Negar que Hungría es una de las grandes cunas del termalismo en Europa sería absurdo. Con más de mil fuentes de aguas termales repartidas por su territorio, este país ha convertido el baño en aguas calientes en una auténtica tradición.
Desde hace siglos, locales y visitantes han aprovechado estas aguas ricas en minerales por sus propiedades terapéuticas, convirtiendo el país en un destino imprescindible para quienes buscan relajación y bienestar.
En Budapest, la capital, se encuentran algunos de los baños termales más emblemáticos del mundo. Los Baños Széchenyi, con su impresionante arquitectura neobarroca, ofrecen piscinas de aguas a diferentes temperaturas, algunas al aire libre incluso en pleno invierno.
También el Balneario Gellért, con su elegante estilo Art Nouveau, es otro de los rincones más icónicos para disfrutar de un baño rodeado de historia. Pero Hungría no se queda solo en su capital: en Miskolctapolca, las Cuevas Termales permiten bañarse en galerías de roca natural, creando una experiencia única en plena naturaleza.

El amor por las aguas termales no es exclusivo de Hungría. En toda Centroeuropa, los balnearios han sido históricamente un lugar de encuentro y descanso. En la República Checa, Karlovy Vary es uno de los destinos termales más famosos, con sus fuentes calientes utilizadas desde hace siglos. En Alemania, Baden-Baden es otro de esos rincones de lujo donde los baños termales han sido símbolo de bienestar y salud.
Pero si hay un lugar que destaca por encima del resto, es el Lago Hévíz. Situado al norte del Lago Balatón, a unos 190 kilómetros de Budapest, este es el mayor lago termal natural del mundo. Sus aguas, que mantienen una temperatura de 38 grados durante todo el año, abarcan más de cuatro hectáreas, creando un entorno único donde relajarse en plena naturaleza.

El nombre Hévíz significa “agua caliente”, lo que deja claro por qué este lugar es tan especial. Su origen se remonta a siglos atrás, cuando ya se utilizaban sus aguas con fines curativos. La fuente subterránea que lo alimenta renueva completamente el lago cada 72 horas, garantizando que el agua se mantenga siempre limpia y cargada de minerales como calcio, magnesio y azufre, conocidos por sus efectos beneficiosos en problemas musculares y reumáticos.

Más allá de sus aguas, el Lago Hévíz cuenta con un complejo termal que ofrece desde baños relajantes hasta tratamientos de barro y masajes terapéuticos. La ciudad de Hévíz ha sabido aprovechar esta maravilla natural, convirtiéndose en un centro turístico con hoteles, spas y restaurantes donde la salud y el comer bien se erigen como un dos en uno completísimo.
Imágenes | Héviz Lake
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