la identidad visual que una las próximas aperturas de la marca en otros países.
La oferta gastronómica de la cafetería es bastante reducida y guarda pocas sorpresas: café de especialidad y bollería de inspiración francesa. Cuentan con dos variedades de granos de café seleccionados y tostados por Waco Coffee, tostadores de A Coruña, sin tomar muchos riesgos para agradar a todos los paladares; un café con notas de caramelo y otro con reminiscencias a cereza, ambos perfectos para la preparación de bebidas con leche.
Además de las típicas recetas de café en tres tamaños, al estilo Starbucks, la carta también bebidas frías, refrescos, tés e infusiones. En cuanto a la bollería, lo típico que se puede esperar: croissants, pain au chocolat -napolitanas de chocolate-, palmeras o kouign amann. Los precios varían entre desde los 2,50 euros la bebida más simple hasta los casi 10, y los dulces cuestan entre 3 y 3,90 euros.
No parece haber interés en ofrecer dulces más elaborados como tartas y pasteles, ni tampoco opciones saladas que permitan tomar un almuerzo o comida más en condiciones. La idea de la marca es solo ofrecer un refrigerio puntual de consumo rápido, incluyendo además en la propia cafetería un espacio para comprar diferentes productos, desde discos a zapatos, y también albergará exposiciones temporales de artistas.
Imágenes | Zara
En DAP | Si veo esto nada más entrar en una cafetería o bar, jamás se me ocurriría pedir un café